"Creo que ya hay suficientes discos en el mundo"
Entrevistas / The Clientele

"Creo que ya hay suficientes discos en el mundo"

Jorge Obón — 15-01-2018
Fotografía — Archivo

Siete años de silencio discográfico son suficientes como para que te olviden. O también para que se acuerden solo de tus aciertos. The Clientele nunca fueron profetas en su tierra, y sin embargo, a partir de la publicación de The Age Of Miracles (Tapete/Gran Sol) gozan de más respeto que nunca en el Reino Unido. Puede que sea por la vocación literaria de sus nuevas canciones, o por contar con un becario de relumbrón como Antony Harmer, capaz de dotar a las nuevas canciones de algunos de los arreglos más elegantes de 2017; aunque cuenten en ellas que hay monstruos muy reales escondidos a la vuelta de la esquina. Alasdair MacLean (voz, guitarra, compositor y, en definitiva, cabeza pensante de The Clientele) reflexiona al respecto al otro lado del teléfono.


Hace siete años decías que cinco discos son ya muchos para la carrera de una banda, ¿qué es lo que te ha hecho cambiar de opinión?
Hemos tenido siete años para pensárnoslo. Hice además un par de discos con Amor De Días; pero además he tenido un niño, y he tenido que ocuparme de criarlo, así que he estado muy ocupado con otras cosas. También sentí que con The Clientele estábamos satisfechos con lo que habíamos hecho, y que ya habíamos dicho lo que queríamos decir. Durante este tiempo he tenido oportunidad de trabajar con ellos en alguna ocasión, y vi que The Clientele todavía se mantenían como una buena idea. Por otra parte, he aprendido cosas de música india y clásica, pensando en los ritmos y las melodías. El problema está en que, cuando nos reuníamos para tocar, aún sonaba como The Clientele, pero aunque quisiéramos hacer andar el proyecto, todavía se movía como un sonámbulo, así que nos hemos esforzado para que pudiera echar a andar adecuadamente.

Es pronto para saber si este realmente es vuestro mejor disco pero sin duda está entre vuestras grabaciones más elegantes. ¿Qué se siente cuando haces uno de los mejores trabajos de tu vida después de, primero terminar con la banda, y luego hacer una reunión de amigos tan brillante como la que hay en el disco? Parece que hubieras estado asomado a un acantilado.
El Alisdair de hace siete años ya sabía que detrás de cada acantilado aparece otro, y desde luego ahora hay otro más. Pero estas ideas que ahora estoy llevando a la práctica, ya las tuve hace siete años; ya me veía hace siete años como estoy ahora. Es bueno tomarse descansos a veces, es bueno echar el cierre. Forma parte de mi actitud, y eso es lo que hice.

Dime que el hecho de que se haya publicado vuestro álbum justo al principio del otoño no estaba hecho a propósito.
Jeje, sí, se ha hecho a propósito, pero no por mi parte. Fueron los del sello los que decidieron hacerlo así. No fue idea mía.

Cuando la gente escribe sobre The Clientele, casi siempre utiliza imágenes otoñales. ¿Qué te parece?
Bueno, no lo sé, la verdad es que es halagador que alguien nos preste atención y se tome el trabajo de hacer esas conexiones, pero me parece que en el nuevo disco hay un montón de imágenes veraniegas. Se podría decir que es un disco para cuando el verano se transforma en otoño, y el otoño se transforma en invierno. Me gusta la idea de que se relacione nuestra música con esas cosas, y en el fondo me gusta que se digan. Es bonito porque en vez de eso, podrían decir que es una música fea o poco evocadora.

El disco está teniendo críticas muy buenas y muy malas. ¿Qué significa esto para ti?
Tú eres periodista, ¿no? Escribes críticas de discos y yo, como músico, toco música, pero no leo críticas, y ten por seguro que no leo malas críticas. Piensa, por ejemplo en cuando se publicó nuestro primer disco, que tuvo muy malas críticas en Pitchfork, y eso fue un problema para nosotros, porque Pitchfork contribuye mucho a construir gustos musicales. Después el disco se reedita varios años después, borran la crítica que habían hecho al principio, la reescriben y nos dan un nueve y pico. Entonces, ¿para qué leer las críticas? Hay veces en las que hay gente que puede escribir muy bien o plantear cosas que te resultan interesantes, particularmente si mantienen la idea de que algo podría ser mejor, o saca a la luz la debilidad real de una banda. Pero si el argumento es simplemente que el disco es bueno o malo, el mejor o el peor, no hay razón por la que un artista tenga que leer eso. Es estúpido. Pero como dices, he hecho seis discos, así que, ¿para qué debería leer las críticas?

"Tú eres periodista, ¿no? Escribes críticas de discos, y yo toco música, pero no leo críticas, y ten por seguro que no leo malas críticas"

Por otra parte, quería preguntarte sobre la cuestión de que The Clientele sean más respetados fuera del Reino Unido que en su propio país. ¿Qué te hace pensar eso en 2017?
Eso ya no es verdad. Ahora mismo sabemos que nos respetan más en el Reino Unido que en ninguna otra parte. Uncut, Mojo, y todas esas revistas grandes no dejan de llamarnos ahora, y sabemos que estamos en alguna de las listas de lo mejor del año, y cuando vamos a una sala la llenamos en Inglaterra. Nosotros hemos sabido lo que es no tener ningún éxito en Inglaterra, por lo que ahora sabemos cómo es tener éxito aquí, y me hace sentir muy bien, pero la verdad es que me he protegido mucho contra el hecho de sentirme mal porque no tuviéramos éxito. Lo que hemos hecho ahora no es una farsa, está hecho desde el fondo del corazón, razón por la que sentía que antes o después la gente terminaría entendiendo lo que hacemos, y parece que finalmente lo han entendido en los últimos dos o tres años, lo que está muy bien además por otra razón, y es que así no tenemos que volar a ningún otro sitio para encontrar una respuesta.

Cuéntame cómo fue la experiencia con Antony Harmer como miembro interino de The Clientele en esta nueva etapa. ¿Por qué te acercaste a él para este disco, qué te ha aportado, cómo fue?
Ha sido una colaboración con la que me he sentido muy bien, porque Antony tiene mucha confianza en lo que hace. Es muy buen músico. Él me decía que teníamos hacer esto o lo otro, y aunque yo no opinara lo mismo, me lo argumentaba y lo terminaba entendiendo, y como resultado, muchas de las ideas que hay en el disco son suyas, y son muy buenas ideas, y yo creo que le he ayudado a desarrollar lo que tenía en la cabeza. Nos ha ayudado a darle forma al espacio que hay en el disco, que es algo muy importante para The Clientele. Fue cosa suya tener una sección de violines y otra de trompetas en el disco. Grabamos a muchos músicos clásicos que han sonado de maravilla. Hay un buen montón de arreglos increíbles que están gracias a él.

Tengo la sensación, y corrígeme si me equivoco, que has conseguido que la instrumentación oriental de Antony Harmer se ha adaptado a tus canciones más que adaptar tus canciones a su dinámica, ¿qué te parece?
Esa es una de las observaciones más inteligentes que nos han hecho sobre este disco, sí. Tuvo que adaptarse porque éramos tres contra uno y le podíamos en un cuerpo a cuerpo. Es cierto que grabamos cosas que sonaban mucho más orientales en términos de estructura de acordes y melodía, pero nunca llegamos a acabarlas. Espero poder terminarlas algún día para poder trabajar en esa clase de ideas. Sé algo de santur (un instrumento persa parecido a un salterio), y sé algo de flamenco y de la estructura modal de los acordes: es algo parecido a la música persa. Hicimos algo pero no continuamos… Pero tienes razón, hicimos que sus instrumentos encajaran en lo que nosotros hacemos, más que nosotros nos acercásemos a la música clásica persa. No somos suficientemente buenos músicos para eso todavía.

¿En qué época de la música o en qué artistas estabas pensando para construir este disco?
Supongo que tenía un disco en la cabeza cuando pensaba en hacer todo esto, que es el Changes de Love con todos los misterios que hay ahí. Es un disco tan hermoso, que me inspiré en esos arreglos bonitos y elegantes. Por otra parte, también ha habido una inspiración muy electrónica en el sentido de que queríamos crear una serie de movimientos sonoros como hacen Boards Of Canada. La verdad es que siempre me han gustado cosas como Plastikman y el minimal techno, y a veces me sorprendo con lo que son capaces de hacer. Esas son las cosas que nos estaban empujando musicalmente.
Sobre la cuestión de escribir canciones, estaba muy interesado en Orfeo, en el mito de que se encuentra perdido cuando trata de regresar al inframundo y no puede. Es una vida de dolor, que se parece mucho al dolor con el que están viviendo algunas sociedades modernas. La sociedad americana está viviendo en ese dolor y miran atrás para ver que su edad de oro se ha perdido, y realmente no hay milagros para salir adelante, porque los milagros no pueden llamarse Trump o Brexit. Eso es lo que había detrás del disco cuando lo planteábamos, esa clase de catástrofes y de poderes que se desmoronan, imágenes de Orfeo, de chispas que salpican el horizonte. No es necesariamente algo coherente, no es necesariamente una narrativa sólida como tal, pero son las ideas que hubo al principio detrás del disco.

¿Tiene esto algo que ver con el monstruo que dices que vendrá en Lunar Days?
Sí, porque me gustan las ideas que vienen de los antiguos dioses griegos, que probablemente nunca se fueron y siguen ahí pasando el tiempo, esperando para regresar. Pero porque hay algo ahí que vendrá, y todo el mundo sabe que está ahí y va a ser horrible. Eso es lo que está en las canciones, supongo.

Además está el spoken word de Museum Of Fog, y entre lo que cuentas y lo que he podido entender, quisiera saber si tiene algo que ver con que le plantearas al grupo que querías hacer otro disco pero que antes buscaste ayuda fuera de la banda.
Podría ser, pero es un extracto de la novela en la que estoy aún trabajando. Trata sobre un sitio al que solíamos ir cuando estábamos montando la banda. Íbamos a un pub en el que veíamos actuaciones desde el fondo, mientras me imaginaba la imagen de cómo sería volver ahora allí para tocar. Es algo que sería interesante para el grupo y una bonita parte de nuestro proceso. En ese sentido, podría tener que ver con lo que dices sobre hablar con ellos, sería una bonita extrapolación, porque en el momento en el que publico una canción, deja de pertenecerme y la verdad es que puedes darle el significado que quieras.

"Se podría decir que es un disco para cuando el verano se transforma en otoño, y el otoño se transforma en invierno"

Pero además, cuéntame algo sobre la novela que estás escribiendo, por favor. ¿Vamos a tardar mucho en verla publicada?
Tardará todo lo que me lleve encontrar a alguien que quiera publicarla. Tengo un agente, pero de momento no hay editor. Sabes, es muy parecida al álbum, trata sobre la idea de Orfeo apareciendo poco a poco. Hay algo sobre ultrasonidos, sobre infrasonidos que se mueven en una progresión muy lenta, y la gente los graba y los reproduce a más velocidad hasta que tienen un rango audible. Un hombre lo escucha y dice que es como el viento en las hojas, como el viento a través de las hojas secas, pero lo que estaba escuchando en realidad eran sacudidas y murmullos de la gente yendo y viniendo del trabajo, pero entonces le dan más velocidad a la grabación y cambia a otra cosa. Me gusta la idea de que la gente transforme el sonido en cosas distintas y que crean en concepciones distintas. Trata sobre eso, sobre la aparición de Orfeo con sonidos que se desvanecen, con el sonido del viento y de los edificios asentándose.

Llevas unos cuantos años escribiendo canciones, y algunas de ellas encierran una narrativa muy cuidada, con todo lujo de detalles, por eso me imagino que en el momento en el que no tienes las restricciones de una canción, tienes que sentirte raro, casi como un preso en su primer día de libertad.
Creo que tienes razón. Por eso, cuando has llevas escritas 100.000 palabras, te das cuenta de que necesitas una estructura para poder contar una historia. Pero hay algo más que como periodista seguro que sabes, pero yo no sabía como músico, y es que tenía que anunciar un elemento para revelarlo más tarde. No importa que sea vanguardia o surrealismo, tienes que tener momentos de revelación. Tienes que tener una estructura con un principio, algo en el medio y un gran final que sean legibles. De otro modo no lo podrás leer, las palabras terminarán explotando. Eso fue muy duro de aprender para mí. Escribí mucho y me di cuenta de que no habría nadie capaz de leer aquello si no tenía una estructura. Me di cuenta de que había unas reglas muy antiguas sobre cómo contar historias. Así que sí, empecé a escribir sin límites, pero al final resultó tan circunscrito y tan férreamente estructurado como escribir una canción, aunque de un modo diferente.

Teniendo la cabeza en la literatura también, ¿crees que vamos a tener The Clientele durante más años?
La verdad que no tengo ni idea, tenemos que esperar y ver si hay lugar para más exploración. Creo honestamente que ya hay suficientes discos en el mundo. Si haces otro disco y esperas que la gente lo escuche, o escriba sobre ti, o te reciba con los brazos abiertos en su ciudad, tienes que tener mucho cuidado y tener algo nuevo que decir. No tiene sentido hacerlo por hacerlo porque ya hay demasiada información. Te tiene que salir del corazón. Esperaré, y si tengo que esperar quince años, estaré feliz de hacerlo.

Después de decir eso, ¿cómo te ves, como un viajero que va enfrentando lo que hace a la gente en lugares distintos?
Sí, siempre es interesante, pero con algo nuevo entre manos. Fui a América a San Francisco, a Portland, a Seattle, y sentí que ya había visto todo eso antes, así que el único sentido que tendría si lo volvía a hacer es tocar música diferente a la gente, de otro modo, pírate.

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