Sidetrack City

Existe un Kaz al margen de “Submundo”. Aunque en las páginas de “Sidetrack City” las diferencias hay que buscarlas en los matices, la lectura de este recopilatorio de “historietas extraordinarias” publicado originalmente en Fantagraphics y que se centra esencialmente en el periodo 1990-1996 nos muestra a un Kaz diferente, que deja a un lado el “gag” y potencia el aspecto gráfico con algunas de las páginas más delirantes (desde un punto de vista estético) que el de New Jersey ha publicado nunca.

En los extractos de entrevista que sirven de prólogo Kaz se refiere a Nueva York como “un ser vivo [...]. Bajo la superficie, los túneles del metro eran las venas y las estaciones eléctricas subterráneas eran el corazón y otros órganos. Esa idea la utilicé de algún modo como soporte de ‘Sidetrack City’”. Efectivamente la ciudad, como cuerpo orgánico, vivo, en constate movimiento y también como animal depredador, se convierte en personaje secundario de una serie de historias en las que en medio del absurdo habitual en su obra, se entrecruzan yonquis, estrellas de rock condenadas a la mugre del CBGB’s y personajes más o menos antropomorfos de dudosa moralidad. A su manera Kaz refleja una realidad inquietante con herramientas similares a las que hace varios siglos El Bosco utilizaba en su “Jardín de las delicias”. Porque más allá de una trama más o menos articulada (nunca demasiado en el caso de un tipo que se muestra partidario del libre albedrío y el absurdo narrativo) lo que representan las viñetas de “Sidetrack City” en sus diferentes capítulos/historietas es puro frenesí, una carrera constante hacia adelante en busca de la supervivencia, en la que lo de menos es si por el camino se amontonan las víctimas. ¿Acaso alguien se ha parado a buscar los cadáveres en el País de las Maravillas o el mundo de Oz...? Kaz no los esconde, y en esencia esa es la gran diferencia entre aquellos reinos y el suyo propio.