Bessie Smith
Libros / Jackie Kay

Bessie Smith

9 / 10
Toni Castarnado — 03-11-2022
Empresa — Alpha Decay

Hay muchas maneras de contar una vida. La propia y también la ajena. La ventaja cuando cuentas la de otro es que puedes aportar tu punto de vista y vestir la historia con tus propias experiencias, a menudo relacionadas con su protagonista. Es lo que la escritora Jackie Kay hizo con Bessie Smith. Cogió apuntes biográficos de la llamada Emperatriz del Blues, le puso toques de ficción y al cocktail le sumó poesía (en Escocía ha ganado varios premios en esa parcela literaria) y citas diversas de entendidos, rivales y amantes de la cantante. Publicado originalmente en 1997, se reeditó el año pasado con gran éxito de ventas y críticas excelentes. Ahora se ha traducido al castellano en una edición de poco menos de doscientas páginas.

En este relato se concentran las habilidades artísticas de Bessie, una vida compleja (murió en un accidente de coche) y los avatares de alguien a quien le gustaba poner normas con tal de que nadie la pisara. Por esa razón, no compartía escenario con otras compañeras: no eran celos, era protección. Daba igual que esas compañeras se llamasen Ma Rainey (con quien coincidió como bailarina en el espectáculo de Moses Stokes), Mamie Smith o Ethel Waters. Cuando giraba, a Bessie le fascinaban los bares y, sobre todo, los buffet flats, pisos de recreo pequeños y privados en los que todo valía, desde el juego hasta prácticas sexuales diversas. Se narra también cómo eran las grabaciones de sus discos a través de una bocina cónica. Por ejemplo, para explicar a su público como se hacían los discos, cantaba con la bocina como si realmente estuviese grabando. Aprovechó gran parte de ese material para promover las ventas, consiguiendo con su primer disco alcanzar las 780.000 copias con Columbia Records (previo rechazo de Okeh Records por considerarla muy tosca).

Por otro lado, Kay también nos habla sobre el paradigma social asociado al blues (ellas, plenas de esplendor, con sus perlas y sonrisas exageradas; ellas, cuanto más pobre más bluesman) o de las relaciones en la vida de Smith. Como en el caso de Billie Holiday, ella también eligió al hombre equivocado, en este caso Jackie Gee. Un hombre rudo y con escasa pericia, que no soportaba que ella se emborrachase y que incluso llegó a hacerse pasar por policía. Con todo ello, Kay radiografía a la perfección cómo era el sur de Estados Unidos en los años veinte y por qué motivos, a día de hoy, la figura de Bessie Smith es referencial tanto para el género como para movimientos del valor de Black Lives Matter o MeToo. “No había artificio: era una mujer que se abría en canal con un cuchillo para dejar a la vista de todos un corazón maravilloso”.

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