Utown
Comics / CAB

Utown

7 / 10
Laura Madrona — 30-07-2023
Empresa — La Cúpula

En Utown el tiempo parece haberse detenido. Es un barrio de toda la vida, de esos en el que los vecinos se conocen y se saludan. Si paseas por él, podrás encontrarte aún con la típica tienda de discos, donde pasar horas y horas rebuscando entre cajas de vinilos. O con esa especie en extinción, los videoclubs, que parecen resistirse a desaparecer, como si con ellos se marchara un modo de vida diferente. Precisamente en uno de ellos trabaja Sam, un bala perdida aficionado a la grapa que sobrevive como puede y que vive en el edificio Milton, una suerte de cajón de sastre donde se han reunido un variopinto grupo de vecinos, a los que se unirá el jovencísimo Edwin. Sin embargo, el Milton, emblema de la singularidad del barrio, tiene las horas contadas.

Caroline Breault, artista montrealesa más conocida como CAB, pone sobre la mesa una de las amenazas más feroces que padecen los barrios deteriorados de las grandes ciudades: la gentrificación. Frente al aburguesamiento y la pérdida de autenticidad, CAB reivindica la vida de barrio a través de la resistencia de los ocupantes del edificio, personajes marginados que entablarán una lucha quijotesca contra ese imparable Goliat. “Utown” es, sin lugar a dudas, un canto nostálgico y reivindicativo a esos espacios urbanos que conforman la identidad de una ciudad. Dentro del relato, la gentrificación funciona también como detonante para que Sam, ese protagonista “peterpanesco” que nunca había logrado encontrar la inspiración necesaria para hacer despegar su faceta de artista, tome por fin las riendas de su vida adulta.

“Utown” destila muchísima melancolía, pero en sus páginas también encontramos las esperanzas y las oportunidades que traen los nuevos comienzos. CAB consigue meternos de lleno en el relato y hacernos partícipes de la lucha de los personajes, gracias al ritmo ágil de la narración y al estilo fresco y desenfadado que recuerda, sobre todo en el diseño de los personajes, al también canadiense Bryan Lee O’Malley, aunque se escora hacia una estética underground que sintoniza mejor con el espíritu vindicativo, y en ocasiones gamberro, de la historia. Creo que CAB ha estado además especialmente certera en el diseño de los escenarios urbanos que construyen la imagen de Utown como un barrio vivo y auténtico, a pesar de su decadencia. En este sentido, la historia nos deja con sentimientos encontrados, atrapados entre la melancolía de un tiempo que se acaba y el optimismo de otro que empieza. Pero sobre todo prevalece, frente a las dinámicas salvajes del capitalismo, el sentimiento de comunidad de los vecinos de Utown.

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