Pilat

La banda gasteiztarra Duluth presenta su segundo disco, “Pilat”. Con una producción mucho más elaborada que su anterior “El lustro y la polilla” (2018), y en el que siguen ahondando en su particular estilo, basado en sonidos que fluctúan entre el rock, el pop, e incluso el funky, dando una gran importancia a las melodías y a los riffs de guitarras, que les acercan a artistas como John Frusciante, Carmen Boza o David Bazan, todo ello acompañado de unas letras crípticas, que hacen de Duluth una banda única en el panorama actual.

Desde el primer acorde de la inicial ‘Cormorán’ podemos apreciar esa mejoría notable en la producción de la que hablábamos al principio, así como la intención que mantienen a lo largo de todo el disco de aportar algo diferente a la escena. Y es que, efectivamente, Duluth son un grupo distinto, capaces de mezclar momentos rockeros como el solo guitarrero de ‘Pilat’ con el rock alternativo de ‘Atlántica’, que los acerca a los últimos Piratas, e incluso sacar su vena más funky en ‘Las campanas’.

Todo ello inundado por una atmósfera especial, a ratos tenebrosa, como en ‘Alicia’, el tema más oscuro del disco, y en otras ocasiones más luminosa, como en ‘Guardamar’, un tema que podría servir como resumen perfecto de lo que es el disco: un riff pegajoso que va llevando la canción donde quiere, apoyado en unas letras que, partiendo de la oscuridad y de la melancolía de los primeros versos, se torna en una canción de bellos recuerdos al entrar el sonido del teclado. Eso es Duluth en 2022: un continuo sube-baja de emociones y de sonidos que nos llevan por donde ellos quieren en cada momento, sin dar un segundo de tregua a la sorpresa continua. Un ejercicio de libertad musical que hace de esta banda gasteiztarra uno de los grandes proyectos de futuro en Euskadi.