Sawayama
Discos / Rina Sawayama

Sawayama

8 / 10
Núria Cardús — 21-04-2020
Empresa — Dirty Hit
Género — Pop

“Sawayama”, así se titula el álbum de estudio debut de Rina Sawayama. En 2017 ya nos presentó un EP homónimo, “Rina”, así que el título debía estar a la altura de lo esperado. De nuevo un trabajo homónimo que incluso podría considerarse una segunda parte de aquellos ocho temas que publicó hace tres años. Y una demostración más de que Rina Sawayama sabe moverse en distintos registros y estilos musicales. Para ella, versatilidad nunca supondrá perder su esencia, sino más bien todo lo contrario.

Aunque el pop futurista de “Rina” ya nos dejaba intuir el potencial de la artista, todavía no podíamos imaginar de todo lo que era capaz. Una y otra vez, la japonesa afincada en Londres entra y sale de terrenos de lo más diverso, desde el pop de aires mainstream a las guitarras metal, pasando por los sintetizadores, el R&B, incluso la música clásica. Así, “Sawayama” combina elementos metal y pop en temas como “Dynasty” o “STFU!”, en los que podemos descubrir tanto la influencia de bandas duras lideradas por mujeres como Evanescence, Epica o Within Temptation como una conexión con el universo de nombres en los que pop y metal se combinan de formas distintas como Poppy o las japonesas BabyMetal. En estas canciones la artista muestra su lado más rebelde, dejando a la luz su cara menos inocente. Además, si nos centramos en concreto en la letra de “STFU!”, explica cómo sentía cuando tuvo que lidiar con las microagresiones racistas a lo largo de su vida.

Pero no podemos quedarnos solo con eso, ya que si en algo se maneja bien Sawayama es en cambiar de rumbo, sin que se pierda el hilo conductor, algo que parece haber aprendido de su amiga Charli XCX. Sawayama ha crecido en un tiempo en el que las etiquetas se entrelazan sin prejuicios, algo que, sin duda, se refleja en su universo. Un universo que tan pronto echa mano de sonidos orientales y voces susurradas como guitarras metal, algo presente en gran parte de los cortes.

En “Akasaka Sad” destaca el uso sintetizadores y del autotune mostrando la influencia de “Cry Me A River” de Justin Timberlake; “Love Me 4 Me” es más pop comercial con elementos del pop de los 2000 de Christina Aguilera o Britney Spears. También “Tokyo Love Hotel” entraría en esta gama junto con “Chosen Family”, una balada más sentimental y profunda, y “Bad Friends”, aunque más plano y no tan experimental como el resto. Y no nos olvidemos de ese single de aires dance que es “Comme Des Garçons (Like The Boys)”, ni de “Paradisin” es un tema bubblegum pop con sonidos propios de Nintendo y baterías rápidas en el que vemos la influencia de los openings musicales de las series anime haciendo referencia a sus raíces japonesas.

Rina Sawayama sabe lo que quiere y lo deja bien claro en cada una de sus canciones. “Fuck This World” no tiene una letra muy elaborada, pero es muy sincera y concisa, y sirve además para coger fuerzas para encarar la recta final del álbum. Sawayama regresa a lo experimental en “Who’s Gonna Save U Now?” con las omnipresentes guitarras metal y su voz lírica con reminiscencias al “Fighter” de Christina Aguilera de 2002. No cabe duda que Rina tiene a la cantante como referente, sobre todo a la hora de explorar las posibilidades de su voz. Sawayama deja lo mejor para el final. “Snakeskin” es un cierre extraordinario en el que muestra su lado más lírico. Es una canción experimental clásica que, en su ecuador, se acerca al dubstep y al trap electrónico, y que se cierra con un sampleado de su madre interpretando la sonata Pathetique de Beethoven.

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