Aniquilador
Comics / Grant Morrison Y Frazer Irving

Aniquilador

7 / 10
José Martínez Ros — 12-11-2021
Empresa — Norma Editorial

El escocés Grant Morrison (60) es uno de los autores más peculiares del noveno arte. Miembro destacado de la llamada “invasión británica” que en los ochenta cambió la faz del cómic norteamericano gracias una importación masiva de cultos guionistas de las islas –que, por su parte, huían de la gris Inglaterra thacherista– y que produjeron unas cuantas obras maestras del arte secuencial (nombremos, por ejemplo, “Sandman”, “The Authority”, “Watchmen”, “Hellblazer” o “Predicador”), ha adquirido una fama mundial como guionista de cómics de superhéroes, el que tal vez sea el subgénero más trillado y codificado del medio, como “Arkham Asylum” (que dio origen a la celebérrima saga de videojuegos) o “All-Star Superman” (que, según Mark Waid, es el mejor tebeo sobre el kriptoniano jamás publicado). Pero, al mismo tiempo, lo ha subvertido con obras de pura vanguardia como “El asco”, “Los invisibles” o su “Doom Patrol”.

Desde hace unos pocos años, Morrison, cuyas obras se han publicado mayoritariamente en diferentes sellos de DC (con alguna incursión en Marvel), se ha introducido en el cada vez más pujante mundo del cómic indie norteamericano, donde puede dar rienda suelta a su imaginación con personajes propios. Así nos ha llegado la simpática “Happy!” y, sobre todo, una de sus últimas grandes creaciones y, una joya para todos los aficionados al terror, la magnífica “Nameless”, que fue editada por Norma. Esta editorial es también la responsable de traernos “Aniquilador”. De nuevo se trata de un cómic del que resulta difícil hacer un resumen. Según Morrison, la idea surgió de su propia experiencia en Hollywood. Como muchos otros guionistas de éxito de otros medios, recibió en algún momento la llamada de la Meca del Cine y, como también es habitual, los resultados estuvieron muy por debajo de las propuestas y expectativas.

El protagonista, Max Spass, es eso mismo, un cotizado guionista que vendido a una productora la idea de una “casa encantada en el espacio”. Sin embargo, cuando llega la hora de ponerlo sobre papel, todo parece conspirar contra su inspiración: lo ha abandonado su pareja, vive en una espiral decadente de drogas y prostitutas y, para colmo, recibe la noticia de que han encontrado un tumor en el interior de su cerebro: inoperable, mortal. En fin, unas circunstancias que invitan a cualquier cosa menos a escribir.  Pero todo se complica enormemente, cuando Nomax, el protagonista del guion, emerge a la realidad.

Nomax es una especie de antihéroe galáctico enfrentado a un malvado Imperio, que lo encerró en una prisión situada al borde de un agujero negro supermasivo. De algún modo, logró escapar de allí: el problema es que no recuerda cómo. Y por si esto fuera poco, le anuncia que el tumor de su cerebro que lo está matando es, en realidad, un volcado de memoria: allí está toda la historia de Nomax, y sacarla de allí escribiéndola es la única forma en la que puede salvarse… Si esta sinopsis ya ofrece la oportunidad a Morrison para crear todo tipo de situaciones épicas, grotescas o alucinatorias, viene complementada por el majestuoso dibujo de Frazer Irving (que evoca a trabajos de Juan Giménez o John Bolton). El resultado global no llega al nivel de “Nameless”, pero la combinación entre acción cósmica, ciencia-ficción y metanarrativa, salpicado de un humor surrealista, hace que este cómic sea absolutamente irresistible para cualquier lector del genial escocés.

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