LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO
Entrevistas / My Morning Jacket

LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO

Redacción — 15-10-2001
Fotografía — Archivo

ES LA PRIMERA VEZ QUE OÍMOS HABLAR DE ELLOS EN NUESTRO PAÍS Y, CRÉANLO, NO DEBERÍAN PASAR A MY MORNING JACKET POR ALTO. HEREDEROS DE NEIL YOUNG Y CRAZY HORSE, LOS DE KENTUCKY PASAN EL ROCK DE LOS SETENTA POR EL TURMIX DE LO ALTERNATIVO Y CONSIGUEN UN SEGUNDO TRABAJO, “AT DAWN” (DARLA/PIAS/EDEL, 01), QUE DEBERÍA FIGURAR EN SU LISTA DE LA COMPRA.

Te imaginas a My Morning Jacket como la banda sonora de un amanecer silencioso en las montañas. El sol, helado, escupe luz naranja sobre la atmósfera aún opaca de la noche agonizante. A estas alturas te falta oxígeno para respirar. Entre la confusión de la madrugada asciende un cántico espiritual, es el llanto de Jim James, cuyo eco recogen los valles y las sierras para devolverlo a modo de experiencia extra sensorial (“el reverb es uno de los dones más preciosos que Dios nos ha dado. Te permite viajar al cielo cuando estás en la tierra. Cuando canto con reverb ya no soy un tío ordinario, me lleva a algún sitio lejano. De hecho, no puedo soportar cantar sin reverb, me pone enfermo”, confiesa James). Es en este punto, en el cruce de caminos entre el irrealismo mágico de “Led Zeppelin IV” y la melancolía de secuoyas rojas del “Harvest” de Neil Young, donde debemos buscar a la banda de Kentucky.

“¡El rock de los setenta es el único rock que existe! Larga vida para él”

Así es “At Dawn”, la continuación de dimensiones épicas de “Tennessee Fire”, un primer disco todavía inédito en nuestro país. “Me gusta comparar este disco a la caída del imperio romano”, explica James, “pienso que “Tennessee Fire” fue oscuro, un poco fantasmal y éste lo hemos querido hacer más brillante pero también fantasmal, un disco más de mañana que de noche, queríamos añadir algunos sonidos nuevos, llevar la música un paso más adelante, aunque aún seguimos atados al primero. El próximo seguramente será más de día”. Está claro que no estamos ante una banda convencional. Aunque sus referencias sean de sobras conocidas (búsquenlas en cualquier manual de rock de los setenta), Jim James aporta una mirada particular a su blues progresivo y de raíces. Un anticonvencionalismo (“ahora trabajamos más con adivinanzas que con un pensamiento claro”) que puede llevarlos de registros cercanos a Pavement (“Lowdown”) cuando se dejan llevar, a partituras próximas a Mercury Rev (“X-Mas Curtains”, cuando el sentimiento es más grave. El tema navideño es, por cierto, recurrente en la discografía de MMJ. Existe un Ep navideño titulado "MMJ Does Xmas Fiasco Style". “¡Deberías comprarlo! Amamos la navidad y ya no hay demasiadas bandas que hagan discos de navidad, yo tenía algunas canciones navideñas por ahí, metimos un par de versiones (de Nick Cave y Elvis Presley) y ¡bam! nació el disco navideño. Estoy bastante orgulloso de él”. Podríamos caer en la tentación de pensar que MMJ es, en realidad, Jim James. Cuando pasea su voz quejumbrosa sobre la acústica desnuda de su guitarra, pisa senderos próximos a los de un Will Oldham o, pongamos por caso, Damien Jurado. “No, no somos una banda de un solo hombre. Yo llego con el principio de las melodías y el resto de chicos sacan sus líneas”. No se siente, por lo tanto, singer-songwriter. “Songwriter sí, porque escribo todas las canciones, pero no me siento cantautor si eso es lo que quieres decir, a no ser que pienses en un cantautor de los setenta, entonces sí me siento como ellos”. Hablemos del sur y de la tristeza, dos sentimientos que sobrevuelan este amanecer eterno de setenta y cuatro minutos de duración. “Las canciones vienen de alguien que vive dentro de mí, sí, creo que algunas de ellas son algo tristes, pero no en el sentido de volarte los sesos, espero que alguien las encuentre reconfortantes”. Se trata más bien de aquella tristeza de mecedora, de campo de algodón, de velocidad de tractor, del tiempo que no pasa o pasa más lento en otras latitudes. “Eres lo que comes y de dónde vienes afecta a cómo suenas, aunque no diría que venimos del sur profundo”. Profundo o no, provienen de un sur consciente de sus raíces musicales, más pendiente del origen que de la futurología. “Sí, nos gusta la música country, todos los grandes: Johnny Cash, John Prine, Willie Nelson, Buck Owens, Jimmie Rodgers, Hank Williams Sr., Flying Burrito Brothers, etc. Mmm... el viejo country es genial, el nuevo country no mola”. ¿Y si decidimos ponerlos en ese mismo cajón? Vamos necesitados de nombres que describan una banda que trasciende el género. “Odio el nombre ‘alt country’, creo que es estúpido, creo que deberían llamarlo rock’n’roll”. Rock’n’roll, como el de The Allman Brothers, The Band, Lynyrd Skynyrd, Crazy Horse... “¡El rock de los setenta es el único rock que existe! Larga vida para él”. Tómenlo como una provocación.

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