All The Kids Are Super Bummed Out
Discos / Luke Haines & Peter Buck ...

All The Kids Are Super Bummed Out

8 / 10
JC Peña — 08-03-2023
Empresa — Cherry Red
Género — Rock

Podrían contarse con los dedos de una mano los músicos de su generación que mantienen el nivel de productividad y exigencia de Luke Haines, uno de los tipos más singulares que ha dado la escena británica en décadas. Observador vitriólico de las miserias de su país al tiempo que francotirador empapado de las paranoias políticas del siglo pasado, su insólita alianza con el elegante guitarrista de R.E.M. dio para un magnífico disco publicado en lo peor de la pandemia y que, como demuestra esta brillante continuación, no ha sido flor de un día.

Los dos compinches redoblan su apuesta hasta completar un deslumbrante trabajo que, como sucede con tantas cosas en esta era de la sobreabundancia, la acumulación de novedades efímeras y el picoteo digital, corre el riesgo de pasar desapercibido. Sería un pecado mortal, porque las diecisiete canciones aquí incluidas son un despliegue de talento musical tan inteligente como visceral al alcance de pocos.

Las historias surrealistas susurradas por Haines, con hilarantes e inteligentes referencias a la Guerra Fría, las obsesiones que marcaron el siglo XX y la cultura pop, se visten con ropajes de ese ácido y juguetón rock psicodélico atemporal que le sienta como anillo al dedo (lo del extraño sintetizador-flauta no tiene precio). Como es norma en su personalísima visión, los títulos tampoco tienen desperdicio, pero están inmejorablemente acompañados por la banda: además del dúo, dos ilustres de la escena norteamericana, el escudero de R.E.M. Scott McCaughey y la excelente batería Linda Pitmon (Filthy Friends), además de la colaboración puntual de Lenny Kaye (Patti Smith). Todos ponen lo suyo con objetivo de elevar una suculenta ristra de canciones, algunas de las cuales se codean ya con lo más granado del amplio repertorio del fundador de The Auteurs.

Y los tesoros parecen no agotarse: del estribillo y las guitarras de “The British Army On LSD” a las deliciosas acústicas de “Sunstroke”, la intensidad rítmica de “45 Revolutions” o la furia inspirada de “The Sky Is Full Of Insane Machines” o “The Commies Are Coming” (ahora que la histeria paranoica de la Guerra Fría ha vuelto); de las vibraciones garajeras lúdicas de “Psychedelic Sitar Casual” a los experimentos atmosféricos de “Minimalist House Burns Down” o la delicadeza esquinada de “Waiting For The UFOS”, este original, inclasificable artefacto es un nuevo recordatorio del talento hasta la fecha inagotable de uno de los compositores más singulares que ha dado Inglaterra -acompañado, claro está, de la mejor manera. Pero eso ya lo dije al principio, ¿no?

 

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