Cambio de rumbo
Entrevistas / Fang

Cambio de rumbo

Jesús Sáez — 29-03-2004
Fotografía — Archivo

Hacia tiempo que no sabíamos de Mariona Aupí y Jaume García. Desde “Monsters” (Satelite K, 01) han pasado casi tres años, y la verdad es que se nota. Olvidémonos de lo que eran, para dar paso a “Dos vidas” (Satelite K, 04).

Y es que han cambiado muchas cosas. Para comenzar, Mariona canta en castellano. Jaume nos cuenta por qué. “Mariona tenía ganas de que se entendiesen sus letras. El inglés es un idioma que es muy bonito, que suena muy bien, pero la gente realmente al final no entiende y no sabe lo que decimos… no hablamos de música con mensaje, ni mucho menos. Pero sí de que su trabajo no sea en vano, que no hubiese que coger las palabras y buscar un diccionario y traducirlas. El castellano es un idioma que fonéticamente es muy diferente al inglés. Este tiene una sonoridad dulce, en seguida suena bien, mientras que el castellano es muy duro, y entonces le ha costado unos años, aparte de librarse del acento y cosas. La primera canción que hizo en castellano no la vocalizaba bien, así que necesitaba un rato para adecuarse. Ha sido algo muy duro para ella pero está muy contenta”.

"Todos tenemos un lado oscuro, un lado nuestro, que no tiene porque ser malo"

Y por otro lado, la música, mucho más acústica, sonando menos oscuros (bueno, “Po” suena a Portishead) y más arrabaleros, mediterráneos, con clarinetes y trombones por medio. “Eso es un poco por el cambio de instrumentos. Los otros discos estaban planteados a partir de teclados y samplers, y éste no. Lo hice con una guitarra española y un bajo acústico, y al cambiar los instrumentos cambió la sonoridad. Y por ello creo que el cambio estilístico viene también un poco dado por ese uso de otros instrumentos, de baterías de verdad, sin teclados, y esto le da un aire mediterráneo, probablemente por nuestra propia procedencia. De todos modos no veo ningún cambio muy radical. En el fondo es lo mismo. Igual no hemos usado acordes oscuros o menores, las armonías son más abiertas e igual todo esto puede hacer que aparente ser un estilo diferente, pero en el fondo para mí es lo mismo”. Ambas cosas, sin duda alguna, abren el abanico de público potencial. “Sí, claro. A la fuerza se amplia. Si es un idioma que entiendes, a la fuerza alguien que no escucha acabará escuchando, al menos la primera estrofa. Yo no reniego de nada, encuentro perfecto cantar en inglés o en francés. Pero no lo hemos hecho tampoco para vender discos, nosotros no vendemos discos (risas). Y el título, “Dos vidas”, creo que deja clara la situación. “Tampoco tiene mucha importancia. Dos vidas, sin hablar de la esquizofrenia, es como las dos caras de la persona. Todos tenemos un lado oscuro, un lado nuestro, que no tiene porque ser malo... en el fondo es un lado más intimo, más personal. Y habla un poquito de eso, de las apariencias, y de las partes que no muestras ni como persona ni como músico”. Y para terminar, una curiosidad, ¿por qué Dalí? “Está en ´Traje para un loco´, pero casi no se entiende. Me costó mucho conseguir su voz. Sale él hablando, diciendo en inglés: ´Mi delirio es Salvador Dalí´. ¿Qué por qué? Pues porque yo conocí a Dalí. Mi padre era su médico, y siempre hemos tratado de integrar cosas... no sé, en ´My Black Dress´ salía la maquina de coser de Mariona... cosas muy familiares... Apareció el tema de Dalí, y como es un recuerdo de la infancia, decidimos meterlo”.

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