Black XS Fiestas Demoscópicas MondoSonoro Madrid
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Black XS Fiestas Demoscópicas MondoSonoro Madrid

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09-02-2012
Empresa — Mondo Sonoro
Sala — Teatro Eslava, Madrid
Fotografía — Alfredo Arias

Las caras de satisfacción tras la actuación de El Columpio Asesino revelaban sin duda que los navarros habían estado bastante más finos que en anteriores visitas, convirtiendo sus cuchillas en firmes y dañinos navajazos. Pero antes, a lo largo de dos horas, desfilaron por Joy Eslava las tres propuestas seleccionadas por la edición Madrid para las Black XS Fiestas Demoscópicas de Mondosonoro. Abrieron Calimä, con el ambiente todavía algo frío y mucha gente entrando a la sala, sorprendiéndose ante la puesta en escena del dúo madrileño: parapetados tras una tela blanca sobre la que se recortaban sus sombras y se proyectaban imágenes de corte psicodélico. Está ahí el influjo de Animal Collective, pero sería injusto quedarse en esa manida referencia y no ahondar en una música que también remite a Holy Fuck, Caribou e incluso a los Fuck Buttons menos agresivos, con una electrónica ambiental, cálida y cromática, también ruidista, que se construye a base de ritmos, pero reservando un papel decisivo para las melodías, como ocurre en “Hobokane” o “Renaissance”. Reverberaciones, voces superpuestas, teclados hipnóticos y baterías enlatadas van sumándose para pasar de las texturas a un ejercicio emocional que se plasmó durante media hora, confirmando todo lo bueno que se esperaba de ellos desde que lanzasen un primer EP en Bandcamp y poco después teloneasen a Emeralds. Quizá sea pronto para aventurar lo que está por venir, pero a poco que continúen esta senda, no sería extraño que profundizasen la brecha internacional abierta estos últimos años por El Guincho, Delorean o John Talabot.

A continuación, turno para una de las bandas revelación de 2011, Dolores, cuyo “Disco póstumo” se ha colado en más de una lista de lo mejor del año. Unos días después de su presentación en Siroco, su paso por las Demoscópicas rubricó que la repercusión de su debut no es fruto de la casualidad. Empezaron titubeantes en “No hay lugar”, con la voz de Teresa Cobo sepultada, pero apenas fueron unos segundos, para firmar a partir de entonces una actuación tremendamente sólida, con una seguridad casi impropia de una banda que acaba de lanzar su primer álbum, exhibiendo músculo en “Nicho-loft”. Pop-rock que se mira en los 80 de The Cure o Parálisis Permanente, pero también en la vieja escuela del indie de los 90, con un poso oscuro que más de una vez se vuelve juguetón (“Fiebre de”) e incluso incorpora algún arranque heredado directamente de Nirvana. Tocaron también su acertada versión de Monaguillosh (“Voces en la jungla”), fundida con “Cocodrilos de marfil”, entre lo mejor de su repertorio, para dar al final una nueva muestra de poderío con “Cortafuegos”.

La cosecha demoscópica se cerraba con Bravo Fisher! acompañado para la ocasión por Daniel Prieto, de Niño Burbuja), número uno en este apartado para la Redacción Madrid de Mondosonoro y que tuvo que lidiar en su concierto con no pocos problemas de sonido, especialmente en el tramo final, sorteados por Guille Galguera con idéntica soltura a la que maneja en su música, que en esta media hora demostró haberse despojado de la indietronica inicial (de la que aún hay rastro, pero menos) para centrarse en un tecnopop bailable y desenfadado, más cerca de Owl City o Passion Pit que de Postal Service. Sonido veraniego para llevarse de calle a las chicas, transiciones que en algunos casos resultaron un tanto abruptas y sobre todo unas canciones tan chispeantes como “Buildings of decay”. Armado con su ukelele, pronto se metió al público en el bolsillo, con el único interrogante de “Ven” (su única canción en castellano, que no funcionó a la altura del resto), superado de inmediato con el pop melancólico de “I’ll leave you alone”, hasta cerrar con la saltarina “A little visit”, que hace pensar en el hedonismo desbordante de Lacrosse.

Como colofón a la noche, El Columpio Asesino, cuyo “Diamantes” fue elegido mejor disco del pasado año por MondoSonoro. Llegaban a Madrid después de que en sus últimas actuaciones la sensación fuese que aún se habían guardado algo. No ocurrió así esta vez, por mucho que no hubiese tiempo siquiera para un mínimo bis. Afilados desde el principio, el inicio con “Floto” y “Motel” abrió las puertas de una actuación agresiva y sucia, como se espera de sus canciones, con la voz de Álbaro Arizaleta emergiendo firme desde el flanco derecho. Nada de concesiones en su post-punk: el desorden marca “Edad legal”, con una infecciosa trompeta que entra como un elefante en una cacharrería (en la recta final lo volverían a hacer con “Vamos”, versión de Pixies). De “La gallina” (2008) apenas rescataron “Arpón de grillos”, que supuso la primera incursión electrónica, y “La marca en nuestra frente es la de Caín”, centrándose luego en los temas de su último trabajo, que coronan una trayectoria coherente, única y siempre al alza. Un contoneo de Cristina Martínez en “Dime que nunca lo has pensado” bastó para disparar la tensión antes de que los navarros jugaran sus mejores cartas enlazando “Diamantes”, “Perlas” y la inevitable “Toro”, convertida en himno de agitación masiva por encima de quienes se entretienen en debatir sobre su letra. Para entonces, ya hay ganas de invadir lo primero que se ponga a tiro; incluso parece que el asalto al escenario está al caer. Pero no. En días como estos aún dominan las buenas maneras, aunque terminásemos salivando y cantando la críptica letra de “Lucas 44-48”: “Nos comeremos África entera y eructaremos como señores”. Salud.

3 comentarios
  1. Muy grandes El Columpio Asesino. Dolores son el magnífico aperitivo de El Columpio. Lo mejorcito del panorama actual anoche en Joy. Muchas gracias

  2. Don Disturbios 27 marzo, 2015

    Muchas gracias a vosotros... la verdad es que estamos muy contentos de cómo ha salido todo!

  3. I'm impressed! You've managed the almost imsposible.

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