“En todas nuestras canciones tendemos a ver el lado bueno de las cosas”
Entrevistas / El Faro

“En todas nuestras canciones tendemos a ver el lado bueno de las cosas”

Fran González — 11-01-2024
Fotografía — Maykel Lima

Tras más de una década de actividad irregular, El Faro vuelven a encenderse y a brindarnos su renovado regreso, echando mano de la emoción más cruda como mecha de ignición. Con el apoyo en la sombra de Lisandro Montes (Dorian) y de Sergio Acosta (Zoé), la banda tinerfeña publica ahora su nuevo EP, “Una Paz Extraña” (Intromúsica/Acuarela, 23).

“Una Paz Extraña” es una conmovedora travesía de cuatro pistas a través de las cuales se atreven a reflexionar sobre el papel que juegan la tristeza y el miedo en nuestras vidas, y de paso, experimentar cadencias inéditas en su estilo, a golpe de optimismo y resiliencia. Carlos Díaz, en compañía de Alejandro y Eduardo, se dan cita con nosotros para contarnos más sobre su nuevo trabajo.

La trayectoria de El Faro ha contado con muchos picos y valles. ¿Cómo sentís que ha sido el camino hasta llegar aquí?
(Carlos) Siento que nuestra carrera ha sido fruto de una serie de accidentes, francamente. Empecé a hacer canciones siendo muy joven, allá por 2010, y desde entonces no dejaron de pasarnos cosas, casi por casualidad. Sacamos nuestra primera maqueta, nos fichó Acuarela, tocamos con Daniel Johnston… Nos pasó de todo y de forma muy rápida, pero esa etapa no tardó mucho en cerrarse. Después de ello, me fui a estudiar a Madrid, el grupo se disipó, y no fue hasta 2018 que la banda volvió a rearmarse, esta vez con una formación nueva. Realmente, no llevamos tantos años como parece, si te pones a descontar esos valles de inactividad y el tiempo que hemos estado inoperativos por culpa de la pandemia y demás. Prácticamente, se podría decir que hasta somos un grupo novel.

Una pandemia que cualquiera diría que visteis venir, publicando “Los Años Malos” en febrero de 2020, nada menos.
(Carlos) Bueno, la canción hablaba de una serie de años malos que ya habían pasado, claro. Se buscó que fuera entendida como un broche de cierre para una etapa personal muy mala. Luego nos dimos cuenta de que habíamos pecado de ilusos y que los verdaderos años malos estaban todavía por venir [risas].
(Alejandro) Yo, de hecho, conocí a los chicos alrededor de esa época y siempre digo que antes de conocerles, el mundo era un sitio mejor. No tendrá nada que ver, pero vaya casualidad [risas].

"Siempre que compongo tengo presente la falsa ilusión de creer que nadie va a escuchar nunca aquello que escribo"

Ironías aparte, ahora presentáis vuestro nuevo trabajo, “Una Paz Extraña”. ¿Qué podéis contarnos de ese título tan enigmático?
(Carlos) Realmente “una paz extraña” es exactamente lo que uno siente después de escuchar en perspectiva las cuatro canciones pertenecientes al EP. Éstas se compusieron a lo largo de un año, y capturan bastante bien esas ganas que teníamos de reflejar las sensaciones que nos dejó este particular viaje. Uno que va desde el optimismo más tóxico hasta la aceptación de la tristeza como una parte más de la vida. El EP es el resultado de haber hallado una paz que no es exactamente la que me imaginaba, pero sí una que al menos me convence. Me siento mejor que al principio, y siento que algo ha cambiado, pero no es del todo lo que me esperaba. Es… una paz extraña, ni más ni menos.

Cierto es que el EP empieza muy animado, como dices, con “Algo Bueno” que tiene lo necesario para ser un hit en potencia.
(Carlos) “Algo Bueno” se siente casi como una palmadita en la espalda, la verdad. Un empujón que yo mismo trato de darme, para venirme arriba. Aunque luego nos terminemos desdiciendo en las canciones siguientes [risas]. Nuestra música nunca ha sido descaradamente triste, pero tampoco somos un grupo especialmente alegre. El cuerpo nos pedía hacer este ejercicio de honestidad, por eso no ha habido reparos a la hora de abrirnos. Y debo decir que, a título personal, cuando más inspirado me siento es cuando estoy mal. Si nos lo propusiéramos, podríamos ser aún mucho más tristes, pero en todas nuestras canciones tendemos a ver el lado bueno de las cosas.

Ese nivel de confianza a la hora de soltaros, ¿es fruto de la experiencia o siempre habéis entendido la música desde ese lado emocional?
(Carlos) Siempre que compongo tengo presente la falsa ilusión de creer que nadie va a escuchar nunca aquello que escribo, por eso las canciones acaban teniendo ese poso tan explícito en las letras. Nacen de momentos muy íntimos, y rara vez cambio algo de éstas a posteriori. No me gusta manosearlas, las dejo como están, con la intención de reflejar el momento original en el que se concibieron.
(Alejandro) Aunque Carlos sea el que asuma la responsabilidad de la composición, creo que también tiene mucho que ver en el resultado final de las canciones el hecho de cómo somos entre nosotros, más allá de ser solamente una banda. No solo somos un grupo de chavales que se han juntado para tocar, sino que además somos amigos y no tenemos inconvenientes a la hora de abrirnos entre nosotros y expresar nuestros sentimientos sin barreras. Al final eso también repercute en cómo son nuestras canciones y de cómo éstas salen de lo más hondo y meten el dedo en la llaga. Estamos acostumbrados a compartir entre nosotros todo aquello que nos pasa y, una vez se entra en esa dinámica, también se pierde el miedo escénico.

Una dinámica en la que también han entrado a formar parte dos nombres de peso con mucha experiencia, Lisandro de Dorian y Sergio de Zoé. ¿Qué tal ha sido contar con ellos en la producción del EP?
(Carlos) Ha sido una experiencia increíble, y han aportado todo lo que se puede aportar y más. Las canciones ya las habíamos trabajado bastante por cuenta propia, así que se podría decir que llegamos al estudio con los deberes hechos y sabiendo más o menos lo que queríamos. Aún así, la ayuda de Lisandro y Sergio fue fundamental. Son dos auténticos genios que pusieron todo de su parte para que las canciones sonasen exactamente de la forma que queríamos y nos ayudaron mucho a darle forma a sonidos que parecen casi nuevos en nuestro repertorio. Es muy emocionante ver cómo esa pequeña maqueta que un día compusimos en mi casa, cuando aún había toque de queda, ha terminado llegando a un sitio tan bonito, gracias a su mano y a la de la gente involucrada en la mezcla y la masterización. Nos sentimos como unos niños que están estrenando zapatos nuevos, la verdad.

Hablas de sonidos inéditos, como por ejemplo, esos arreglos electrónicos que percibimos en la parte final de “Algo Bueno”, ¿no?
(Carlos) Ese giro en los arreglos vocales y en los diseños sonoros viene dado precisamente por la música que escuchamos. Más que cualquier otro instrumento, actualmente la voz es el elemento que más importancia tiene en la música pop, y personalmente soy muy fan de ese tipo de artistas que son capaces de jugar con su voz de forma ingeniosa, retorciéndola y manipulándola, como Bon Iver o James Blake. Además, poco antes de ponerme a componer el EP me metí muy dentro del hyperpop. No es algo que haya querido trasladar a El Faro de forma directa, pues todavía sigue primando nuestro lado más crudo y acústico, pero de alguna forma u otra nuestras influencias siempre se terminan percibiendo.

¿Y qué me decís de vuestra Tenerife natal? ¿También os ha influido?
(Carlos) El solo hecho de vivir aquí, ya te influye. El entorno, el clima, el estilo de vida… Tenerife es un entorno de lo más particular. Creo que eso ha terminado repercutiendo en el hecho de que nuestras canciones sean poco estrictas y directas. Además, a mí me gusta mucho coger el coche e irme a escribir por ahí, así que en mi cabeza se genera una relación muy clara entre música y paisaje, donde en ocasiones la Isla se termina convirtiendo en un entorno más inspirador que un estudio al uso.

Teniendo en cuenta que solo hemos conocido la música de El Faro a través del formato corto, ¿creéis que estamos algo más cerca de escuchar un disco vuestro?
(Carlos) Más que buscarlo, el formato corto nos ha encontrado a nosotros. Ya bien sea por temas circunstanciales, siempre ha dado la casualidad de que nos hemos sentido más cómodos editando nuestra música así. Pero por supuesto que nos gustaría lanzar un elepé en el futuro. De hecho, creo que este es el mejor momento para planteárnoslo en serio. Que recuerde, nunca antes habíamos tenido tanto material maquetado y listo para publicar.
(Edu) La pandemia también ha influido mucho en eso, claro. En aquel entonces Carlos aprovechó el tiempo para investigar y desde entonces está muy involucrado en la producción. Ahora mismo tenemos un proceso de trabajo mucho más profesionalizado y eso ha favorecido a que estemos en constante creación.
(Carlos) Desde luego, diría que eso es lo que más ha cambiado e influido en la actividad de El Faro actualmente. El hecho de disponer en casa de un pequeño estudio personal para maquetar y retocar las canciones a nuestro antojo, jugando con las mismas y aprendiendo. Es esto lo que ha hecho que nos sintamos más productivos que nunca y dispongamos de muchísima ilusión para seguir comprometidos con el proyecto.

 

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