Grenouille, el momento del salto
Conciertos / Grenouille

Grenouille, el momento del salto

8 / 10
Job Ledesma — 03-03-2012
Sala — Aguere Espacio Cultural / La Laguna
Fotografía — Encarneviva

En Grenouille es todo al revés e inesperado, hasta el punto que convocaron un concurso de entradas gratis para su concierto del viernes con la idea de que la gente acertara su particular configuración instrumental. La grandeza de este proyecto que podría ligarse con esa tendencia global de tremendismo acústico (por momentos, con ese arrebatamiento de cuerdas sobre la tarima, es fácil ver una versión insular de, ¡glups!, Arcade Fire) está en que son un canto a la diferencia constante. El público, acostumbrado a las convenciones poprockeras, busca algo entre los huecos de las canciones que no llenan ni bajos ni guitarras eléctricas, totalmente ausentes. En Grenouille, violín, cello, celesta y demás sonidos de teclados rarunos son los elementos dominantes, justo lo que para cualquier otro músico de la galaxia alternativa es añadido lujoso.

Ojo, el eje es la canción, vertebrada en torno a la voz muy bien ubicada de Javier Afonso, líder de la idea; esas bellísimas sucesiones de acordes siempre a lomos de la tristeza y la imposibilidad de comprender un mundo cada vez más extraño. A partir de ahí, Grenouille apela a todos esos elementos de diferencia, donde el añadido de una batería, demasiado dominante en el directo del Aguere, no deja de ser un punto de apoyo, a veces esencial en cortes como “Let’s Dance Among the Ashes”, pero cuirosamente mejor cuando se convierte en un elemento que brinda color a composiciones donde el bombo y la caja están menos presentes. De nuevo todo al revés. La salvedad es que se agradece que en nuevas composiciones como la mencionada le hayan dado más brío a la parte rítmica, algo esencial para modificar por momentos el discurso y para demostrar que en esto de la música de aires de BSO de los treinta la épica también es un recurso apetecible.

Compases ternarios, atmósferas en sepia (por favor, última vez que empleamos el adjetivo “sepia” para Grenouille), coros femeninos, labios pintados, estribillos grandiosos... Grenouille va cogiéndote con todos esos elementos hasta conseguir que la audiencia que no los conocía exclame eso de: “Son extraños, pero arrebatadores”.

El directo de Grenouille llega en un punto de dar pasos aun más amplios hacia arriba. Su apuesta tiene visos de grandeza gracias a detalles como esa seriedad y cariño con la que suben al escenario, ese maquearse de negro impecable, ese maquillarse, ese poner globos para decorar el Aguere. Ese directo además breve y conciso, sin añadidos ni extensiones inútiles. Pero también está el hueco de lo mejorable. Su complejidad sónica demanda de mejores medios técnicos y de trabajarse mucho un directo que a pelo suena bien, pero en cuanto se amplifica se rompe por algunas costuras. Es el momento de que den el salto a convertirse de esperanza en gran nueva banda. Por su seriedad, y sobre todo por esas sonrisas entre canción y canción que demuestran lo mucho que les gusta esto, sabemos que están en ello.

8 comentarios
  1. (0) ¡Tan poco espacio para comentar sí que es extraño!

  2. (1) Me gustó mucho el grupo, su directo, su música... ¡pero no me parecieron tan extraños! Creo que su música (maravillosamente intrerpretada) es original en el contexto insular/nacional, en ningún caso extraña.

  3. (2) Con toques a Radiohead y menos a Arcade Fire, desde mi modesta opinión, aunque este comentario lo hago con muchas reservas pues ni soy erudito ni entiendo de grupos ni estilos....

  4. (3) Sin que suene a crítica ni reproche alguno, no sé si el grupo ha probado a incluir un bajo: lo eché mucho de menos y creo, otra vez desde mi ignorancia, que su música podría ser todavía más contundente... ¡si eso es posible! 🙂

  5. (4) Por último, ¡felicidades y agradecimiento al Grenouille!

  6. Yo lo único que eché de menos es que el sonido fuera mejor, la banda impresionante

  7. El sonido en esa sala del Aguere es una porquería, el grupo me gustó, y leyendo los comentarios y crítica del Esponja, como siempre no tiene lo que hay que tener para decir que no le gusta, claro está su amigo Dave Watts, por poner sólo un ejemplo.

  8. Respecto a las comparaciones del artículo y al comentario del tercer anónimo: por tener familias de violines no va a sonar a Arcade Fire (no tienen nada que ver en las composiciones), y lo de Radiohead, no es que suenen a ellos, es que el tema "May´s dead" es un total plagio del tema "Creep".

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