Tu anterior trabajo, "Magia azul" (2014), lo definías como un ejercicio de búsqueda. ¿Cómo describes este segundo disco?
Si el primero fue de búsqueda, este ha sido un álbum de llegada a un lugar con más seguridad y menos dudas. En un primer disco todavía no te has encontrado y vas probando por dónde van los tiros de lo que más te gusta, te funciona o te pone. Y esta búsqueda resulta más fácil en un segundo trabajo porque tienes las cosas más claras y sabes lo que quieres decir lírica y musicalmente.
¿Estás satisfecho con este nuevo trabajo?
Precisamente lo he estado escuchando estos días porque lo vamos a editar en vinilo y aún me sigue gustando. Una sensación que no me pasó tanto con el anterior disco. Suelo ser bastante autocrítico, pero me sigue durando la sensación de satisfacción con este segundo álbum.
Uno de los principales alicientes de "Los años luz" es la presencia de Charlie Bautista en la producción. ¿Cómo surge esta colaboración?
A Charlie me lo presentaron a través de amigos en común. Ya le había conocido por diferentes proyectos y siempre me había encantado como músico. Tuvimos una conversación y me pareció genial por dónde quería guiar la producción. Digamos que hablábamos el mismo idioma y desde el principio entendió lo que yo quería. Ha habido una gran conexión que se ha visto en los resultados. Al final, lo que se ve es el disco, pero lo que más te llevas es la experiencia de trabajar con un tío como Charlie.
"Este ha sido un álbum de llegada a un lugar con más seguridad y menos dudas"
Has dicho que ya conocías a Charlie de otros trabajos, ¿hay alguno en particular que tomases de referencia a la hora de enfocar "Los años luz"?
No para enfocarlo al mío, pero el segundo disco de Jero (Jero Romero) me ha gustado mucho, me llamaron mucho la atención las guitarras que metieron en ese trabajo. Pero la verdad, es que para mi trabajo en concreto íbamos buscando referencias para cada canción según avanzaba el proceso de producción y creación. Grabar un disco es como una carrera de fondo, y al final siempre hay que tener en la cabeza que la mejor canción está por llegar. Para mí, el gran logro de este trabajo ha sido el de hacer un disco en el que hay unidad entre todas las canciones, me resulta difícil destacar un tema sobre el resto. Algo que no pasó en mi anterior trabajo, donde si tenía la sensación que alguna canción sobresalía sobre las demás.
Esa unidad de las canciones también está muy presente en el sonido del álbum hasta que se ve alterada por "Incendio", una canción colocada justo a la mitad que aporta ese "pum", esa pincelada de rock y diversidad al conjunto de canciones.
Efectivamente, es justo la canción que rompe el disco, por eso la colocamos a la mitad. Cada canción te pide algo distinto e "Incendio" me pedía este sonido. No me importa probar y arriesgar, para eso está el estudio. Lo que escuchas de otros artistas dentro o fuera del proceso de composición, quieras o no, te influye. Un ejemplo de ello es "Nos rendimos", con este tema creamos una historia bastante chula a medio camino entre Neil Young y Kurt Vile, pero a la española. Al final es intentar mezclar lo de toda la vida con lo que se hace ahora.
Siguiendo con las influencias, uno de los estandartes actuales de la escena folk nacional es Xisco Rojo, ¿qué similitudes encuentras con él?
Con él me llevo muy bien. Quedamos y cuando tocamos juntos se ve que estamos muy relacionados, pero al final él va por una línea más experimental dentro de lo que es lo acústico, porque él nunca toca enchufado. Su estilo juega más con la improvisación. Más friki, dicho en el buen sentido. Yo, en cambio, tiendo a un corte más clásico.
"Grabar un disco es como una carrera de fondo, la mejor canción siempre está por llegar"
En esta mezcolanzas de géneros que ahora vivimos, ¿serías capaz de definir el circuito en el que se movería tu música?
Eso lo tiene que decir el tiempo. Las previsiones en el mundo de la música es difícil. Es la gente la que decide eso sobre ti. Creo que es un tipo de música que le puede gustar a un grupo amplio de gente. Yo me veo en cualquiera de los festivales eclécticos que hay ahora. Por eso los festivales tienen su gracia: a las 6 puedes estar viendo un grupo más tranquilo y ese mismo día a las 12 de la noche estar escuchando algo más electrónico. Cada artista tiene una propuesta y en este tipo de eventos caben todas. Creo que hay una diversidad que nos beneficia a todos.
Hablando de festivales y conciertos, ¿cómo está siendo la vida en directo de "Los años luz"?
De momento solo hemos hecho el bolo de presentación y fue muy gratificante. A la gente le gustó mucho y hubo gran respuesta por su parte. Además, una de las virtudes del disco se encuentra en que se puede llevar de diferentes maneras en directo, ya sea yo solo o con banda.
El día 17 de junio tocarás en el escenario MondoSonoro en el festival Mad Cool y el 24 volverás a la sala Costello. No te asusta tocar en distintos tipos de ambientes.
Yo me veo bien en ambos tipo de ambientes. Pero creo que mi música es más propicia para sala, en un rollo más intimista, con recogimiento. Ahora mismo es en las salas pequeñas y locales donde debo batirme el cobre.
Para terminar, ¿cuales son tus objetivos para el futuro?
Girar lo máximo posible con este disco y que llegue a mucha gente. Con respecto a componer, sigo escribiendo algunas cosas, bocetos. Este trabajo al final es muy artesano; hay que cogerlo mil veces y desmenuzarlo. Aunque hay épocas más productivas que otras, siempre se está en un estado de alerta en la búsqueda de la la canción ya que el día a día y las experiencias son las cosas que influyen a la hora de escribir.
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