La matanza de zebras
Entrevistas / Cristian Vogel

La matanza de zebras

Javier López — 23-05-2008
Fotografía — Archivo

“Zebras”. Esa es la respuesta que da Cristian Vogel vía e-mail a la pregunta sobre qué le ha influido a la hora de componer “The Never Engine” (Tresor/Decoder Muzique), su primer álbum en Tresor tras “Dungeon Master”, del 2003.

No sé qué le evocarán las zebras al anglo-chileno, pero lo que está claro es que sus once nuevos cortes podrían aniquilar a toda una manada. O al menos esa es una de las apocalípticas imágenes que puede venir a nuestra cabeza al escuchar piezas como “CYKmovingHigh” o “PERCOLecoDrive”. Cristian Vogel ha compuesto un disco de techno elevado al cubo. Hiperfuturista, duro y oscuro, de escucha incómoda pero tremendamente evocador en imágenes perturbadoras. Un disco hipnótico, irritante y ácido; cargado de drones y beeps hasta el paroxismo. Un disco de discurso desquiciado, bombástico y metafísico... Muchos echaban de menos a este Vogel, al germánico y abstruso, al tecnócrata, al genio loco, pero hay que disculparle, porque ha estado ocupado en otras lindes. “Entre ‘Dungeon Master’ y ‘NeverEngine’, edité ‘Station55’ en Novamute y ‘DoubleDeux/Delicado’ en Station 55, y aparte de esos dos álbumes de electrónica, he estado moviéndome más en otras direcciones. Me he concentrado en desarrollar y estudiar más el arte de la producción, mezcla y masterización de instrumentación convencional; y he estado componiendo, tocando y cantando con mi grupo Night Of The Brain”.

"No quería limitarme a mover y cortar bloques de loops en el ordenador"

Quien haya seguido los pasos de este Woody Allen del techno (recuerda a él por su físico y su manera de expresarse) sabrá de su prolífica actividad. Gestiona su plataforma No Future, trabaja en su estudio Station 55 en Barcelona y dirige el sello del mismo nombre, produce artistas (Sara Da Pin Up, Virüs…), hace remixes, ha compuesto para cine, formó la recomendable aventura electro-hip hop llamada SuperCollider junto al berlinés Jamie Lidell, es constantemente requerido en los clubes más eruditos del mundo, recientemente ha musicado las obras del coreógrafo contemporáneo Gilles Jobin…Con tanta solicitud es comprensible que dejara aparcada su actividad en el label teutón. “Al principio trabajaba libre de presiones porque estaba grabando los temas para pincharlos en mis sesiones de Dj, pero cuando Carola de Tresor oyó los primeros experimentos, me animó a sacarlo adelante. A veces me hace falta una patada en el culo para acabar un proyecto”. Ahora el proyecto es una realidad y como es habitual en Vogel, no es nada convencional. “Los temas que componen ‘The Never Engine’ son grabaciones realizadas mediante un proceso único en el que he utilizado software y hardware que crean la música en tiempo real a través de secuenciadores de diseño propio. La música es el resultado de ese proceso. Y las canciones son fruto de esa performance en directo, casi ni están editadas”. Y me reitero en adjetivos, su sonido es bruto e hiriente pero no pierde la elegancia en ningún momento. “Creo que es música para gente a la que le gusta las experiencias extremas, pero cerebrales y sensuales. Me gusta llamarlo ‘Strictly For the Hardcore’”. Sin duda es una definición que define bien su espíritu punk. “Quería rescatar esa manera de componer música rápidamente, pero sin perder la sonoridad orgánica. No quería limitarme al proceso de crear, mover y cortar bloques de loops en el ordenador… No quería pensar en arreglos ni ediciones. Sólo quería feeling y buenas tomas”. Una de las mejores ‘tomas’ es “Saga”, una techno-epopeya, que destaca por su anárquica superposición de capas y sus más de nueve minutos de desarrollo. “En tres tomas, directo a cinta. A mí también me gusta éste, porque se distingue claramente la fluidez de la interpolación de ‘control data’, un aspecto fundamental en mis diseños de secuenciador”. El resto de humanos, no obstante, pensaremos que es la banda sonora perfecta para ilustrar la imagen de un carnicero despedazando a un cordero o la de una cadena de montaje industrial. Sigamos analizando. “Xpute The WoopWoop” es lo más parecido a un hit… “Sí… ese tema tiene un sobredosis del acento rítmico, que lo llamo el Woop. Y la gente responde bien a eso. ‘Xpute’ fue uno de los primeros ejemplos que salio del NeverEngine Program”. El contrapunto de “Xpute…” son los dos “Protochis”, en los cuales Vogel da un respiro al oyente y entrega un par de pasajes más reposados y minimalistas. “Ambos cortes los compuse con una versión del secuenciador más refinada en términos de mezcla de sonido. En ellas introduje algunos elementos musicales, si no el disco hubiera sido demasiado inhumano…”. Por su parte “SKX engineUndercover”, ácido y malrrollero, es el único track con lo más parecido a una melodía de todo el conjunto. “Esta grabación es un ejemplo de composición espectral, una forma de ‘additive synthesis’, que reduce cualquier sonido a bandas de datos de amplitud, fase y frecuencia. Una vez reducidos, estos datos son modificables matemáticamente y se pueden re-sintetizar a través de un banco de cientos de osciladores. Esta forma de analizar y crear sonido me fascina y estoy orgulloso de haber mezclado un poco de música espectral con un estilo de electrónica más convencional como el techno”. El resto de humanos nos fascinaremos al comprobar que el tema suena como el “chooof” de una zebra zambulléndose en una piscina de éxtasis líquido, o vislumbraremos la imagen de un mono copulando con una anciana, o veremos perros de caza jugando al póquer dentro de un volcán, o a un…

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