Vincent

Coinciden casi en el mercado dos obras relacionadas con pintores fundamentales, y ha querido la casualidad que uno se centre en el impresionista Monet y el otro en el post-impresionista Van Gogh. Al margen de la relación temática, ambas obras tienen rasgos totalmente distintos, aunque ahora vamos a hablar de la novela gráfica firmada por la holandesa Barbara Stok, por tanto compatriota del pintor protagonista.

Para empezar, diremos que “Vincent” es un cómic de lectura ágil y dibujo fresco, salpicado de humor, algo que sirve en ocasiones para que podamos conectar un poco con un protagonista cuya actitud siempre le mantiene alejado emocionalmente de los lectores.

Ahora bien, no se trata de una obra superficial o ligera, puesto que al margen de divertir, también se nos muestra capaz de revelarnos las claves de una etapa concreta de la vida del pintor, la que le tuvo trabajando en la población francesa de Arlés. Stok consigue acercarnos a las obsesiones de Van Gogh, a la relación con su hermano y mecenas Theo Van Gogh y a su extraña amistad con Paul Gauguin. A través de un dibujo inocente y casi infantil, Stok consigue que entendamos con sencillez, sin dramatizar en exceso, el viaje del pintor a un punto sin retorno y a un mundo en el que solamente sus estados de ánimo marcaban el rumbo de los días.