NADADENADA
Entrevistas / Chetes

NADADENADA

Jordi Nopca — 16-01-2007
Fotografía — Archivo

Conocimos a Gerardo Garza “Chetes” en un momento particularmente dulce de su trayectoria musical: aunque en su México natal ya lleva casi una década grabando discos y teniendo éxito no ha sido hasta su debut en solitario que su nombre ha empezado a sonar internacionalmente. “Antes de publicar ‘Blanco fácil’ pasé momentos de verdadera ansiedad y nervios, porque no sabía si mi nuevo proyecto funcionaría. Gracias a la reacción del público y la crítica he podido superar muchas cosas –entre otras el pánico escénico– y ahora mismo estoy muy ilusionado”, nos explica horas antes de su primera actuación en Barcelona mientras va sorbiendo una sopa que no acaba de gustarle.

" Quería hacer un disco accesible que pudiera llegar a gustar a mis padres"

Pese a sus veintisiete años, Chetes ya puede presumir de haber hecho de telonero de grupos como Oasis o Placebo y haber tocado en los festivales “más rudos” de su país, así como también en algún escenario mejor del sur de los Estados Unidos. Pero todo eso fue antes de ser simplemente Chetes, cuando formaba parte de los grupos de rock Zurdok Movimento –junto a los cuales publicó tres discos a finales de los noventa y principios de esta década– y Vaquero –que grabó un disco homónimo y enteramente en inglés en 2003. “Las canciones de ‘Blanco fácil’ nacieron después de presentar el debut de Vaquero. Teníamos actuaciones muy esporádicas y empecé a componer nuevo material por mi cuenta. Cuando tuve unas veinte canciones las envié a EMI y sorprendentemente se interesaron”. De ahí a conseguir como productor del álbum a Ken Coomer, batería de Wilco, solamente tuvo que hacer una llamada. “Hablé con él por teléfono y enseguida nos entendimos. Tenía el mismo acento que Elvis, y esto me gustó mucho. Así que me fui a Nashville durante un mes y allí grabamos el disco. Fue fantástico, porque desde el principio noté que íbamos por el mismo camino, y solamente cambiamos los arreglos que yo había propuesto en dos canciones, ‘Regresa’ y ‘Se fue el dolor’, y fue para mejor. Llegué a Nashville con la mente abierta a cambios que pudieran hacer mi música más interesante a la gente, y después de los resultados se puede decir que lo he conseguido”. “Blanco fácil” es un disco de pop cristalino y comercial pero vivido: la influencia de los Beatles –su referencia número uno– lo recorre melódicamente de arriba abajo, aunque esporádicamente recordamos su pasado más rockero (“Camino a casa”) y visitamos una cantina mariachi después de escuchar una guitarra a lo Ventures (“El sonido de tu voz”). “Quería hacer un disco accesible que pudiera llegar a gustar a mis padres”. Y el resultado? “Lo he conseguido”. Enhorabuena, entonces.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.