“La evolución gráfica es necesaria. Sin evolución gráfica a día de hoy estaríamos peinando trilobites o planchando amebas, incluso”, dice uno de los grandes visionarios del cómic español, Josep María Beá, en la introducción de volumen 4. Sabe de lo que habla: el noveno arte ha hecho en apenas unas décadas el recorrido para el que otras disciplinas con las que tiene una conexión manifiesta - en esencia, literatura y pintura- han empleado varios siglos. No se trata tan solo del aspecto gráfico, sino de la manera de enfrentarse a lo que se pretende contar y cómo se pretende hacerlo.
A Pep Pérez le conocimos allá por los ya lejanos noventa por su personaje Raúl El Rude, un personaje musiquero y contracultural que no podía acabar en otras páginas que no fueran las de El Víbora. Tras dejar de la lado el cómic y entregarse a una carrera como pintor pop, volvimos a saber de Pérez el año pasado con la publicación del primer volumen de “…No Option”, un trabajo que en cierto modo se sitúa a caballo de esas dos vertientes. De la historieta clásica toma el formato de cómic-book de grapa, los referentes pulp y también la apuesta por la acción espacial en un homenaje nada velado al Galactus de Kirby y la cosmogonía Marvel. De la pintura la concepción de cada viñeta, un misterio en sí misma.
A través de cinco historias en apariencia independientes entre sí, esta “tuttifruti space opera” plantea nuevos retos a la historieta con un discurso que más que interpretarse se desarrolla ante tus ojos en technicolor como una espectacular lluvia de estrellas.
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