All These Things
Discos / D C Gore

All These Things

7 / 10
Fran González — 29-08-2022
Empresa — Domino
Género — Indie pop

No es la primera vez que una etapa controvertida y oscura de nuestra historia sirve a su vez como mecha que prende el imaginario creativo de un artista. Sin ir más lejos, no hay más que echar un vistazo a la ingente cantidad de trabajos que la edad Trump o la crisis sanitaria nos han dejado en los últimos años. En el caso del discurso del británico Dominic Gore, conocido popularmente como DC Gore, detectamos las influencias de un entorno deprimido y maltratado por las acciones de una clase política que ha sentenciado a la desconexión y al aislamiento a su Reino Unido natal para con el resto de naciones. La rabia y el descontento que catapultan los mimbres con los que Gore da forma a su debut en solitario, “All These Things” (Domino, 22), perfectamente podrían haber sido planteados y expresados desde otro plano, más iracundo y airado. Sin embargo, el británico –renacido artísticamente tras la disolución de su proyecto previo, Little Cub- decide optar por armar su particular revolución desde el romanticismo y el baile, tal y como ya hicieran en su día otros icónicos compositores que cohabitan entre sus influencias.

En su tardía veintena y con esta reciente metralla de noticias para el olvido a sus espaldas, Gore reflexiona en este primer trabajo en solitario sobre algo tan simple pero pernicioso como es ese choque entre las expectativas que a su generación le fueron prometidas y la desalentadora realidad que les ha tocado protagonizar y presenciar (“Millenium People”). Sus melodías, enigmáticamente atmosféricas y nocturnamente envolventes, nos despistan entre añiles destellos sintéticos y bellísimas incursiones de saxofón (gentileza de Dan Berry de Bombay Bicycle Club). Pero hay algo en la deliciosa y punzante métrica de Gore que no nos permite desconectar del todo de sus letras –a pesar de que el ritmo aledaño nos pida movimiento-, pues su preocupada y crítica visión del presente genera poderosas líneas en las que remueve conciencias y no da puntada sin hilo: “Mobile phone-shaped tan lines, the fascist weekender. I caught you preening on the beach of Cornwall’s oyster bars, and all before the cameras a dirty one-legged dance. Like Churchill in Afghanistan, you marched on in your pants” canta Gore en “Nietzsche On The Beach”. Y es que, en una suerte de intento por hacer que el universo gráfico de Martin Parr tenga su propia banda sonora, el cantante no pierde ocasión en poner de relieve sobre sus letras esa ácida visión de la cara más sórdida y grotesca de sus conciudadanos, a caballo entre el humor y la hipérbole más barroca. Algo que continuaremos apreciando en la tónica general del álbum, plagada de inflexiones melancólicas y taciturnas, donde se generarán relatos oscuros como los que acontecen en pistas como “Need You Tonight” o “Set You Free”, y en los que el romanticismo más escabroso y tóxico se hace presente.

Además de esa velada carga política, diluida entre posos de discreta poesía y metáfora, Gore echa mano de un bagaje musical excelso con el que logra trasladarnos de década a través de ese sonido synthpop tan evocador y amigo de la nostalgia que conquistará a los amantes de bandas como Orchestral Manoeuvres in the Dark (“Bodies”) o Pet Shop Boys (“California”). Como si de la orquesta del Titanic en medio de su hundimiento se tratara, los luminosos beats sumados a esa casi falta de emoción con a que Gore desliza su narrativa a lo largo de los nueve cortes de este “All These Things”, acaba siendo por ende una muestra viva de cómo el británico lucha por inyectarle esperanza a un futuro sometido y desalentador. Eso sí, siempre nos quedará la pista de baile.

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