La joven y el mar
Comics / Catherine Meurisse

La joven y el mar

9 / 10
Laura Madrona — 25-01-2023
Empresa — Impedimenta

El año pasado, para nuestro gusto y satisfacción, la editorial Impedimenta hizo doblete de Catherine Meurisse y, tras la deliciosa “Le ponts des arts”, publicó a finales de año “La joven y el mar”, una rica e inteligente obra, a caballo entre la fábula y la reflexión sobre la creación artística, que ha sido una de las obras más aclamadas de 2022 y que justifica de nuevo por qué es una de las creadoras más versátiles e interesantes de los últimos años.

La semilla de “La joven y el mar” hay que rastrearla hasta 2018, durante la estancia de Meurisse en la residencia para autores Villa Kujoyama, en Kioto. Allí la autora buscaba, al igual que su alter ego en la historia, nuevas perspectivas creativas con las que ensanchar y elevar su mirada artística. No hay que olvidar que Meurisse formaba parte de la plantilla de Charlie Hebdo cuando la revista sufrió en 2015 el terrible atentado que se saldó con la vida de doce personas. Nos es imposible imaginar la dificultad de retomar, tras semejante barbarie, su carrera profesional, experiencia que plasmó en “La levedad” (Impedimenta, 16). En este sentido, me gusta pensar que esta novela gráfica, además de recoger ese viaje físico hasta el corazón de la naturaleza japonesa, supone también un periplo espiritual, tanto para Meurisse como para la protagonista que busca, como apunta al principio, renovar su excesivamente occidental banco de imágenes mentales.

En ese viaje, la dibujante no estará sola: el azar, o el destino, pondrá en su camino a un artista japonés que desea pintar a una mujer, pero al que la inspiración solo le regala haikus. Entre la contemplación y el diálogo, entre lo natural y lo humano, entre el paisaje y el arte, entre Oriente y Occidente, ambos se sumergirán en una búsqueda que nos pone frente a frente con la idiosincrasia de los japoneses y su estrecha y compleja relación con esa naturaleza a la vez generosa y despiadada, bella y terrible, que apacigua y que desborda. Todo ello aderezado con ese humor que Meurisse domina con una soltura pasmosa y que encuentra su máxima expresión en ese mapache parlante de enormes cataplinazos que, junto a la leyenda de la Bella de Nagara, difumina, dentro del relato, las fronteras entre fábula y realidad.

La riqueza de su estilo, vivo y expresivo, contribuye a que la lectura de La joven y el mar sea una auténtica gozada. Meurisse es divertida y tierna, didáctica y estimulante. Nos regala diálogos exquisitos y se recrea en mostrar la naturaleza japonesa con amplias viñetas y páginas enteras en las que se siente la exuberancia y textura de los paisajes. En este aspecto, es imperativo reconocer y alabar el excelente trabajo que ha realizado la gran colorista Isabelle Merlet, generando una simbiosis perfecta entre dibujo y color que pone la guinda a este maravilloso pastel que es "La joven y el mar".

 

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