Temporada de Rosas
Comics / Chloé Wary

Temporada de Rosas

7 / 10
Joan S. Luna — 10-03-2021
Empresa — Astiberri
Fotografía — Archivo

Podríamos empezar diciendo que, el año pasado, “Temporada de Rosas” de Chloé Wary ganó el Premio del Público del Festival de Cómic de Angoulême y el Premio Artemisia de Creación Femenina (categoría Emancipación). Con ello casi estaríamos justificando que se trata de un cómic que vale la pena leer/ha sido premiado, mientras que, a mi modo de ver, “Temporada de Rosas” es un cómic que vale la pena leer y no precisamente por el hecho de haber sido galardonado. Porque la realidad es que se agradecen cómics como este, que, huyendo de la pomposidad gran obra, buscan transmitir verdades a las que nos debemos enfrentar como sociedad.

Está claro que “Temporada de Rosas” nos cuenta una historia que hemos leído ya con otros protagonistas, en otros entornos, pero diría que eso no le resta valor precisamente, sino que nos recuerda que muchos problemas y prejuicios se perpetúan en nuestra sociedad. Es cierto que vivimos un momento en el que la sensibilidad para con las reivindicaciones feministas es mayor, pero no lo es menos que conforme vamos acercando el foco o fijando la lupa nos encontramos con la misma mierda de siempre. Con la suerte de que muchas mujeres, muchas jóvenes, ya no aceptan ni callarse, ni contentarse con lo que hay. Un ejemplo perfecto es Bárbara, capitana de un equipo de fútbol de extrarradio de París –las Rosas–, una chica que no entendería su vida sin el deporte y que, por tanto, no está dispuesta a dejarse amedrentar ni por sus superiores, ni mucho menos por su pretendiente. Y mucho menos a aceptar injusticias como ver desaparecer a su equipo de chicas en favor del equipo masculino. Por ahí no pasamos.

Bárbara y sus amigas, inspiradas directamente en la juventud de Wary, deciden enfrentarse al equipo de chicos y ganarles. A partir de ahí empieza un conflicto que solamente ellas mismas pueden superar. Y no se trata tanto de ponerse por encima de los chicos, sino que la principal responsable del club tome consciencia de su actitud. Wary dibuja todo ello con su estilo algo brutote, coloreado con rotuladores chillones, combinando momentos pausados con escenas de partidos o entrenos en las que nuestra vista se desliza sobre las páginas a toda velocidad. Unas páginas salpicadas de vida de barrio en positivo (la amistad, el espíritu de grupo) y en negativo (los prejuicios, el machismo endémico, la crudeza de las calles), y sobre todo unas páginas que, una vez leídas, nos obligan a pensar en el mundo que nos rodea a pie de calle.

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