¿Quién es Gremory, el misterioso guía del parque de atracciones más terrorífico del mundo? Esa es la pregunta que sobrevuela por las casi 350 páginas de este cómic creado por el barcelonés A. Rasen y que, lamentablemente, aquí quedará sin respuesta. Al menos por el momento, porque este es el primer volumen y se cierra con la típica promesa de continuará…
Resulta que Gremory conoce los más oscuros secretos de todos y cada uno de los seis amigos del colegio que se vuelven a reunir después de mucho tiempo para visitar Gremoryland, un parque de atracciones de lo más siniestro: cuenta con un cementerio, un cine, un museo de los durmientes, una cueva misteriosa, una montaña rusa con caída mortal y una casa de los horrores donde vive una familia feliz y modélica. Los perfiles de los protagonistas están muy definidos desde el principio: el chico gay hipersensible, el tío cachas que va de valiente, la feminista, la influencer intelectual y la parejita de emos guapos. Pero cada uno tiene sus propios demonios interiores y los traumas infantiles van surgiendo según avanza la trama; el grupo de jóvenes se ve pues obligado a enfrentarse a su turbio pasado para poder encontrar la salida y escapar de Gremoryland, eso si antes no caen en la desesperación y en otras cosas mucho peores.
“Un buen día nos entra la nostalgia y decidimos reunirnos para intentar volver a esa parte de nuestras vidas en la que nos lo pasábamos bien juntos. Pero, en cuanto volvemos a vernos, descubrimos que ya no somos los mismos. Y delante de nosotros solo vemos el fantasma de lo que fuimos en otro tiempo”. Hablando de tiempo, hacía mucho que no pasaba tanto miedo leyendo un cómic. En serio, “Gremoryland” es escalofriante. John Carpenter, Dario Argento o el más cercano Jaume Balagueró disfrutarían como enanos haciendo una adaptación al cine; mientras tanto, debemos conformarnos con leer esta auténtica pesadilla gráfica en siete capítulos.
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