Face To Face

De esta clase de asociaciones nunca sabes que va a salir. El pálpito, así de primeras, te indica cómo vas a digerir la aventura. Siempre depende de los protagonistas –en este caso las protagonistas– y de las posibles conexiones existentes. No cabe duda de que la sensación al conocer la noticia del proyecto conjunto de Suzy Quatro y KT Tunstall fue la curiosidad. Atando cabos para encontrar la conexión más lógica entre sus carreras. Quatro ha revivido en los últimos años gracias a un bonito documental, grabando un último disco resultón y volviendo de nuevo a la carretera. KT Tunstall, por su parte, da para más lecturas. Empezó su carrear de forma meteórica, marcando unas expectativas muy altas que el paso del tiempo no ha reafirmado. Sin embargo, lo logrado le da para mantenerse en una posición que para sí quisieran el noventa y nueve por ciento de los músicos. Por eso, tanto la una como la otra, con sus distintas circunstancias, podían permitirse un capricho como este, y los que puedan venir en el futuro.

Concebido en la casa de la propia Suzi Quatro, lo que demuestra la escucha de “Face To Face” es que, ante todo, ambas querían divertirse y lo que surgiera se daría por bueno. Esa es la sensación es la que transmite un disco dinámico que empieza en modo semiacústico con un estribillo –el de “Shine A Light”– que invita a corearlo cuando actúen juntas. Pero no todo el disco va por ahí, sino que nos encontramos con una variedad muy natural. En “Good Kinda Hot” se desmelenan de forma nada gratuita. En la canción hay blues, también glam y todo ello con fuerte aroma a los noventa más alternativos. En “If I Come Home” combinan con calidez sus voces, recordando a cuando las hermanas Wilson acertaban de pleno en Heart, mientras que en “Damage” se ponen un sombrero de cowboy.

En resumen, “Face To Face” es un disco que destila honestidad y transmite algo que a veces olvidamos cuando se trata de música, tanto quienes la hacen como quienes luego la escuchamos, que lo importante aquí es jugar y pasarlo bien. Y seguro que ellas han gozado creando estas canciones. No nos cabe la menor duda. Para muestra, “The Ladies Room”, el corte que cierra el disco y que, con la imaginación correcta, nos sitúa en un bar de carretera cantándola a altas horas de la madrugada.