La noche polar

A veces el nombre del autor es suficiente para despertar el interés sobre cualquier tipo de manifestación artística. Pasa con la pintura, la música, los libros y, por supuesto, también la novela gráfica. Y el de Marcos Prior es uno de esos nombres. Por algo estamos hablando del autor de “Necrópolis”, guionista también de “Gran Hotel Abismo” y “Catálogo de bunkers”. La inmersión en “La noche polar” demuestra de manera rápida que no nos hemos equivocado.

Ciento cuatro páginas. Ese es el espacio que se toma Prior para trazar una novela negra en viñetas. Una obra de espionaje y terrorismo que entrelaza la Rusia de 1981 con nuestra generación o incluso una ligeramente posterior, viajando a través de buena parte de la historia del siglo XX. Un cómic original en cuanto a planteamiento, nudo y desenlace. Nada es lo que parece y, a la vez, todo es como parece que debe ser. Ese es su gran valor, que sin saber muy bien cómo nos vemos metidos de lleno en su lectura, devorándola sin pausa, buscando con desesperación su final. Como, de nuevo, una buena novela negra. Eso no hace, sin embargo, que su lectura sea fugaz. Porque queremos detenernos en su dibujo, pero, sobre todo, en los recovecos de su guion. Ahí donde Marcos prior es verdaderamente un capo.