Transcrepuscular: Los ojos bizcos del Sol 1
Comics / Jordi Pastor Y Emilio Bueso

Transcrepuscular: Los ojos bizcos del Sol 1

7 / 10
Manu González — 23-02-2021
Empresa — Gigamesh
Fotografía — Archivo

El nuevo cómic que publica Gigamesh está basado en la misma novela que esta editorial de Barcelona publicó en 2017, la primera parte de la trilogía “Los ojos bizcos del Sol: Transcrepuscular” del castellonense Emilio Bueso. De gran éxito tras su publicación, esta historia de ciencia-ficción atípica, denominada por su propio creador como biopunk, llamó la atención del autor de cómics Jordi Pastor (Barcelona, 1977), conocido por obras como “Catálogo de Bunkers”, con guión de Marcos Prior, “La chica del templo”, con Kidoo, o “Máculas”, con dibujo de Danide, quien se interesó por hacer una versión en novela gráfica como autor total. Para ello contó con el propio novelista, Emilio Bueso, quien añadió diálogos a algunas escenas de esta road trip western cósmico lleno de personajes imposibles en simbiosis con moluscos gasterópodos.

En un planeta extraño de supervivencia extrema y grandes cambios climáticos donde se ha avanzado como sociedad gracias a la simbiosis con caracoles autóctonos telepáticos, el protagonista Alguacil tiene que investigar el robo de un objeto de gran valor del Palacio del Gobernador. Aunque Alguacil esté retirado, la joven funcionaria llamada la Regidora y un anciano con poderes psíquicos llamado Astrólogo le obligarán a hacer un viaje al peligroso Agujero del Mundo, una tierra inhóspita y supuestamente deshabitada. Por el camino se encontrarán con un luchador tuerto lenguaraz que se comunica mediante una marioneta llamado Trapo que le ayudará en su viaje. Aunque el libro de Bueso está repleto de descripciones sobre este extraño mundo donde sus habitantes llevan un caracol encima de sus cabezas o viajan sobre insectos alados gigantes, cada uno de nosotros tendrá en la cabeza una reinterpretación gráfica de cómo sería el mundo de “Los ojos bizcos del Sol”. Pastor no renuncia a su estilo para ofrecernos la suya, muy personal y atrevida, sobre todo en el uso de los colores. Si Regidora, Trapo o Astrólogo son personajes ridículos visualmente, Pastor no tiene ningún reparo en mostrarlos así. El único problema que tiene “Transcrepuscular” es el material de origen, una novela de ciencia-ficción tan diferente y rica en detalles construida sobre un planteamiento dramático poco innovador, una novela de viajes, donde es muy complicado captar la atención del lector todo el tiempo. Esos altibajos narrativos también se viven en este cómic. En definitiva, “Transcrepuscular” es un cómic, y un libro, sin resolución y, casi, sin contrapunto dramático final, pero visualmente es un gozo gracias al imaginativo mundo que plantea. Un fascinante universo que Pastor ha sabido muy bien reinterpretar para todos aquellos que todavía no se han acercado al libro.

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