The Flames pt. 2
Discos / Kele Okereke

The Flames pt. 2

6 / 10
Fran González — 03-04-2023
Empresa — Kola
Género — Indie rock

Kele Okereke continúa labrando su particular escapismo individualista, tratando de mostrarnos a los presentes descreídos que existe vida después de Bloc Party, con su sexto álbum en solitario y la secuela natural de su anterior trabajo, “The Waves pt.1” (Kola, 21). A diferencia del mismo, más introspectivo y sin duda marcado por el contexto pandémico en el que se formuló, “The Flames pt. 2” (Kola, 21) se mimetiza con el desprecintado socio-afectivo vivido en el último año y nos permite atestiguar el lado más colectivo de su artífice, a través de una óptica romántica y ácida a partes iguales.

Poco requiere el bueno de Kele para llevar a cabo su cometido: una guitarra, una caja de ritmos y su voz del todo reconocible. Estrategia que, precisamente por esa crudeza minimalista en los recursos, va a recordarnos inevitablemente a los primeros años de actividad de su banda madre, donde todavía tenía algún sentido y gracia emular esos ciertos dejes con sabor a revival garajero y dosmilero (“Reckless”). La escasa chispa estará, en cambio, en ver al artista de Liverpool sacando sus dotes narrativas para aproximarnos a su perspectiva y comprensión de esta Nueva Normalidad que nos rodea, empatizando con esa torpeza social colectiva que en marzo de 2020 todos comenzamos a desarrollar sin ser todavía conscientes de ello. Vemos a Kele implorando sin tapujos algo de calor para un corazón dañado que se arrastra por las aplicaciones de citas en busca de una conexión inmediata pero significativa (“Can you fix a problem that you did not make? Can you mend a heart that you did not break?”, canta en “Someone To Make Me Laugh”), signo de los tiempos y de esa manifiesta necesidad de queer hacer realidad nuestra portabilidad del indoor al outdoor (“I’m thinking about stopping him the next time we pass, asking for the time to see if there are sparks”, le vemos pasando a la acción en “I’m In Love With An Outline”).

Crushes fugaces aparte, Kele representa a lo largo de sus pistas una remarcable cantidad de subibajas emocionales que van desde la más pura euforia veraniega y cancaneante (“True Love Knows No Death”) hasta la melancolía instrumental más cautivadora (“The Colour of Dying Flame”). Aunque lamentablemente comprobaremos cómo el rotulador se le queda sin tinta a las puertas de temas que pintaban muy bien (“No Risk No Reward”), Kele no nos deja irnos con las manos vacías y nos brinda al menos uno de esos temas que invitan a quemar zapatilla en la pista de baile, a golpe de línea de bajo dance-rock y rimas agitadas (“Vandal”). Nuevamente, una prueba más de ese acomodamiento desconcertante a este nuevo escenario que se parece mucho al anterior, pero no.

Con muestras de una latente visión experimentalista que aún no termina de encontrar su lugar entre referentes imposibles y colores primarios que se quedan cortos, Kele evidencia desde una ambición de dudosa abarcabilidad su versatilidad para crear planos del todo diversos y familiares para el oyente medio.

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