Suerte, chica

Feminine rage. Ante un mundo así, ¿qué otra cosa nos queda? Una respuesta femenina física, cruda, que brota de las entrañas, y no pide perdón, ante aquello que está mal de lo que nos. Y si se hace a ritmo de pogo con las colegas, aun mejor. “Suerte, chica” es esto y mucho más. Después de su primer EP “tantos chicos malos y tan poco tiempo”, las madrileñas Shego regresan con su “mejor y único disco hasta la fecha”.

Si breve y bueno, dos veces bueno. En poco más de veinte minutos –ocho canciones– juegan con el pop, el rock o el post-punk como les apetece. Con guitarras rock, bajos groovies (grabados por Irenegarry antes de irse del grupo), una pizca de psicodelia, arreglos electrónicos, baladas absolutamente pop y un descubrimiento club que ni tú ni yo esperábamos. Todo cargado con la enérgica sinceridad de Maite, Raquel, Charlotte y Aroa, que viene a reclamar todo lo que es suyo junto al infinito derecho a la irreverencia.

Abren seductoras, algo oscuras, hipnóticas, con “siendo mala”. Rebajan el ritmo con “sorry ojitos”, y casi nos convencen, con su colaboración con Natalia Lacunza en “qué voy a hacer”, que el pop de baile de final de curso se ha apoderado de ellas. Pero lejos de las melodías, su angustia, casi furia, pasa por lo físico “arranca de cuajo toda esta maldad”. Toda esta manera de vivir las relaciones sentimentales estalla en el que fue el instant classic “LUCKY”. Un tema que suenan al desgarro de no saber cómo gestionar algo que te hace daño, pero no puedes dejar.

A partir de aquí, exigen el goce. “Quería vestirlo de seda”, pero “estoy cachonda”, un tema que todo chaval con llaves en un mosquetón querría haber escrito, pero nunca tuvieron los ovarios de componerlo. En “me lloro entera”, piden lo que merecen: estar todo el día en la cama con quien por fin lo hace bien. Y cuando te acostumbras a sus guitarras, se ponen las gafas de sol y te arrastran al club: “steak tar tar”, de la mano de DRUMMIE, integrante de rusia-idk y uno de los productores más prometedores del nuevo Madrid. Su carta de presentación cierra con “Peggy Lee”. Podría haber sido una buena balada para cerrar, pero las tías lo tienen claro y lo culminan en un pogo agitado que reclama un presente tan bueno que ya no se eche de menos la infancia.

“Suerte, amiga” es un homenaje a todas las que estuvieron ahí antes que ellas abriendo camino, pero, sobre todo, se convierte un empujón para todas las que vendrán.