Yo no soy Starfire
Comics / Mariko Tamaki Y Yoshi Yoshitani

Yo no soy Starfire

7 / 10
Laura Madrona — 18-08-2023
Empresa — ECC

¿Se puede dar otra vuelta de tuerca al género de superhéroes? Mariko Tamaki, escritora que nos ha brindado maravillas como “Skim” (La Cúpula, 09) o “Aquel verano” (La Cúpula, 14), demuestra que sí. Su enorme e innegable talento no ha pasado desapercibido ni siquiera para Marvel y DC, que en 2016 ficharon a la autora canadiense para tomar las riendas de dos personajes femeninos icónicos, She-Hulk y Supergirl. Tamaki siempre aporta a sus relatos un enfoque feminista y “Yo no soy Starfire” no es una excepción.

Editada por ECC para su sello Kodomo, que recoge aquellas publicaciones pensadas para un público infantil y juvenil, “Yo no soy Starfire” se dirige a ese género de lectores y lectoras denominado Young adults, que buscan en sus lecturas tramas más profundas que encajen con su sensibilidad. En este caso, se trata de un one-shot, una historia independiente en la que la protagonista es Mandy, una adolescente de diecisiete años que tiene que lidiar con los problemas típicos de su edad y con el hecho de que su madre es la mismísima Starfire, la superheroína alienígena que forma parte de los Titanes.

Tamaki aprovecha este contexto para tratar diversos temas, centrándose especialmente en la complicada relación maternofilial entre la superheroína y su hija adolescente, en la que la falta de comunicación ha construido un muro de separación cada vez más insalvable. Pero encontramos también algunos temas recurrentes en la obra de Tamaki, cristalizados en la adolescente Mandy y sus problemas de adaptación. La metáfora del alienígena como adolescente le sirve muy bien a la autora para explicar esa incapacidad para encontrar su lugar en el mundo. De paso, Tamaki aprovecha para subvertir ciertos estereotipos, especialmente los asociados a la representación de las superheroínas y su estándar de belleza. Mandy es diametralmente opuesta a su madre: no posee superpoderes, no es atlética, se tiñe el pelo de negro y sólo soporta a su mejor amigo Lincoln. Y para acabar de complicarlo todo, se siente irremediablemente atraída por Claire, una de las chicas más populares del instituto.

No se le puede negar a Tamaki su voluntad de ser inclusiva y apostar por la diversidad, entendida en todas sus facetas. Pero “Yo no soy Starfire” adolece, en mi opinión, de caer al final en ciertos tópicos y, sobre todo, de un desenlace previsible que empaña ese planteamiento inicial, mucho más prometedor como idea que en su ejecución. No obstante, creo que el público lector al que va dirigida disfrutará de esta novela gráfica, no sólo porque el género coming-of-age de superhéroes es una apuesta segura, sino porque el estilo de Yoshi Yoshitani, de la que hasta ahora no había hablado, congenia perfectamente con el relato creado por Tamaki gracias a su estética colorista y vibrante, y a un excelente diseño de personajes que aboga también por la diversidad de representación.

 

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.