Back To Rockport
Discos / Kidd Keo

Back To Rockport

7 / 10
Luis M. Maínez — 30-08-2020
Empresa — Warner
Género — Trap

“Back To Rockport” es un tour de force de un Kidd Keo que, en este punto, parece claro que ha dejado de mirar a España (que no por ello al español) para buscar un presente y un futuro en el continente americano. El alicantino ha desarrollado un imaginario oscuro, vertiginoso y lleno de diversas ilegalidades que puede resultar muy atractivo para el oyente superficial o para un público menos exigente en cuanto a profundidad conceptual que, en su estilo, no ofrece fisuras.

Kidd Keo pone sobre la mesa más de dos docenas de canciones que nos hacían soñar con un disco ecléctico y transformador, que marcara la diferencia y fuera ese proyecto definitivo con el que todos los artistas sueñan. Sobre todo después del interesantísimo “Rockport Espacial”, pionero del tech-trap en España. Sin embargo, con “Back To Rockport” se queda algo lejos de conseguirlo. Cabe decir que Kidd Keo nunca ha sido un artista que destaque por su experimentación, pero los anuncios de neón de “Rockport” que ha ido dejando en los últimos tiempos allí donde ha tenido ocasión, daban la impresión de que ahora sí, que estábamos ante un trabajo definitivo.

Con todo, “Back To Rockport” funciona como lo que es: un disco de trap honesto que no pretende más que sonar mucho y crear ritmos pegadizos que pongan a la gente en el estado mental de Kidd Keo, ese Rockport salido de un videojuego de carreras como es el “Need For Speed”. Eso sí, ha conseguido que vayan a visitarlo a su ciudad del pecado artistas con los que muchos en nuestro país solo podrían soñar, como la joven y talentosísima Young M.A. y otros como el dominicano Kiko El Crazy, con el que firma un tema como “ME FLIPA”, o Alemán, viejo conocido del alicantino, que evidencian que Keo mira con éxito más a América que a España pero también que incursiones de este estilo no hacen crecer sobremanera.

Ambición y música a raudales para la vuelta al larga duración de Kidd Keo más de dos años después de “Keoland”, pero ha faltado esa chispa definitiva que hiciera prender la gasolina que inunda la pista de Rockport.

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