World's Strongest Man
Discos / Gaz Coombes

World's Strongest Man

7 / 10
Raúl Julián — 04-05-2018
Empresa — Caroline/Music As Usual
Género — Pop

Para la inmensa mayoría, Supergrass han quedado como uno de aquellos grupos del Britpop, concretamente uno de los más simpáticos y frescos del lote sobre todo atendiendo a su juvenil debut "I Should Coco" (Parlophone, 95). Sin embargo y a lo largo de sus casi quince años de trayectoria, Gaz Coombes, Mick Quinn y Danny Goffey también firmaron temas (e incluso discos), bastante más oscuros e incluso enrevesados de lo que su trabajo más celebrado podría sugerir.

Tras la disolución del combo de Oxford y después de vacilar con el proyecto The Hotrats y editar un primer disco en solitario tirando a anecdótico -“Here Come The Bombs” (Hot Fruit, 12)-, el vocalista Gaz Coombes despegó definitivamente con un trabajo tan maduro e inspirado (nominación al Mercury Prize incluida) como fue “Matador” (Hot Fruit, 15). Un movimiento tirando a sorpresivo, que desvelaba facetas más bien inéditas del autor, y con el que entraba (ahora sí) por la puerta grande en su segunda etapa creativa. Para afrontar su continuación, el músico apuesta por desarrollar aún más (y en diferentes direcciones) esa madurez, al tiempo de aumentar sensiblemente ambición y complicación compositiva. Una decisión que sin duda termina por determinar el perfil de la obra y también sus posteriores consecuencias.

El británico acumula capas (y también géneros y elementos accesorios) en cada canción, y las trabaja hasta convertirlas en piezas de tres o cuatro minutos. La mayoría de las veces el resultado resulta majestuoso, brillante y embaucador (“World’s Strongest Man”, “Deep Pockets”, “Wounded Egos”, “Oxygen Mask” o The Oaks”), mientras que puntualmente deriva en un exceso de densidad algo forzada (“In Waves”, “Shit (I’ve Done It Again), o esa “Walk The Walk” deudora de Radiohead). La convicción del propio impulso ha resultado determinante a la hora de consensuar el acerado talante imaginativo y vanguardista del disco, pero seguramente también a la hora de apuntillar algunos excesos no necesariamente favorecedores.

“World’s Strongest Man” (Caroline, 18) es un ejemplo de música pluscuamperfecta, con recovecos y diferentes tonalidades luminosas, que según el instante puede remitir a Gorillaz, David Byrne, The Beta Band, Neu!, Wild Beasts o los mencionados Radiohead. Una entrega que muestra la capacidad para experimentar de su autor, en una tendencia que le lleva a investigar nuevas vías de actuación. E incluso con sus localizados errores de cálculo, supone un convencido paso al frente. El de un músico que continúa avanzando en una única dirección: la que parece señalar su propia inquietud.

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