La ambición pop
Entrevistas / Jet Lag

La ambición pop

Redacción — 15-11-2002
Fotografía — Archivo

Estamos ante el segundo disco de Jet Lag y lo primero que sorprende es su espectacular evolución. “Beautiful Scars” (BiterSweet/El Diablo, 02) son doce espléndidas canciones que destilan garra y ternura a partes iguales, cuyas melodías se apoderarán de tus oídos y no los dejarán hasta el final. Ahí va una banda cuyos cimientos están bien asentados. Presta atención.

Cuando Paco Loco volvió de Boston con el master que hizo Jeff Lipton (por sus manos han pasado discos de Jeff Tweedy, Future Bible Heroes, Karate o Voices On The Verge) supieron que funcionaba. El segundo disco de Jet Lag funcionaba como un reloj. Los tres folios con indicaciones para el master se habían traducido en un disco robusto, melódico y compacto. “Beautiful Scars” es, sobre todo, un trabajo muy bien hecho que no deja ningún cabo sin atar: tiene canciones, suena como tiene que sonar y, gracias a su cuidada estructura, es capaz de mantener la atención del oyente durante toda la escucha. El conjunto es contundente, las guitarras están en su sitio, los arreglos ocupan el lugar que deben… ¿quién dijo que el indie de este país tenía que ser amateur? Si no se sabe tocar hay que aprender a hacerlo, si no hay medios, hay que conseguirlos, si hay que pasar de ciertas cosas, pues se pasa. Sólo bandas con una vocación tan clara pueden aspirar a comerse el mundo y Jet Lag lo tienen muy claro. “Te tienes que buscar un poco la vida, tienes que buscarte un curro que te permita estar en el grupo. Si estás en un grupo estás en un grupo, es una prioridad”.

“Hace falta una nueva generación de grupos y parece que es el momento”

Hablamos con el guitarrista Juan Santander y el batería Ramiro Nieto, que según su compañero: “no es el típico batería que pasaba por aquí, para nada, sabe de qué hablamos”. Completan la formación Pablo García (voz y guitarra), Sergio Molina (teclados, coros y percusiones) y Fernando Portalo (bajo y coros). Además, Muni Camón (ex Maddening Flames) canta en “Rain” y Paco Loco pone su guitarra en “Shine On“ y “Six”. Que hablen Juan y Ramiro acerca de la ambición que respira este segundo disco. “Esta es la idea, es el segundo disco y tienes que confirmar lo que la gente había oído de ti y confirmar que va en serio, que esto no es una reunión de amigos y para eso teníamos que ser lo más ambiciosos que pudiéramos. Queríamos un disco grande en el sentido de hacer los arreglos que queríamos hacer y que tuviese un aire conceptual. El disco toma sentido cuando lo oyes entero”. Sé que las comparaciones son odiosas (perdonad, chicos), pero, para orientar al lector despistado, digamos que “Beautiful Scars” puede recordar a los mejores Gigolo Aunts, a Matthew Sweet, a Redd Kross… todas ellas grandes bandas, sin duda, que no tienen que servir para poner a Jet Lag en un cajón, sino para subrayar la calidad de su trabajo. “Me jodería muchísimo que alguien dijera ´ah, suenan como tal…´ la idea es que te pueda gustar o no el grupo, pero que tenga una personalidad definida”. Se nota que han tenido tiempo para trabajar, que la carrera de Jet Lag ya estaba bien planteada desde el principio y que la toma de contacto que representó “Amplifier” les ha servido para crecer. “Creo que, como en todos los grupos, el primer disco sirve para tantear el terreno. Cada uno de nosotros se estaba adaptando un poco a su posición, ahora ya está todo más claro, se ha ido moldeando. Dentro del grupo quizás no lo ves tanto, pero la gente que hay a tu alrededor sí que lo nota”.

“Si tenemos que trabajar el doble lo hacemos, si no hay que dormir no se duerme. Una vez que lo sabes hacer, demuéstralo”

Quizás por eso el grupo ha acotado su terreno, se ha centrado en una idea y la ha desarrollado en once canciones que suman un todo coherente. “En Jet Lag somos todos muy parecidos, pero al mismo tiempo muy distintos en cuanto a gustos, todos aportamos ideas y en éste nos hemos puesto de acuerdo a la hora de meter arreglos de cuerda, teclados, programaciones… por fin sabemos para qué sirven, hemos aprendido a ver lo que pide la canción, no queríamos ser el típico grupo con tecladillos en todas las canciones”. Este empeño en sonar bien, esta ambición que se respira la concepción del disco es una consecuencia directa de la seriedad con la que Jet Lag se toman la música. ¿Hasta dónde llegan estas aspiraciones? “Tenemos una fijación y es que, al igual que pasa con otros estilos, en la escena independiente española hay una serie de grupos que son siempre los mismos y que llevan muchos años trabajando y que están muy, bien, no critico a ninguno de ellos, hay muchos de ellos que me gustan mucho, como Australian Blonde, pero hace falta una nueva generación de grupos y parece que es el momento. Nosotros vamos para ahí y queremos ser uno de los grupos protagonistas de esta nueva generación. Si te fijas, hace tres o cuatro años había pocos grupos, ahora estamos cinco o seis que podemos abanderar o levantar un poco el movimiento”. La sensación es que el amateurismo de la explosión del indie español ha pasado a mejor vida. El público ha crecido, los grupos que no se tiraron a la piscina han desaparecido y los que se atreven a hacerlo son los que están dando el callo. “Estoy pensando en Carrots, en Aina, en Deluxe... Igual que puedo hacer una lista de los grupos que están asentados como Los Planetas, Australian Blonde, Sexy Sadie, ahora ya puedo pensar en grupos nuevos con uno o dos discos que estamos capacitados para generar una nueva escena”. Que se lo pregunten a Sidonie o StandStill (aunque la lista es mucho más larga), a todos los grupos que se están ganando su lugar a base de picar piedra, a base de carretera y muchos sacrificios. Aquí hay muy buenos grupos y lo que hace falta es que se les preste atención en lugar de cargárselos porque están en todos lados. Son ellos y no otros los que están creando el tejido necesario para que la industria independiente, los circuitos de conciertos y el público puedan crecer. Y Jet Lag están ahí, buscando su hueco, con una apuesta propia, honesta y, sobre todo, de calidad. “No sé si lo parece o no, pero es nuestra intención. A nuestro masterizador, que trabaja en Boston, nuestro disco le sonó mucho a Wilco y que un tío como éste te compare con Wilco… esa es la idea, hacer algo nuevo y personal pero que sea bueno”. Perdamos los complejos de inferioridad, ya existen las condiciones para que los grupos de aquí compitan en el extranjero. “Hemos hecho un buen disco y vamos a venderlo en todas partes, no nos preocupa si el mercado español es grande o pequeño, tenemos vocación internacional. Además, hay muchos americanos que allí no son nadie y vienen aquí y consiguen más repercusión que en su país”. O sea, que de complejos nada. “El grupo tiene que ser compacto en todos los sentidos, si tenemos que trabajar el doble lo hacemos, si no hay que dormir no se duerme, este es el planteamiento. Una vez que lo sabes hacer, demuéstralo, ¿qué complejo hay que tener?”. Lo que decía más arriba, si las condiciones son adversas hay que cambiarlas. Alguna gente lo está haciendo y Juan Santander, una de las tres cabezas de Love To Art y BitterSweet (promotora, management y sello), parece haber encontrado una buena fórmula para hacerlo. “Sí, además creo que ahora mismo no encajaríamos mejor en cualquier otro sello. Las multinacionales están desapareciendo de esta parte del mercado, mira a los artistas americanos que estaban grabando para multis dónde están grabando ahora. Además tengo la suerte de poder trabajar en lo que me gusta y tanto el sello como la promotora van muy bien. Tenemos la suerte de trabajar sólo con grupos que nos gustan”. Apunten Gigolo Aunts, The Jayhawks, Australian Blonde, Nada Surf, Big Soul, Diamond Dogs, Ivy, Steve Wynn, Astrid y John P. Strohm entre los grupos que les gustan y que han trabajado con ellos y que representan esta vocación -romántica si quieren-, de aquellos que aman la música de verdad y que, en lugar de verlas pasar desde el sillón de su casa, se mojan por ella.

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