Bersuit Vergarabat vs La Pegatina
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Bersuit Vergarabat vs La Pegatina

Redacciónción — 18-04-2023
Fotografía — Archivo

La banda argentina Bersuit Vergarabat vuelve a España para compartir con sus seguidores una gran celebración, la de los veinticinco años de su cuarto álbum, “Libertinaje”, que produjo Gustavo Santaolalla. Podremos verles en diversas ciudades españolas.

Barcelona (3 mayo, Sala Apolo), Palma de Mallorca (5 mayo, Es Gremi), Valencia (6 mayo, Sala Madison), Sevilla (7 mayo, Malandar Music Club), Málaga (9 mayo, La Cochera Cabaret), Madrid (10 mayo, Teatro Barceló) e Ibiza (11 mayo, Las Dalias).

Para darle un aroma especial a esta conmemoración, Bersuit Vergarabat han publicado nuevas versiones de algunos de sus temas, contando con invitados españoles para redondearlas. Así, hemos podido escuchar “Yo tomo” –con La Pegatina–, “Se viene” –con Ilegales– y “Vuelos” –con Shinova–. Aprovechando la gira y su amistad con los catalanes La Pegatina, les propusimos a ambos que se entrevistasen mutuamente y aquí tenéis el resultado.

(Adrià Salas) Ante todo, decir que nos veremos en persona el 3 de mayo, que actuáis en Barcelona y tenemos el día libre para tocar y lo que necesitéis.

(Germán “Cóndor” Sbarbati) Encantados de compartir escenario, obvio.

(Juan Subirá) Están invitados, muchachos. Tenemos mucha alegría, va a ser un gran momento.

(Adrià) De hecho, hay mucha comunidad Argentina. Nosotros ahora venimos de tocar en Alemania. Llenas las salas y hay muchos españoles. No sé si os pasa que cuando estáis fuera de Argentina, a parte de que en España está plagado de argentinos últimamente por la crisis económica, encontráis a mucha gente de vuestro país entre el público. ¿Os gusta que haya argentinos en los conciertos o preferís que haya gente de los lugares en los que tocáis?

(Juan) La verdad es que es muy lindo que sean argentinos, porque es un público muy afectuoso, seguidor y bochinchero. De hecho, a nosotros nos facilitó mucho el comienzo y el desembarco en España en el 99 porque cuando llegamos allí no conocíamos a nadie. Tuvimos la suerte de poder tocar en festivales, pero también tocamos en lugares muy chiquitos a los que venía muy poca gente porque no se nos conocía. Por suerte estaban los argentinos que nos hicieron el aguante y nos acompañaron en aquel momento.

(Cóndor) Ya van veintitrés años de acá para allá. Hay público local que nos sigue, pero son más los latinoamericanos.

(Adrià) Nosotros os escuchábamos con dieciocho o veinte años en la discoteca del pueblo al lado del nuestro.

(Juan) ¿De qué pueblo son ustedes?

(Adrià y Rubén) De Montcada i Reixac.

(Adrià) Es un pueblecito de treinta mil habitantes al lado de Barcelona. Es un pueblo sin bares, una ciudad dormitorio circundante a la urbe. Íbamos a bailar a Mundo Caníbal, discoteca que ya no existe, y ponían mucha música latinoamericana del rollo que nos gustaba a nosotros. Nuestro sueño al montar el grupo era tocar en aquella sala y decíamos “Cuando toquemos allí ya no nos podremos separar”. Fue entonces cuando empezamos a introducirnos más a fondo en la música de latinoamérica. Además, Rubén estaba metido en un servidor…

(Rubén Sierra) Sí, a mí me interesaba el tema de la tecnología. He sido siempre buscador de música nueva. Desde que descubrí Molotov, Los Fabulosos Cadillacs, Maldita Vecindad, La Bersuit, Mano Negra... todo ese movimiento mestizo, me aficioné a andar por foros y lugares en los que encontrar música que aquí no llegaba a no ser que lo pidieras en la FNAC. Había un servidor, un disco duro en la nube, donde la gente subía los discos que tenía en formato mp3. Yo me podía bajar temas de King Changó, de Sargento García, de Fermín Muguruza. Manu Chao nos pasó mini discos para que los digitalizáramos y pudiéramos subirlos. De ahí yo me hacía mis recopilatorios. Muchas veces se los pasaba a Adrià para que descubriera también nueva música. Era una nueva forma de descubrir grupos.

(Adrià) Ahí descubrimos a La Bersuit, obviamente.

(Cóndor) Nosotros venimos del vinilo y del casete. De esperar a que pasasen los temas por la radio para apretar “REC”.

(Adrià) Eso también lo habíamos hecho [risas].

(Adrià) Antes hablábamos del público de España. ¿Qué pasa con los Argentinos en Ibiza? Todas las bandas quieren tocar allí.

(Juan) Por un lado, es un lugar muy bonito, una isla preciosa para visitar desde un punto de vista turístico, aunque hay otra historia sobre los argentinos en Ibiza. En los años ochenta hubo allí un estudio muy importante en el que grabaron varios artistas argentinos como Los Abuelos de la Nada o Calamaro.

(Rubén) ¿Es el mismo en el que grabó Queen?

(Juan) Creo que sí.

(Adrià) ¿Cómo se llama?

(Juan) La verdad es que no me acuerdo [se refiere a los estudios Mediterráneo] pero el estudio fue en su momento muy importante y moderno. A parte, estaba en un lugar muy hermoso y todos querían ir allá. Yo recuerdo que fueron grandes artistas argentinos. Así que me imagino que de todo esto se remonta un poco la historia.

(Juan) Alguna vez hemos tocado en Las Dalias, ahí en Ibiza. Es un lugar muy bonito y tienen una consola antigua analógica enorme. Parece ser que era de este estudio y la guardan atrás como una reliquia.

(Adrià) Es como viajar al pasado, es algo nostálgico.

(Cóndor) Más en la actualidad porque es un lugar en el que los jóvenes van de fiesta y a escuchar música.

(Adrià) Nosotros también hemos tocado allí. Hay una vibración muy curiosa, es hippie alternativo, buena onda todo el mundo. No es una sala de conciertos al uso.

(Juan) De veraneo un poco. La energía es todo lo contrarío a la ciudad.

(Juan) Una pregunta, así nosotros podemos conocer vuestra historia. ¿De dónde viene el nombre “Pegatina Sound System” que teníais al principio?

(Rubén) Viene porque a mí me llamaban “El pegatina”. Cuando iba a conciertos de Manu Chao, de Amparanoia, de Macaco o de Ojos de Brujo, siempre me llevaba mi guitarra y estaba llena de pegatinas. Era como si me enganchara a todas las fiestas y, cuando acababan los conciertos, sacaba la guitarra y me ponía a tocar. De ahí viene “El pegatina”. Cuando monté el grupo solo tenía dos canciones compuestas mías, todo lo demás iba a ser improvisado o versiones. Entonces tenía el concepto del Sound System jamaicano, ese punto de tirar bases e improvisar encima. De ahí viene “Pegatina Sound System”. Luego entraron Adrià y Ovidi [Diaz, percusionista] y empezamos a hacer otras cosas.

(Adrià) Aquí nada de improvisar. “Dinos lo que vas a hacer”.

(Rubén) Cuando sacamos el disco en 2007 decidimos recortar la coletilla de “sound system” porque no era “sound system” al uso, además de que era mucho más fácil de recordar y reproducir lapegatina.com en Internet.

(Juan) Nombrabais antes a varias bandas en los comienzos y recordé que tocamos con prácticamente todas: Macaco, Ojos de Brujo… Los festivales que hemos recorrido todos estos años en la península, los hemos compartido con todas ellas.

(Rubén) ¿Habéis llegado a grabar algún disco o tema en España? No solo de colaboración, sino estar una semana, por ejemplo, y grabar.

(Cóndor) Compusimos varias canciones ahí de gira. Por ejemplo “La del Toro”.

(Juan) La de “Convalescencia en Valencia”, también.

(Rubén) La canción que grabásteis con El Puchero, la de “Hay días”, ¿se hizo aquí toda en España o fue a distancia?

(Juan) No, esa es una canción de ellos, creo que de Antonio Arco.

(Cóndor) La grabamos a distancia y enviamos todo para allá. No pudimos grabar todavía nada en un estudio por allá en España, porque las giras por ahí no te dan el tiempo.

(Juan) Tengo curiosidad, leí por ahí que La Pegatina habían hecho una gira por China.

(Adrià) Un par de giras por china. Fue bastante loco. Nos salió porque había una feria de la industria de músicos en Groningen en Holanda y venían programadores de festivales de todo el mundo. Había de varios festivales chinos. Eso debía de ser por 2009 y lo que pasaba es que habían dado permiso de acabar con la censura cultural de las propuestas musicales de otros países. Entonces iban a buscar contenido para llevarlo a los festivales. La Pegatina les encantó a los que estaban ahíy se pudieron de acuerdo varios festivales para pagarnos los viajes. Además, nos sumamos a la gira de un grupo de Mongolia para ser sus teloneros. Estuvimos casi tres semanas con un montón de maletas porque era nuestra primera gira lejos y no sabíamos qué iba a suceder. Ellos iban con la ropa del concierto o una muda, el instrumento sin funda. Eran como instrumentos sagrados, con la cola del caballo hacían un violín, por ejemplo. Se dedicaban a beber como cosacos y en los viajes dormían; solo se despertaban para tocar. Hablaban cero inglés. Estuvo divertido, nos acabamos haciendo súper amigos y los incluimos en una canción nuestra, aunque debimos tener en cuenta no pasar por el do sostenido en ningún momento porque para ellos es la frecuencia de la vibración de la tierra. Si tocas el do sostenido estás impidiendo que la tierra gire como debería, estás obstaculizando la vibración. La segunda vez que fuimos fue tres años después. Había cambiado todo, tanto del público como China en general. No sé si había más de cien o doscientos aeropuertos. Como es un país comunista pusieron todo el mundo a trabajar y en tres años ya estaba hecho. Casi todo el mundo hablaba inglés y nos hicieron hacer una gira de centros comerciales porque ellos sentían que era el punto del encuentro con la cultura occidental.

(Cóndor) ¿Cómo fue la primera vez que salieron de gira? ¿Pensaban cuando arrancó la banda que visitarían esos lugares?

(Rubén) Nosotros sacamos nuestro primer disco autoeditado en 2007 porque ninguna discográfica lo quería. Lo pusimos en libre descarga en una página web. Además, nosotros incluimos a mucha gente a la que admirábamos como Che Sudaca o Manu Chao en el primer disco. No entendíamos por qué lo rechazaron. Por eso lo pusimos en libre descarga, además empezaban redes sociales como Facebook, que nos ayudó también muchísimo. Estudiábamos lo que hacían las bandas y lo copiábamos, por ejemplo, la gira de Che Sudaca por Europa. “Si ellos han podido hacerlo con esa música seguro que nosotros también”. Nos pillamos la furgoneta y preparamos mucho merchandasing para poder vender y costear la gira. En los sitios que podíamos dormir en hotel, hotel. En los que podíamos dormir en un colchón cualquiera, perfecto, improvisábamos. Lo que nos interesaba era enseñar nuestra música. Fue una gira por toda Europa de casi un mes. Casi treinta días girando y pasando frio en una furgoneta. Fue la primera vez que sentimos que si queríamos vivir de esto había que luchar y currárselo. Debíamos hacer que cada día sea una fiesta para poder mantenernos a salvo monetariamente.

(Cóndor) Lo que decías contesta a muchos que te dicen “Qué suerte que tuvieron”. Pero no, hay un trabajo detrás. Hay que ser perseverante, dar lo mejor, planificar un montón de cosas. No solo has de conformarte con la suerte y el talento. Hay mucha gente con talento que no llega a destino o a cumplir sus sueños y tiene que ver con eso.

(Adrià) Al final hay público para todos, pero hace falta llegar a él. A todo el mundo le podría ir bien apuntando donde tiene que apuntar. Es complicado, aunque hay gente que tampoco quiere hacer giras larguísimas. En cambio, deciden tocar en cuatro bares porque con eso están a gusto. Hay modelos para todo. Estamos en una época en la que no solo hace falta ser músico, hay que ser empresario, estratega, saber de la industria.

(Juan) Autogestionarse, ¿no?

(Adrià) Aunque tengas manager, da igual, te tienes que autogestionar. No cambia nada.

(Rubén) Lo bueno que tenemos aquí son las distancias: con unas pocas horas de furgoneta podemos pasar por tres países, no tenemos que gastar siempre en billetes de avión. Para vosotros es diferente. Argentina es extensa.

(Juan) Totalmente, así se siente esa facilidad en el traslado, todo está mucho más cerca. Las distancias ya dentro de Argentina son enormes y cuesta trasladarse. En estos años se encareció mucho moverse, se hace realmente costoso, pero lo tenemos que hacer porque de alguna manera hay que llegar a los lugares.

(Cóndor) Estamos conociendo lugares de Argentina a los que no habíamos ido a tocar nunca.

(Rubén) ¿Cuál es el país más recóndito en el que habéis encontrado seguidores de La Bersuit?

(Juan) El más raro en ese sentido fue Alemania. Fuimos tres veces. La primera vez fue con esa incógnita de “¿Quién puede escucharnos aquí?”. La primera vez fuimos a un festival de colectividades en Berlín, eso nos ayudó mucho porque la gente que recorría esos lugares estaba predispuesta a escuchar y a encontrarse con culturas diferentes. Había escenarios africanos, bandas de muchos lugares del mundo diferentes y entre esas estábamos nosotros. Así fue nuestra experiencia alemana, pero realmente costaba imaginarse un público allí y luego fuimos tres veces más.

(Cóndor) Yo creo que Moscú, ¿no? Veníamos de una gira por España y estábamos en el marco del mundial, así que inventamos una fecha y nos fuimos por allá para Rusia. Más allá de la excusa del fútbol, lo pasamos muy bien y tocamos en un teatro hermoso con un montón de gente. De hecho, había personas con la camiseta de otros países mirando nuestro show.

(Juan) Es maravilloso que la música nos haya llevado por tantos lugares. La verdad es que es un regalo de la vida. Uno empieza a componer para que otros le escuchen y para poder comunicarse, pero de repente la música te empieza a llevar por lugares inesperados y ahora con las posibilidades tecnológicas todavía más, porque sale una canción y en pocos días la escucha la gente en cualquier lugar. Eso hace veinte o treinta años es imposible.

(Rubén) ¿Cómo surgió la idea de colaborar con La Pegatina? [risas]

(Cóndor) Primero por habernos ya cruzado en algunos escenarios y conocer su música. También por esa onda del estilo, pero más que nada por las ganas de contar con ustedes y la amistad.

(Juan) También por el hecho de que ustedes hicieron una versión muy linda y le dio una lavada de cara a la canción. Después de veinticinco años es un verdadero logro. Nosotros hace muchos años que la tocamos y estamos muy apegados a la versión y el sonido que encontramos cuando la compusimos, pero la verdad es que hicieron una versión hermosa ustedes y está buenísimo que la hayan grabado.

(Cóndor) De hecho, en los shows alguna vez he imitado la voz de Adrià para cantarla en vivo [risas].

(Adrià) Estáis de celebración del “Libertinaje” y claro, son veinticinco años. Nosotros éramos muy pequeños. ¿Por qué es tan importante este disco? No celebráis todos los discos que tenéis.

(Juan) La verdad es que este es el primer disco que nos dio acceso a la popularidad porque es el cuarto álbum de la banda y el primero que tuvo realmente una proyección en Argentina a nivel nacional. También porque nos dio la posibilidad de viajar al exterior. Ir a Latinoamérica, México, Estados Unidos y España por primera vez. Es importante porque es un disco bisagra en nuestra historia y con canciones que llegaron muy lejos.

(Adrià) A mí me gustaba mucho “Se viene” y no entendía lo que decía. Pensaba que decía algo sobre un casino [la canta]. Pasé mucho tiempo buscándola hasta que un día apareció por casualidad. Buscaba “Bersuit casino” y nunca aparecía nada [risas].

(Rubén) En este disco de revisitar otra vez los temas, ¿hay alguna banda que se haya quedado por el camino porque no podía, no quería o no ha contestado?

(Cóndor) No, por ahora las propuestas son siempre bienvenidas, aunque hay que ver que no estemos de gira o con los tiempos justos para poder hacerlo. Es siempre lindo participar y hoy en día está de moda hacerlo así y me parace bueno para poder conocernos entre nosotros, sentarnos, hablar, preguntarnos cosas como ahora. Esto nos acerca más con artistas y hace que, cuando uno recibe invitaciones, las acepte con gusto

(Juan) Hay otros artistas que se me ocurren, por ejemplo, me gustaría hacer un feat con Manu Chao. En el año 99 en nuestra primera gira española lo encontramos en Barcelona, nos pusimos a conversar y lo invitamos al show. Vino al día siguiente a la Sala Mestizo con Gambit. Lo nombro porque sería muy lindo compartir con un artista como él.

(Adrià) A nosotros Gambit nos hizo de productor musical de tres giras seguidas. Nos gritaba para que hiciéramos las cosas como teníamos que hacerlas. Y Manu me acuerdo que tenía que venir a colaborar en la presentación de nuestro primer disco, en el que hizo unas guitarritas y unos coros para echarnos un cable. Le dijimos “Ven a colaborar a una sala de doscientas personas” y apareció con la bicicleta dos horas antes y nos dijo que no podía. Pero vino a avisarnos [risas].

(Rubén) Él estaba grabando en ese momento el tema de “Toda Joia Toda Beleza” que hizo con Roy Paci. Le estaban pidiendo para el día siguiente la colaboración y no la tenía hecha. Gambit también nos ayudó en el primer disco porque se nos fue el bajista en mitad de la grabación. Estábamos en un estudio en el que ensayaban Che Sudaka y Gambit tenía su pequeño espacio ahí. Nos echó el cable y nos grabó el bajo en todo el disco.

(Cóndor) Que bueno que los estudios de grabación y escenarios nos encuentren con gente que admiramos. Yo me di el gusto de tocar con mucha gente a la que admiro, con Charlie [García], Fito [Paez] o El Flaco [Luis Alberto Spinetta].

(Juan) ¿Cómo lograron atravesar la pandemia? Para todos fue un desafío tremendo.

(Adrià) Teníamos que grabar un disco. Nos encontrábamos en Zoom cada lunes para compartir ideas y hablar de cómo gestionábamos el retraso de ir al estudio a grabar. Nos obligó a todos a aprender de maquetación en casa, aprender a hacer funcionar un micro, una tarjeta de sonido y a grabar. Fue curioso porque tuvimos la oportunidad cada uno de nosotros de participar en muchos más temas que cuando vamos a grabar o a un local de ensayo. Porque claro estás en casa todo el tiempo que quieras con tu micro y te pones cuando te venga la inspiración y no las cuatro horas que has quedado para ensayar que han de ser justo cuando te vengan las melodías perfectas. Es algo que no puede pasar. Estuvimos retrasando la grabación del disco, pero hablamos con un productor que iba haciendo cosas y nos iba enviando a cada uno de nosotros. Cuando se pudo salimos a grabar, pero de uno en uno. Después de dos meses encerrados te cruzabas con el de antes y el de después. Estábamos grabando un disco de una forma bastante lejana a como se suele hacer un álbum en grupo, ibas a hacer tu parte y te marchabas.

(Cóndor) Nos han acostumbrado a hacer lo posible para grabar. Nosotros estuvimos componiendo un montón, aunque también somos una generación más análoga con todo esto. Si a mí me hubiesen dicho que tenía que encender una placa para grabar solo en la sala de ensayo, no me lo hubiera imaginado. Yo no sabía ni prender la computadora. Aprendí a manejar ciertas cosas.

(Adrià) Ha cambiado toda la música por culpa de eso. Nos hemos dado cuenta de lo caro que es. Es muy fácil crearse en casa las bases los bits y sacarlo el mismo día. Las bandas tenemos que ir al estudio, somos mucha más gente y hemos de trabajar muchas horas para hacer lo mismo. Por eso estamos en la época de la música urbana, es lo más barato. Lo nuestro es mucho más caro que hacértelo en casa. Luego las giras y todo en general es mucho más caro. Las bandas grandes se van a extinguir.

(Cóndor) No creo, la música va evolucionando y se ha vuelto más minimalista en cuanto a los recursos y a grabar, pero perdura en el tiempo.

(Juan) Siempre lograron un sonido de calidad profesional. Grabar un instrumento acústico sin los materiales pertinentes es difícil. Hay cosas que da un estudio de verdad y que difícilmente se pueden hacer en otro lugar.

(Rubén) ¿Tardáis mucho entre un disco y otro o sois de ir sacando avance?

(Juan) Eso fue cambiando. Ahora estamos haciendo un disco de estudio después de muchos años porque el ultimo había sido en 2016. Entre medio habíamos hecho un disco doble, mitad en vivo y mitad en studio, pero lo habíamos grabado como si estuviéramos si estuviésemos tocando en vivo. No eran canciones inéditas sino nuestras, pero en las versiones más actuales, como las tocábamos en ese momento. Necesitábamos un periodo de dos años para sacar un disco. Esto cambió, teníamos ganas de hacer un disco de estudio con canciones inéditas porque pasaron siete años del último y está muy bien tener nuevo material para mostrar.

(Adrià) Recuerdo haber visto un vídeo de un reportero argentino que le preguntaba a la gente si prefería que Argentina ganara el mundial o bajara la inflación. Podéis adivinar cuáles fueron las respuestas. Viéndolo desde el punto de vista cultural, ¿cuál es el estado actual de la cultura en Argentina? ¿Es viable, por ejemplo, montar un grupo? ¿Hay lugares para tocar o está todo tan caro que se considera algo secundario?

(Juan) Sobre lo del mundial, para nosotros es una alegría que no se puede explicar casi con palabras. Estamos acostumbrados a vivir en una crisis casi permanente. La inflación en Argentina es bestial, en el último año de un cien por cien, cosa inimaginable para ustedes. Por supuesto que es difícil llegar a fin de mes y emprender algo, pero no es imposible. De hecho, por ejemplo, nuestro proyecto nació en una época muy crítica en el 88 y 89 donde hubo hiperinflación, que es peor que lo de ahora. Fue el final del gobierno de Alfonsín y también vivimos el estallido social del año 2001, que también fue muy doloroso. Como te digo, nosotros vamos atravesando etapas críticas con regularidad y la vida sigue. Es cierto que la gente va a buscar oportunidades a otros lugares del mundo y creo que son experiencias, pero yo no me iría a ningún lado. Solo de gira. Me encanta vivir en medio de esta locura. Además, Argentina es un país culturalmente muy rico. Aquí la creatividad está a flor de piel, en música, en cine, en teatro… Quizás esa misma crisis y esas angustias de la vida cotidiana te llevan a buscar salidas.

(Cóndor) Es una gran musa la necesidad, ¿verdad?

(Adrià) En España lo pasamos mal durante la pandemia. Obviamente, los músicos vivimos de los directos. En Alemania daban ayudas de siete mil u ocho mil euros para poder vivir. A nosotros nos dieron nada y menos. Un gobierno que valora e invierte en la cultura significa que nos trata como trabajadores necesarios y cuando no lo hace sientes que eres el “último mono”. Al final tiene sentido cuando hay gente que dice que si vas destruyendo la cultura hay menos opositores al régimen gobernante. Por eso os preguntaba si os sentíais cuidados por las instituciones en Argentina.

(Juan) Durante la pandemia el gobierno actual trabajó bastante en asistencia social y cultural. Hay que reconocerlo, porque hubo diferentes formas de subvención en un momento muy crítico. La verdad es que era imprescindible. Fue una situación grave en la que no había manera de ganarse la vida en muchos sectores, por ejemplo, el nuestro.

(Cóndor) No eran siete mil euros, pero una ayuda importante sí que fue.

(Cóndor) Cambiando de tema, La Pegatina cumplen veinte años. De hecho, os habéis tatuado algo simbólico por el aniversario. Nosotros llevamos treinta y cinco. ¿Cómo ven La Pegatina en quince años?

(Rubén) Mira, el otro día hicimos una quedada toda la banda y nos fuimos a una casa para hablar de eso mismo, cuál es el siguiente paso. Lo positivo es que todos nos veíamos jubilándonos en La Pegatina. Todos confiamos en que esto tiene todavía cuerda que dar. Nos sentimos en un momento creativo muy bueno, tanto Adrià como yo estamos “a tope” de música y hemos estado componiendo temas nuevos. Están saliendo cosas nuevas, personalmente creo que queda mucho tiempo de La Pegatina y estoy contento de que la banda sienta que aún hay muchas cosas por hacer y por conseguir.

(Adrià) En estos veinte años hemos pasado por muchos estilos, ha entrado y salido gente, hemos visitado muchos países. Ojalá sean quince años igual que estos, porque llegaríamos a un nivel de vivencias muy “loco”. Me planteo, si me muriera mañana, ¿estaría contento? Pero pienso que lo que he vivido ha sido increíble. Me siento como Los Auténticos Decadentes o grupos que llevan tantos como vosotros. Igual no se mueven como antes, pero son tus canciones, estás a gusto, todo el mundo las baila. Al final, necesitamos sacar la adrenalina por algún lado para tener la cabeza en su lugar.

(Rubén) La última, va: ¿Cuáles son las fechas de España? Para que la gente las tenga presentes...

(Juan) La primera es en Barcelona el 3 de mayo en la Apolo, estaremos luego en Palma de Mallorca el 5 de mayo, el 6 en Valencia. Pasaremos también por Sevilla, Málaga y acabaremos en Madrid.

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