Puerto Langosta

En la orilla de Puerto Langosta confluyen mareas y oleajes diversos, que antes que chocar suman sus fuerzas centrífugas en lo que sin duda podemos definir como una novela gráfica que sorprende. Lo hace porque además su autor, el debutante Edo Brenes, es una firma ignota crecida en el campo de la autoedición (minicómics como “Mr. Bunny”) ante la que esperar cualquier cosa. Y la cosa ha sido una novela gráfica sólida en la que lo que podría ser una historia de primer amor juvenil se convierte en un fresco bastante fascinante de la Costa Rica de los años cuarenta, la que encaraba una guerra civil que se palpaba en el ambiente. Un mundo entre el Edén (una marea de langostas que remueve el pueblo y su economía) y el capitalismo invasivo, las pequeñas mafias y la presencia omnívora de las fuerzas armadas, los yanquies y los nativos generando castas inmiscibles. Un ambiente cuidado y polifónico en el que Brenes teje su historia, emotiva y al tiempo contenida, plagada de personajes que cruzan universos en principio tan antagónicos como la geopolítica en primera persona “a la Marjane Satrapi” con la emotividad del realismo mágico del “Palomar”de Beto Hernández.

Hay bisoñez en la obra y lugares comunes, como buena pieza primeriza, pero en general los diálogos bien perfilados y un transparente amor del autor a su tierra natal, bellamente retratada, destilan finalmente un cómic a recomendar mucho.