Sin objeciones
Conciertos / The Fuzztones

Sin objeciones

7 / 10
Raúl Julián — 31-03-2022
Fecha — 25 marzo, 2022
Sala — Villanos, Madrid
Fotografía — Raúl Julián

Uno de los atractivos de reencontrarse con The Fuzztones a cada nueva gira reside en el hecho, quizás algo morboso, de comprobar en qué momento escénico se encontrará Rudi Protrudi. El vocalista es auténtico artífice del proyecto, así como único miembro de aquella formación original que a mediados de los ochenta grabó el seminal ‘Lysergic Emanations’ (Easy Action, 84), compendio de garage, punk y psicodelia que poco después sería pieza relevante en el sonido de la escena grunge. En cualquier caso, la gira de los norteamericanos tenía como motivo principal presentar las canciones de ‘NYC’ (Cleopatra, 20), el que hasta el momento es último trabajo con la firma del grupo y cuya defensa en directo quedó forzosamente aparcada por la llegada de la pandemia.

Un tour de tres fechas que tenía en Madrid su parada intermedia, tras el bolo ofrecido por el combo en Bilbao y antes de poner la furgoneta en dirección a Valencia. Una cita que, a su paso por la Villa, generó no poco interés entre aquellos seguidores de la vieja escuela que tuvieron a bien llenar la Sala Caracol. Protrudi se rodea para la ocasión de tres músicos adicionales, cubriendo los puestos de batería, teclista y bajista, mientras que él mismo copa mayoría de miradas con esa inseparable guitarra Vox V209 que también cruza el ya mítico logo del grupo. La formación dejó buenas sensaciones, con Protrudi mostrando un buen estado vocal y la banda ejerciendo solventemente entre los parámetros marcados por el género. Una actuación que contó con generosa representación de temas del mencionado ‘NYC’ (Cleopatra, 20) –que no son sino peculiares relecturas de otros artistas de la ciudad como Frank Sinatra, Ramones, Patti Smith, The Cramps o New York Dolls–, encajando con naturalidad junto a compañeras pretéritas e incidiendo en el propio talante del concierto.

Por lo demás, pocas sorpresas durante la hora y media durante la que formación estuvo sobre el escenario, con buen sonido sosteniendo una actuación tan predecible como en realidad contundente y convincente, que tampoco escatimo en poses típicas, distorsiones y algunos movimientos efectistas de cara a la galería. Para los bises, The Fuzztones apostaron por ofertar sonidos cercanos al surf, en formato de trío tras prescindir de ese teclista que bien podrían haberle arrebatado a Spinal Tap. Todo antes de rematar la jugada con otra dosis de electricidad, con la que Protrudi superaba el agotamiento físico exhibido desde hacía rato. Fuzztones cumplieron con lo esperado, apostando por un sota, caballo y rey ante el que poco cabe objetar. Y es que, el poder del rock clásico parece no extinguirse, en torno a una fórmula inagotable con la que siempre apetece el reencuentro.

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