“Nos encanta el contraste entre la parte melódica y una masa instrumental más potente”

Son muy jóvenes, llegan desde Valladolid, y debutan con un álbum homónimo en el que podemos encontrar desde el rock más visceral hasta canciones pop ruidosas y melancólicas que se cercanan a sonidos indie. Presentamos a Campogrande.

¿Dónde nace Campo Grande?
Campo Grande se terminó de formar hacia 2022, y básicamente somos cuatro colegas con mucha música en común. Quisimos compartir ese amor por los estilos que más nos atraen, y tocar juntos. Todos estamos, o hemos estado, en otras bandas de palos muy distintos (desde el shoegaze y el emo hasta la psicodelia, la cumbia o el rock), pero de alguna forma confluimos aquí.

Disco homónimo y una portada maravillosa, ¿qué queréis decir con ella?
Hay un pequeño guiño al parque vallisoletano que nos da nombre. Los dos cisnes que aparecen en la portada son de allí. La imagen del parque inglés, algo romanticona, nos pegaba bastante con este estilo de música. Ese efecto difuminado parece multiplicar los cisnes y nos parecía una buena analogía a nuestro sonido, también distorsionado y ruidoso en muchas de las canciones. Tanto la fotografía como el retoque son de Cristina R. Vecino, a la cual admiramos mucho.

¿Cómo os planteasteis la producción de este primer disco? ¿A qué cosas le habéis dado más importancia?
Teníamos claro que, como carta de presentación del grupo, íbamos a mimarlo tanto como pudiéramos. Las canciones llevan un tiempo fraguándose y ha habido muchos cambios y trabajo de arreglos previo. Grabamos en el estudio La Leñera con Pablo Giral, con quien Juan (guitarra) ya había trabajado, y sabíamos que sería afín a lo que hacemos. Para la mezcla pensamos enseguida en Borja Pérez, que le ha dado un enfoque más oscuro, quizá más cercano al post-punk. Esto tal vez sea la clave: nos encanta el contraste entre la parte melódica (que reside sobre todo en la voz principal) y una masa instrumental más potente y directa. Hemos primado que la voz principal esté muy presente, en la cara, y los tintes más hardcore con los coros queden un poco más atrás diluidos. El mastering corrió a cargo de Víctor García de Ultramarinos, que en nuestra opinión le ha dado un empaque final muy firme. Estamos bastante contentos con el resultado.

El disco sale autoeditado, ¿lo habéis movido por sellos? ¿o hoy en día es algo que no veis imprescindible?
Por el momento, no, aunque sí tenemos idea de enviar el proyecto a algunos sellos pequeños. En cuanto a si es indispensable... no es fácil responder. Quizá el principal aporte de un sello ahora mismo sea la visibilidad. Pertenecer a un sello te da una estética y un "con quién te mueves", una pertenencia. Así, los oyentes de un mismo "rollo" te pueden relacionar con gente que puede gustarte mucho, crear cierto imaginario, y eso siempre es una gran ayuda. Y luego, bueno, el posible apoyo económico a la hora de sacar un formato físico.

"Pertenecer a un sello te da una estética y una pertenencia: enviaremos el proyecto a algunos sellos pequeños"

Las canciones tienen todas un poso de melancolía y unas letras un tanto ácidas, ¿responde a vuestra forma de ver el mundo?
¡Es curioso eso de "ácidas"! No se nos había ocurrido, pero tiene sentido. Las letras suelen ser bastante personales, no las escribimos en conjunto. Pero sí que compartimos esa parte nostálgica. Quizá puede usarse el humor "amargo" o la ironía como una forma de banalizar cosas dolorosas. Así las ves con una perspectiva más poética y menos definitiva o pesada. Por ejemplo, "Agua, carne y sal" se centra precisamente en darle importancia a cosas intrascendentes, que quizá sean las que más te acompañen al final. Bueno, que somos un poco intensos, vaya. Pero al final siempre tendemos a un tono esperanzador y liviano.

El disco tiene un sonido muy potente, de guitarras muy poderosas ¿Cuáles son vuestras influencias?
¡Puf! Cada uno viene de su padre y de su madre, y no necesariamente de este género… Alicia (voz y guitarra) tuvo su obsesión con grupos como The Mars Volta, de quien luego descubrió a At The Drive In y el rollo más post-hardcore. Siempre han sido bien vitamínicos, y también le encantan a Juan. Lo mismo con American Football, si hay que señalar a la institución del midwest emo, en cuanto a los adornos de guitarras y las dobles voces entre ambas, somos muy fans... Para la voz hay un grupo japonés que combina muy bien una caña tremenda en lo instrumental con una voz casi infantil, Mass of the Fermenting Dregs... Pero bueno, tal vez al final podamos recordar más a grupos como Rainer Maria o Football, etc. Por no dejar de lado el panorama nacional, en donde nos inspiran de alguna manera bandas actuales como Yawners, Monteperdido, Cala Vento, Viva Belgrado, Comic Sans, La Plata o Biznaga y los franceses Sport, a quienes admiramos mucho, sobre todo por la calidad de lo instrumental. A Laura, nuestra bajista, sólo le inspira Metallica.

He visto que habéis tocado recientemente en la Sala Cientocero de Valladolid ¿Qué tal han sido esos primeros conciertos?
Nos han acogido fenomenal en nuestra ciudad, y en muy poco tiempo. En ese concierto que mencionas, teloneamos a Temerario Mario y fue por Colectivo Laika, que organizan mil cosas interesantes por aquí y apostaron por nosotros desde el principio, sin tener nada publicado. También gracias a ellos hemos tocado en el festival Véral con Menta, La Paloma y Los Punsetes, y poco después compartimos escenario con Yawners y Víbora en el Purgatorio de Medina del Campo. Vamos, que el arranque ha sido increíble y estamos muy agradecidos.

Con este disco ¿visitareis otras ciudades? ¿festivales tal vez?
De momento tenemos varias fechas confirmadas para sacar el disco a pasear: tocamos en León, Santander, presentamos el disco en casa, y luego nos iremos para Oviedo, Madrid y Málaga. Estamos pendientes de alguna cosilla más que anunciaremos las próximas semanas.

¿Cuál es vuestra opinión acerca de los concursos de bandas para tocar en festivales? ¿Os veremos en alguno?
Por el momento no está entre nuestros planes. Algunos hemos tenido experiencias agridulces con los concursos, y creemos que muchas veces el resultado recae más en cuántos seguidores tienes por Instagram que en la propuesta musical. A ver, entendemos que tienes que demostrar cierta repercusión e interés, pero es muy difícil que una banda llegue a emerger de verdad con esas condiciones. Aún así, siempre está guay tener la oportunidad de tocar, conocer a otros y darte a conocer.

¿Cómo lleváis la convivencia con vuestros amigos y compañeros de generación, interesados más en sonidos reguetoneros y urbanos?
Creemos que el momento actual de estar superando ciertos prejuicios y etiquetas en torno a los géneros musicales es algo muy positivo. Nos encantan nuestros compañeros reguetoneros y urbanos, nos gusta la música independientemente del estilo que sea, si nos hace disfrutar, si transmite y se hace de forma honesta. Además, nuestra bajista Laura es Dj con el nombre de La Presidenta y te pincha reguetón y música urbana para mover la cadera; y nuestro batería Santi se dedica profesionalmente al merengue y perreo con autotune con su proyecto Chacho Cósmico en el que Alicia y Laura colaboran. Así que, creo que con eso te respondemos más que de sobra a lo que pensamos de esta convivencia. Llorando por dentro, perreando por fuera, como dice la Ms Nina.

"Nos encantan nuestros compañeros reguetoneros y urbanos; nos gusta la música independientemente del estilo que sea"

¿Cómo veis la escena indie de Valladolid? ¿Hay, precisamente, una escena en la ciudad?
Esta es una pregunta que solemos discutir muchísimo. La propia etiqueta de "indie" es bastante problemática ¿Hablamos de un estilo, de bandas que no pertenecen a grandes discográficas...? Es complicado. En nuestra opinión, la escena en esta ciudad la formamos la gente: solemos juntarnos por amistad y por tener una misma visión de la música como fenómeno, más que por una misma estética o tocar un mismo género. En fin, sí que hay escena, pero muy ecléctica; no tanto "tribus", sino muchas pequeñas propuestas muy diferentes y marcadas.