Puesto que ya han pasado unos meses desde la salida del disco ¿cómo ha sido la acogida?
Quique: Bueno, más o menos lo que esperábamos, un poco como el resto de discos. Los medios siempre nos habéis tratado bien, la crítica ha sido buena… Nosotros estamos a un nivel pequeñito y cuesta, pero bien. Al final estamos contentos con lo que hemos hecho. La idea era darle una vuelta de tuerca y creo que eso se ha conseguido. Seguir apostando por el formato duo, pero sin volver a hacer tampoco lo mismo y manteniendo la esencia. Y creo que eso lo hemos logrado. Lo que pasa es que también lo tenéis que decir vosotros, ¿no?
Bueno, si uno lee lo que se ha dicho del disco, todo el mundo destaca que hay una vuelta a la autenticidad, a la esencia de los hermanos Cubero. Este regreso a lo auténtico, ¿es fruto de un deseo o viene provocado más por el hecho de no estar ya bajo el amparo de un sello y tener que enfrentaros a la autoedición?
Quique: Creo que en los dos discos anteriores tampoco había una falta de autenticidad. Por eso creo que en realidad esta se ha mantenido... O sea, desde el primer momento, cuando hicimos “Quique Dibuja la Tristeza", dijimos que eso era una especie de paréntesis y que no era el formato que buscábamos. Aquello se hizo, pues bueno, por las circunstancias que ya conocéis, pues salieron esas canciones y se vistieron de aquella manera. Con “Errantes Telúricos” sí que fue un poco una propuesta por parte del sello. Pero bueno, a nosotros nos pareció bien porque tampoco estamos cerrados a nada, nunca lo hemos estado. De hecho, en “Flor de Canciones” ya había colaboraciones. Lo que pasa que a otro nivel, pues porque éramos menos conocidos y tiramos de los amigos más cercanos. Pero insisto, es que no creo que haya menos autenticidad en los otros discos. Lo que pasa es que sí que teníamos ganas desde 2016 de hacer algo puramente a dúo
Roberto: Sí que es cierto que con las colaboraciones de “Errantes Telúricos”, pues al final te tienes que amoldar e igual no diluir nuestro estilo, pero sí hacerlo un poco más adaptado. Entonces, ahí sí es verdad que puede haber un salto o una diferencia entre el disco anterior y este, porque este es más crudo y más transparente y además el mensaje está un poco más radicalizado. Esa intención de ser un poco outsider, de estar al margen de todo, de ir por nuestro propio camino sin mirar mucho alrededor.
"Ese concepto de la dualidad, de Cubero bueno, Cubero malo, nos sirvió para liberarnos un poco de algunos corsés que nos habíamos impuesto"
De hecho, esto de ir por vuestro camino sin mirar mucho a lo que hay a vuestro alrededor tienen mucho que ver con el concepto que alguien, ahora no recuerdo quién, ha definido como ‘cuberismo’. ¿Qué sería el “cuberismo” para vosotros?
Quique: Para nosotros es algo que no tiene mérito, no tiene nada especial.
Roberto: Simplemente, hacemos las canciones sobre lo que sentimos, nuestras inquietudes, nuestras aficiones. Buscamos el sonido que nos gusta de cuerda, mucha madera, transparente, que nos dé libertad para hablar de temáticas dispares.
Quique: Pero si tuviera que definirlo, el “cuberismo” no es nada más que terquedad. Es seguir haciendo lo que nos gusta, seguir apostando por lo que pensamos que merece la pena. Hubiera sido fácil en un momento dado, ventor del sello del Primavera, plegarlos a los deseos de otros o a lo que nosotros pensamos que la gente puede esperar de nosotros e intentar abrir el abanico de público adaptando nuestro sonido. Entonces, al final resulta que para nosotros el “cuberismo” es eso, es nuestra propia terquedad.
Ahora que comentas esto ¿habéis tenido alguna propuesta en firme para trabajar con algún productor de renombre y hacer un disco que combine folk y electrónica?
Roberto: No, no como tal. Sí que es cierto que en el sello del Primavera alguna vez se comentó hacer alguna cosa más en esa línea, porque es por donde va el mercado. Pero como nunca hemos hecho nada ni dicho nada por querer ir por esa línea, tampoco se nos ha propuesto nada firme.
y ¿os veis haciendo algo así?
Ambos: No.
Roberto: Piensa que ni siquiera usamos percusiones acústicas porque para nosotros es un poco incompatible con el sonido puro de la cuerda. Y eso que estaría guay una pandereta o un pandero cuadrado que está tan de moda ahora, cosas así. Pero ni siquiera nos planteamos eso. Así que el siguiente paso hacia la electrónica nos queda muy lejos.
Volviendo al disco, lo primero que llama la atención es el título “Cubero bueno, Cubero malo” y también la portada con esa fusión de vuestros dos caras en plan yin-yan. Por cierto que la ilustración ¿también la ha hecho un hermano vuestro?
Roberto: Sí, sí. Es de nuestro hermano Ernesto, el del medio de los Cubero
El disco viene a jugar bastante con esa dualidad que propone. Lo digo porque hay bastante sarcasmo, pero también hay pesadumbre, ¿no?
Roberto: Sí, yo creo que, bajo el concepto de la dualidad, hay un poco de todo. Hay mucho humor porque nos reímos de nosotros mismos, como duo, como banda, pero individualmente también. Y también hay mucho de aceptarse a uno mismo con tus carencias, con tus habilidades, saber qué herramientas tienes, qué puedes utilizar, y si te aceptas, es un punto de partida para la felicidad y para sentirte bien.
Quique: También ese concepto de la dualidad, de Cubero bueno, Cubero malo, nos sirvió para liberarnos un poco de algunos corsés que nos habíamos impuesto. En discos anteriores buscábamos que las canciones fueran de los dos, aunque las compusiera uno o las compusiera otro, se buscaba una uniformidad, sobre todo en la composición y tenía que pasar muchos filtros. Sin embargo ahora hemos permitido que haya canciones más de uno y canciones más de otro, que se salen un poco de lo que veníamos haciendo hasta ahora, pero que se mantienen dentro de ese “cuberismo” del que hablábamos antes.
Roberto: Nos hemos permitido tener un poco más de individualidad cada uno. Porque, por ejemplo, Quique lee mucho a Cervantes, Garcilaso, le gusta esa manera de retorcer los versos. A mí me gusta otro tipo de lenguaje más sencillo, más directo. Yo escucho mucho rap. Entonces, a la hora de escribir, se nota que escribimos distinto. Y nos hemos permitido que se note nuestra identidad también, que se vea que somos dos personas distintas dentro de de un global.
En el disco hay una canción que destaca bastante sobre el resto que es “Demasiado tonto para Madrid y muy feo para Barcelona”. Un tema donde estáis reivindicando ese orgullo rural ¿no?
Roberto: Esa es una canción poliédrica que tiene varias lecturas. Obviamente es un tema que defiende un poco el orgullo rural, porque ahora que está de moda coger las cosas tradicionales y modernizarlas, hay muchos acercamientos a la música tradicional que son muy tangenciales. Entonces, esa falta de profundidad hace que al gran público todo le empiece a sonar más familiar, pero todo a costa de una evidente falta de profundidad. Y una de las lecturas es esa. Otra lectura es que con esa canción lo que queremos es posicionarnos fuera de los núcleos de moda, de las tendencias de moda. Es una alegoría Madrid-Barcelona como los núcleos fuertes culturales de España que son los que imponen las modas. Una alegoría hecha para desmarcarnos de las corrientes imperantes.
Quique: Pero fíjate que, además, otra de las visiones es que en el fondo es la historia de nuestra vida, porque nosotros nacimos en Guadalajara que está muy cerca de Madrid. Y ahora vivimos muy cerca de Barcelona. Vivimos en en el Vallés que es un área que se conoce como el cinturón rojo, O sea que tampoco vivimos en esa Barcelona de Gràcia, de los modernos y demás.
Y ya para finalizar, ahora mismo estáis en lo que resulta ser un estado de independencia total. ¿Os están costando más las cosas ahora que no tenéis el amparo de un de un sello como el del Primavera?
Roberto: Bueno, está siendo un año complicado a nivel de booking y a nivel de promo, pero no es porque hayamos dejado el sello del Primavera. Y tampoco creo que sea porque estemos en un proceso de autogestión, porque hablamos con otros compañeros y están teniendo los mismos problemas. Dificultades de contratación con ciclos culturales, con festivales… Creo que de alguna manera el mercado está cambiando y aún no hemos acertado en ver hacia dónde va. Pero sí, está siendo difícil. Lo que no tengo tan claro es que sea por el hecho de haber vuelto a la autogestión.

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