Spark
Discos / Grande Days

Spark

8 / 10
Jon Pagola — 18-05-2016
Empresa — Autoeditado
Género — Post Rock

Grande Days ha ido cuajándose lentamente desde su formación en 2013, con actuaciones esporádicas concentradas en los últimos meses. Hasta ahora la mecha del grupo ha sido más bien tímida, como la que da origen al leve incendio forestal que dibuja la portada de su EP de debut y que asoma en un costado entre las malezas y los árboles. No es ésta la típica imagen desoladora de un bosque ardiendo. Las llamaradas de fuego irradian una extraña calma, un aire bucólico que conforma una bonita postal pero que, sin embargo, como ocurre con los incendios veraniegos, tiene un terrible destino que está escrito de antemano: arrasar el campo. Convertir el monte en un cementerio de cerillas humeantes.

Las canciones del grupo donostiarra también se mueven en esa dualidad, entre la belleza y la fatalidad, entre evocadores e idílicos paisajes que acaban siendo devorados por alguna siniestra mano o porque la naturaleza, a veces puñetera, así lo ha querido. Grabado en los estudios Bonberenea de Tolosa, “Spark” -sí, se titula casi igual que el álbum de Beach House, el único punto en común entre ambos grupos- ha sido producido y mezclado por Karlos Osinaga, de Lïsabo, una mano experta en esto del rock crudo y visceral con el que querían contar sí o sí.

La colaboración de la trompeta de Pau Rodríguez, de Za!, fue más bien accidental. El músico se encontraba en Bonberenea, le propusieron que aportara su granito de arena y aceptó al instante. La unión se ha sellado en el corte inaugural, “Intro”, y en “Phantom”, donde el instrumento de viento va cogiendo fuerza y parece que aviva el fuego.

Ion Grijalbo, Ander Vildósola, Jose Lluch e Ignacio Bilbao vienen de grupos como Miztura, Havoc, Rumano Power o Anai Arrebak. Por capacidad de emoción (“Winter”), peso instrumental (“Cold”) y perfil atmosférico y guadianesco (“Hope”), podríamos encajar a Grande Days dentro de la etiqueta de post-rock o en la de un rock alternativo que vuela libre. Observando desde el aire, a vista de pájaro, cómo un paisaje precioso que acaba siendo pasto de las llamas.

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