Howard P. Lovecraft. El escritor de las tinieblas
Comics / Alex Nikolavitch Y Gervasio

Howard P. Lovecraft. El escritor de las tinieblas

6 / 10
Manu González — 23-05-2019
Empresa — Oberón

Existen varias obras en cómic que recogen el testigo del escritor de Providence Howard Phillips Lovecraft (1890-1937), una de las grandes voces del terror literario de toda la historia. Incluso el barbudo Alan Moore se atrevió con una revisitación posmoderna en su serie “Providence” a medias con Jacen Burrows, una obra criticada en su día por gran parte de la crítica que crece más y más con cada relectura. En España recordamos con cariño la cómica tira digital “El joven Lovecraft” de Bartolo Torres y José Oliver, pero existen novelas gráficas que utilizan la figura de Lovecraft mezclando su vida personal con su tormentosa prosa y sus monstruosas criaturas. Vertigo publicó en 2003 un inquietante “Lovecraft” de Hans Rodionoff, Keith Giffen y Enrique Breccia con introducción del mismísimo John Carpenter, quizá el director que ha sabido mejor plasmar visualmente el universo del escritor de Providence en dos obras maestras como “The Thing” (1982) y “En la boca del miedo” (1994).

Es difícil acercarse a la vida de Lovecraft desde el punto de vista biográfico porque difiere mucho de las historias que escribía. En el fondo, el bueno de H. P. era una de las personas más sosas del universo, casado con una mujer que no quería y a la que apenas veía (se divorciaría más tarde), mantenido por sus tías en una gran casa de Providence donde escribía relatos que enviaba a revistas como Weird Tales y carteándose con sus amigos Robert Bloch, Clark Ashton Smith o Robert E. Howard (el creador de Conan el bárbaro). Aparte del horror y el misterio, Lovecraft dedicó gran parte de su vida a escribir cartas. Su biógrafo L. Sprague de Camp ha descubierto casi cien mil cartas escritas de su puño y letra, casi nada.

El ensayista y guionista francés Alex Nikolavitch y el dibujante argentino Gervasio Martínez, acompañado de los coloristas Carlos Aón y Lara Lee, han intentado comprimir la vida y, sobre todo, obra de Lovecraft en ciento doce páginas repartidas en cuatro partes que recogen su temprana estancia en Nueva York intentando ganarse la vida recién casado; su vuelta a Providence y su relación profesional con Houdini; sus años más creativos con obras como “El horror de Dunwich”, la etapa onírica de Charles Dexter Ward, o “En las montañas de la locura”; y su vida tras la muerte de su tía Lillian Delora Phillips hasta su fallecimiento en 1937 con cuarenta y nueve años de edad.

“Howard P. Lovecraft. El escritor de las tinieblas” mezcla datos biográficos con escenas de sus historias más famosas. Muchas de ellas son contadas por el mismo Lovecraft a otro amigo escritor o son trasladadas a las viñetas durante la febril escritura de su creador. No existe una manera creativa de plasmar esa interacción entre la vida personal de Lovecraft y sus historias fantásticas. Como anécdotas solo tenemos un eclipse de Sol, una estancia en una granja bastante creepy y un paseo por unas cuevas, en un cómic monótono que no indaga en la muerte de sus padres, o su educación de niño prodigio por su abuelo materno (imprescindible en su vida literaria). Sí vemos en cambio su relación de amistad intensa con Howard, al que nunca llegó a conocer porque el autor de Conan se suicidó a la edad de treinta años. En definitiva, este cómic es una buena entrada a la vida de Lovecraft, que se puede ampliar más tarde con obras como “Lovecraft: una biografía” de L. Sprague de Camp, el interesante “H. P. Lovecraft: Contra el mundo, contra la vida” de Michel Houellebecq o el imprescindible “H. P. Lovecraft anotado” de Leslie S. Klinger con más de mil páginas, pero una historia bastante plana que se podría haber dotado de mucha más imaginación y creatividad.

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