Viaje a la Antártida
Entrevistas / Madee

Viaje a la Antártida

Francesc Feliu — 31-10-2007
Fotografía — Archivo

Después de tres discos donde pop y emo se cruzaban exitosamente, la nueva entrega de los catalanes no deja lugar a dudas: “L’Antarctica” (B-Core Disc) supone para el sexteto su mejor y más maduro álbum hasta la fecha. Un disco destinado a exorcizar demonios interiores a la par que ofrecernos un montón de buenas canciones.

Víctimas de una crisis (cuyas efectos habría que buscar en la carpetilla interior del compacto), parece que Madee se hayan vaciado por dentro en esta última grabación. Un purga a nivel personal que ha provocado un más que espléndido nivel artístico. “Me siento satisfecho con los dos últimos discos, aunque te diré que me hubiera gustado más no haber tenido que escribir jamás ninguno de estos textos. ‘L’Antarctica’ me sirvió en su momento para tener la mente ocupada y no derrumbarme de miedo. Aunque de poco sirvió al final, todos nos caemos y yo caí como un yunque. No hay escapatoria cuando huyes de ti mismo”.

"Todos nos caemos y yo caí como un yunque. No hay escapatoria cuando huyes de ti mismo"

Al habla su líder, Ramón Rodríguez, cantante y guitarrista que reparte sus funciones entre las de responsable de la parte lírica, así como las de composición musical junto al resto de sus compañeros. “Madee es una banda, somos los seis. Puede que yo sea una especie de director artístico en el proyecto y el resto del grupo confíe en mí esta tarea, pero es un trabajo colectivo y todos aportan ideas. Al final lo que ocurre es que ellos delegan en mí la selección de las mismas. De hecho este disco se ha compuesto íntegramente en el local de ensayo a base de improvisaciones”. Sin embargo, aunque su construcción a partir de ciertas situaciones vividas por él apunten hacia el extremo, la verdad es que al final no les ha quedado un disco tan oscuro como a priori uno podría creer. Estamos ante un puñado de canciones agridulces pero suficientemente luminosas, teñidas de una ligera pátina de melancolía, incluso me atrevería decir que puntualmente joviales, con las que expresar conceptos más grises. “Fue una decisión general de la banda, básicamente pensamos que darle un tono más alegre sería más irónico, y no caeríamos en hacer un disco depresivo. Es cómo reírte de ti mismo y de tus desdichas para seguir adelante. Creo que fue un acierto tomar ese camino, me alegro de que fuera así”. Todo un paso adelante que probablemente adjetivaría a “L’Antarctica” como el disco más maduro de Madee, un calificativo en el que destaca su apartado instrumental, lleno de matices y arreglos, y en el que poder encontrar ciertas novedades ya sea en forma de vientos, coros o determinadas salidas a las que el grupo no nos tiene acostumbrados. “Cualquier cosa que nos guste nos influencia. Con esto quiero decir que escuchamos muchos discos continuamente. Ahora mismo, por ejemplo, estoy escuchando los viejos vinilos de Lluís Llach que mi madre tiene por casa y me encantan. También nos llaman la atención gente como The National, Caribou, Liars o Elvis Perkins. Cualquier cosa que nos haga vibrar, no hay que cerrarse a nada. De hecho somos todos autodidactas y todo lo aprendemos escuchando otros discos”. Otro punto a destacar es la aparente variedad compositiva del álbum, un hecho que contribuye a reforzarse por las numerosas colaboraciones, incluso hasta el punto de que los mismos invitados se apropien del tema. Hablo, claro está, del corte cantado por Enric Montefusco, donde por unos momentos uno casi puede visualizar a Standstill. “Todo lo que sea enriquecer la canción es bienvenido, y en este caso es evidente que así ha sido. Ahora mismo estamos haciendo algunos conciertos con la sección de cuerda y viento y es maravilloso poder hacerlo así, le da más vida a la banda rodearse de otros músicos, abre nuevas vías de expresión a nuestro lenguaje musical. Es bonito ver que más gente pueda formar parte de Madee y que también sea posible aportar su talento a la banda”. Pero si algo caracteriza a este disco es su alejamiento de las influencias más evidentes que han tenido hasta ahora. Cierto es que el sonido de la banda no ha cambiado demasiado y que determinados influjos –el pop de los ochenta o Sunny Day Real Estate- siguen estando ahí. La diferencia es que, esta vez, se encuentran en mucha menos cantidad. “Consideramos a éste y a ‘Orion’s Belt’ como lo mejor que hemos dado hasta la fecha. No hay que olvidar que la banda no ha sufrido ninguna baja, somos las mismas personas y vamos creciendo juntos”.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.