"Nuestro nuevo trabajo es una apuesta sonora"
Entrevistas / Lázaro

"Nuestro nuevo trabajo es una apuesta sonora"

Guillermo Chaparro Terleira — 22-12-2016
Fotografía — Archivo

Lázaro nació como un proyecto personal de Nieves Lázaro presentándose en diciembre de 2013 con su primer LP, "Fierce". Un trabajo personal en su máxima expresión: compuesto por la propia Nieves en su casa y fabricando su formato físico practicamente de la misma forma. Ahora, tres años después, Lázaro vuelven a la palestra con un segundo álbum, "Soles y Pingüinos", el primero concebido como banda. Quedamos con Nieves (Voz) y Juanma (Batería) en el bar Pepe Botella, en plena Plaza del Dos de Mayo, para charlar, entre otras cosas, sobre la concepción de este nuevo trabajo.


Vuestro primer disco ("Fierce") lo definisteis como un trabajo de experimentación para ver qué pasaba. ¿Cómo definiríais este segundo álbum?
(Nieves) Como una apuesta sonora. El primero en realidad lo compuse en casa yo sola y luego le dio forma Manuel Cabezalí, productor de ambos trabajos. Por aquel entonces no había una banda como tal. Posteriormente estas canciones del primer LP las fuimos dando forma con toda la banda y fue ahí donde descubrimos nuestro sonido. Algo que se vio reflejado cuando empezamos a componer juntos en el local este nuevo álbum. Así sonamos y esta es nuestra presentación.
(Juanma): Cogimos el disco de Nieves, que es super minimalista, lo tradujimos en el lenguaje de banda y a partir de ahí fue como un trampolín para empezar a componer este segundo disco y con él, definir el sonido de Lázaro como banda. Tiene puntos de ese minimalismo y esa sencillez del primero, pero ahora somos cuatro haciendo ruido y evidentemente suena más grande todo.

La palabra "apuesta" suena a riesgo, a jugársela. ¿Había miedo a la hora de sacar este segundo disco?
(Nieves) Que va. Cero miedo. En el primero la sensación era la de un niño pequeño jugando con todos los juguetes a la vez y viendo a ver qué sale de todo eso. En cambio ahora hay más un sentimiento de buscar un camino entre los cuatro que fuera nuestra propia voz. Por eso digo que cero miedo. Yo no sé si nos ha quedado un disco raro o no, pero lo que tengo claro es que es nuestra voz, lo que hemos querido contar.

En referencia a lo que comentas de buscar una camino, un sonido entre los cuatro, ¿cómo afecta las circunstancias de que el grupo haya tenido entradas y salidas entre sus miembros?
(Juanma) Si que afectó en el día a día de la banda, lógicamente, porque tuvimos que pararnos a pensar cómo afrontar la grabación del disco pero a la vez afectó también positivamente porque en “Soles y pingüinos” está la esencia de Laura (primera bajista), la esencia de Ignacio (bajista durante la composición del álbum) y ahora ha venido a rematar la esencia de Iris (bajista actual). Al final ha sido todo absolutamente constructivo y eso pesa más que la incomodidad del principio de tener que pensar de otra forma para cuadrar todo. Indiscutiblemente la personalidad de Laura e Ignacio están en la grabación.
(Nieves) Absolutamente.

Casi se podría decir que esta circunstancia ha sido un empuje.
(Nieves)
Ha sido más bien un aire fresco que otra cosa. Como la sensación de abrir las ventanas y que entre otro aire y trabajar con ello. Esta sensación es mucho más fuerte que la sensación traumática, que también existe, de perder a un miembro. Te pones triste con cada salida, una cosa no quita la otra. Hoy en día, si montas una banda te enfrentas a estos cambios. Hay mucho movimiento.

Con tanto movimiento, ¿no se os pasó en algún momento dejarlo?
(Juanma) 
En ningún momento.
(Nieves) Eso nunca ha pasado. Siempre hemos tenido claro que Lázaro existirá hasta que deje de existir pero en ningún momento se tambaleó por la marcha de algún miembro.

¿Cuál fue la herencia que os dejó "Fierce"?
(Nieves) Una cosa que me quería llevar del primer disco y no sé si me he llevado lo suficiente es la libertad absoluta, esa sensación de no componer para buscar gustar o generar una complacencia, sino componer porque me gusta jugar y me gusta crear. Esto lo he intentado conservar intacto, pero al trabajar con más personas resulta más difícil, porque es un trabajo de cuatro y no de una persona rayada en su habitación como en el primero.

En relación a esto, lo que no me he querido llevar para "Soles y pingüinos" es ese elemento solitario de "Fierce". Yo ya no quería trabajar más sola. A mi me parece que la música está hecha para disfrutarla con gente y a ser posible con amigos, que es lo que somos nosotros. Y el disfrute que obtengo ahora con Lázaro es muchísimo mayor que lo que tenía antes.

¿Esto ha hecho que sientas que es un disco menos personal?
(Nieves) Pues no, la verdad. Porque las letras si que las he compuesto yo.

¿Ha afectado esto a la hora escribir las canciones?
(Nieves) 
Ha afectado en el sentido de que yo a veces traía propuestas y ellos me ayudaban a cerrarlas. Luego muchas veces es que la letra y la música tienen una conversación permanente cuando estás creando. Yo iba al local con una canción que para mí hablaba de una cosa y llegaban estos, la tocaban con una energía determinada y yo volvía a casa diciendo “esta canción no habla de esto”. Se me ha cambiado muchas veces el concepto de una canción en función de cómo ellos tocaban la música.

Precisamente esta energía que mencionas ahora es unas de las notables diferencias con respecto a "Fierce", que era más tranquilo y acústico. ¿Esto era algo que teníais pensado en un principio o surgió conforme se concebía el disco?
(Juanma) Yo creo que salió de manera natural. Prepensado no había nada.
(Nieves) Pienso igual. Aunque sinceramente creo que todos teníamos unas ganas escondidas de pegar botes. Y ahora que ha entrado Iris, esto es más visible. Lázaro ahora mismo es un grupo que tira para arriba muchísimo más que para abajo. No pretendemos hacer canciones de medio-bajo tiempo. Al revés, la vitalidad musical es lo que más nos enciende actualmente. Era algo que ya estaba latente y de alguna manera se ha traducido en las canciones.

Y lo de hacerlo todo en español, ¿tampoco era prepensado?
(Juanma) En este disco la idea original siempre ha sido hacerlo en castellano.
(Nieves) Eso sí que ha sido una decisión preconcebida y emocional. Una apuesta lingüística. Por ejemplo, “Compás averiado” la compuse primero en inglés y posteriormente la cambié porque decidí que por mis cojones y los suyos (los de Juanma) (risas) este disco iba a estar en español.

¿Por qué?
(Nieves) En el primero yo tenía la libertad total e hice lo que me salió de la... Había un tema instrumental, dos en alemán, tres en español y otros tres en inglés. Era un sin Dios. Lo que, por otra parte, lo hizo muy divertido. Pero para este disco, el grupo apostaba a tope por el español, algo que para mí era una cuenta pendiente y la quise saldar con "Soles y pingüinos". Mi pelea personal con el castellano se debe a que yo he vivido muchos años en el extranjero cuando era pequeñita y mis mejores años de la infancia los viví en el allí.

"Cantar en inglés es como cantar en un río y cantar en español es como ladrillo tras ladrillo"

Y luego está "Moras negras". Ni en español, ni en inglés. Instrumental.
(Nieves) “Moras negras” es un guiño directo al disco anterior. Viene justo después de “Las noches huecas” que es un tema muy triste que va sobre el miedo y meter “Moras negras” es una forma de prevalecer el sentido del humor, que es una de las marcas de Lázaro. Al final, el sentido del humor es lo que te salva, o al menos es lo que me salva a mí.
(Juanma) De hecho, para este tema recuperamos las sartenes y las bandejas del horno, estos instrumentos “raros” que ya usamos en el anterior álbum.

¿Y solo los habéis utilizado en este tema?
(Nieves) En relación con lo que preguntabas antes, esta ha sido una de las cosas que más lástima me ha dado de haber perdido del anterior. Me flipa como toca Juanma la batería y que la toque siempre, pero si pudiera tocar la batería y también una batería de cocina (risas). Estamos en ello…

Centrándonos en el proceso de grabación, habéis trabajado con Manuel Cabezalí y Dany Richter, ¿qué han aportado?
(Juanma) Aportan muchas cosas. Manuel Cabezalí es el dueño de la banda, un concepto muy común en el mundo del indie, y su personalidad está claramente en el disco. Yo siempre lo digo, he tenido la suerte de grabar muchas veces con Manuel y Dany en el estudio y es que hacen un tándem perfecto. Hay una parte creativa y una parte técnica que se unen y es un absoluto placer trabajar con ellos. Su personalidad está en el disco de Lázaro, sin duda.(Nieves) Son como una cabeza con dos cuerpos. Es una maquinaria perfecta. Además, los bajos de cuatro temas se los grabó Manuel también. Parte íntegra del disco, absolutamente. Muchos arreglos, teclados, efectillos y la manera de redondear son suyos.

Lo grabasteis en dos tandas. Una primera en enero de este año y otra en julio. ¿Hubo muchos cambios de una tanda a otra?
(Juanma) Los temas grabados en enero instrumentalmente los dejamos tal cual, pero la voz la regrabamos.
(Nieves) La voz y un poco la letra por lo que te comentaba antes de mi proceso al español. Es que cantar en español es una movida (risas).

¿De verdad es tan movida?
(Nieves) Totalmente, yo esta conversación la tengo con, por ejemplo, Anni B Sweet, que también está en este proceso. Esas sílabas que tiene el español, esa manera de encajar… Para mí cantar en inglés es como cantar en un río y cantar en español es como ladrillo tras ladrillo, todo muy cuadriculado. Pero hay excepciones. Christina Rosenvinge me parece un buen referente para demostrar que el español puede ser fluido y no ladrillos.

Elegisteis "Bestias de la guarda" como adelanto del álbum. ¿A qué hace referencia la letra?
(Nieves) 
El título es muy explícito en realidad. Es como tus ángeles de la guarda solo que reivindico un poco la oscuridad. Habla de los monstruos que tú creas cuando vas creciendo en este mundo y que al final se convierten en una energía tuya negativa. Una energía que intentas no mostrar, no sacar de paseo pero que yo me lo imagino como los dragones de Daenerys de "Juego de tronos", unos bicharracos que la siguen por detrás y que si alguien le hace algo escupen fuego.

“Todo lo que tocan arde”, dice el estribillo.
(Nieves)
Exactamente. A eso hace alusión.

Siguiendo con el tema de las canciones, ¿sois meticulosos a la hora de poner el orden de los temas?
(Juanma) Yo personalmente soy defensor del disco como un todo. Sé que es algo complicado porque ahora se escucha mucha canción suelta con el formato digital. E incluso lo escuchan en modo aleatorio y me indigna (risas). También he de decir que este disco no perdería sentido si se escucha de manera aleatoria. Pero el orden al final es una decisión de estado de ánimo. El disco te va llevando durante distintos estados de ánimos. Y el orden que decidimos sí que nos gustaba como empezaba, por dónde te llevaba y acababa. “Las noches huecas” tenían que cerrar, eso lo tuvimos claro desde el principio.
(Nieves) A mí me gustan que vayan juntas obligatoriamente las dos últimas y así reflejar el triste humor.

¿Cuál sería el recorrido de "Soles y pingüinos"?
(Nieves) Para mí, “Bestias de la guarda” es la canción más redonda porque encarna este casamiento perfecto entre letra-música. Es una especie de puñetazo bastante emocional. Las primeras cuatro canciones son muy de corazón. Luego pasa por una meseta un poco más variada que tiene momentos que son de mis favoritos como “Lloverá”, que quizás en las primeras escuchas no llame tanto la atención, pero para mí es como un baile super bonito. “Gente muy normal”, “Vía Láctea”. Todo ello para bajar con “Noches huecas” y posteriormente subir con una sonrisa con “Moras negras”. Es un disco muy ecléctico.

"Tengo muchas ganas de hacer conciertos en los que siempre pase algo inesperado. Que cada concierto sea distinto"

Entrando en lo visual, ¿qué significa la portada?
(Nieves) Me alegro mucho que me hayas hecho esta pregunta porque encontré la respuesta la semana pasada. Al despertarme un día lo vi claro. Yo tengo dos cuadernos repletos de cosas escritas de posibles letras, pensamientos, etc. Y en todas, hay un hilo conductor que es el cambio climático y mi obsesión por salvar el planeta. No es que sea apolítica, es que soy de Los Verdes, yo quiero votar para salvar el planeta porque la humanidad me parece difícilmente salvable. Y pese a estar presente todo esto en mi vida, pensaba que no había quedado plasmado en ninguna canción que yo pudiera decir que iba sobre el cambio climático. El disco se llama “Soles y pingüinos” y la portada es un iceberg con una ciudad debajo, algo que surgió en una conversación con la ilustradora. Pues bien, con el tiempo me he dado cuenta que tanto el título como el dibujo de la portada estaban reflejando esta obsesión mía indirectamente, mi particular visión del mundo. En “Gente muy normal”, si se atisba un poco esto. Habla de la locura del mundo.

El pasado 27 de octubre tocasteis en el Museo Cerralbo, un lugar muy especial. Supongo que lo que se avecina el 3 de febrero en Siroco será distinto.
(Juanma) Absolutamente. Seguirá siendo especial pero en otro sentido. Vamos a ser mucho más contundentes.
(Nieves) Le tenemos muchas ganas porque nuestro sonido en este álbum tiene tendencia hacia arriba. Por lo que estamos ansiosos por hacer ruido, dar botes… También tengo muchas ganas de hacer conciertos en los que siempre pase algo inesperado. Que cada concierto sea distinto. Que cada vez que vayas a un concierto de Lázaro, salgas diciendo: “nunca había visto eso en un escenario”.

¿Planes para el futuro?
(Juanma) Tocar, tocar y tocar.
(Nieves) 
Ahora mismo estamos viviendo un momento super dulce a nivel musical. Lo que pasa todos los días en el local de ensayo es magia pura. Nos vamos todos con una sonrisa, quizás porque se han alineados todos los planetas de Lázaro como nunca antes había ocurrido. Y precisamente porque está pasando esto, queremos hacerlo delante de personas.

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