“Empezar una canción sin una guitarra nos parecía algo muy experimental”
Entrevistas / The Kills

“Empezar una canción sin una guitarra nos parecía algo muy experimental”

Karen Montero — 17-11-2023
Fotografía — Myles Hendrick

Cocinado a fuego lento forzadamente debido a la pandemia, The Kills estrenan nuevo disco, “God Kills” (Domino/Music As Usual, 23).

Su nuevo álbum es todo un proceso de experimentación por parte de la banda formada por Alison Mosshart (ex The Dead Weather) y Jamie Hince que los ha llevado a un nuevo grado de madurez musical en la cual la guitarra, todavía protagonista del álbum, no es el único personaje.

Por primera vez, la banda con base en Estados Unidos prueba los sintetizadores en canciones como “My Girls My Girls” o “Going To Heaven”. Es una nueva era de The Kills en la que, sin embargo, no abandonan el rock consolidado que llevan hirviendo desde hace años. Jugar a la idea de Dios cuando el proceso de creación avanza es lo que les motivó principalmente para titularlo así y escenificarlo visualmente en la portada.

Con algunos directos post pandemia por Estados Unidos –uno de ellos, abriendo para Jack White el año pasado– la cantante estadounidense y el guitarrista británico están listos para presentar su nuevo trabajo sobre el escenario. Y lo celebrarán por doble: 2023 no es solo el año en el que sacan su sexto disco, sino también el de su vigésimo aniversario como banda. Hablamos con Jamie Hince y nos cuenta sobre el proceso de creación, las dificultades que se han encontrado tras la pandemia y su trabajo con el gran productor Paul Epworth.

Aunque podemos encontrar la figura de Dios en todas partes, especialmente en el arte, te defines ateo. ¿Cuál es el motivo por el cual decidisteis titular el disco “God Games”?
Estaba fascinado con el concepto de por qué soy ateo en mi vida real y por qué juego con la imagen de Dios en mi vida creativa. Escribí la canción “God Games” y me gustó la manera en que transmitía las sensaciones en el confinamiento, donde tuvimos un sentimiento compartido de miseria y desesperanza. Incluso como ateo, pensé que tenía que haber algo ahí afuera que estaba con nosotros y que estaba haciendo que esto pasase. Ya no recuerdo cómo vino el nombre de “God Games”. Estaba preocupado de haberlo robado de algún lugar. Me sonó a subgénero de videojuegos, donde se crea un metaverso y juegas a ser un poco como Dios. Eso es lo que hago con mis canciones: crear un nuevo universo e inventar un dios para explorar cosas como la muerte, el sufrimiento y la moralidad. Por ello también el símbolo de la portada: ¿eres el toro o eres el torero? Que quede claro que estoy en contra de las corridas de toros.

El álbum se cocinó en tiempos de pandemia. ¿Cómo afectó al álbum?
Acabamos el tour a finales del 2019. A principios del 2020 tuvimos unas sesiones de escucha: ese era el germen de un nuevo disco. El disco todavía no tenía toda la ambición que necesitaba y mientras lo escuchábamos lo notábamos. En la semana de Navidad escribimos tres canciones, entre ellas “Bullet Sound”. De esas tres, elegimos aquella y vimos que era la semilla del nuevo álbum. Empezamos el álbum y luego la pandemia llegó. Fue difícil de digerir al principio, pero luego vimos que tras haber encontrado “Bullet Sound” no había un deadline. La gente estaba teniendo la misma experiencia y la vida paró, así que podíamos hacer sonar el disco de la manera más increíble. Empezamos a experimentar y a tratar de conseguir el sonido al que queríamos llegar como banda.

En esta experimentación, ¿qué es lo que probasteis?
Ya no puedo experimentar mucho con la guitarra porque me siento súper familiarizado con ella. En ese momento no me sentía muy inspirado porque sentía que tocaba sin pensar. Así que empecé un proyecto paralelo llamado LA Hex. Con ello pude hacer el tipo de música que me daba la gana, como una canción dance de siete minutos. No me preocupaba por si no sonaba como The Kills. De ahí surgió “My Girls My Girls”, que sonaba como The Kills, y queríamos que esa fuese la dirección. Creo que eso es lo que quiero decir con experimentar: no es un disco experimental, pero empezar sin una guitarra es algo muy experimental para nosotros.

Leyendo los titulares de vuestra vuelta, muchos medios apuntan que volvéis después de siete años, pero realmente no es así porque queríais volver antes. Simplemente la pandemia se interpuso.
Qué irónico, justo tuve una discusión sobre esto con nuestro publicista. Le dije que no pusiera eso en la nota de prensa. No hace falta que le recuerdes a todo el mundo que hace siete años que no sacamos nada porque así va a ser como van a empezar todas las entrevistas. Pero sí, la espera se está haciendo larga.

"Tocar en vivo es para nosotros la parte más importante"

¿Cómo sentisteis la vuelta a los escenarios tras el COVID?
Fue increíble. Abrimos un concierto de Jack White en San Francisco el año pasado. Había olvidado cómo tocar en vivo. Fue una sensación muy rara. Necesitas más de cuatro shows para calentar. Pero la reacción fue estupenda y muy inspiradora.

¿Cómo estáis preparando los directos para el nuevo álbum?
Todavía estamos muy al inicio de la preparación, pero vamos a hacerlo en dos partes, como Alison y yo siempre hacemos. Como siempre digo, no quiero que mis directos sean como si estuvieras viendo Youtube y sonar igual que en el disco. Quiero una experiencia distinta. Tocar en vivo es para nosotros la parte más importante. Tenemos el disco preparado desde hace un año, pero todo toma mucho más tiempo y dinero en este mundo pospandémico.

¿Cómo fue la producción con Paul Epworth?
Fue fácil. Lo conocemos desde años y fue genial tener a alguien a bordo que conoce la evolución de la banda desde el inicio. Trabajamos en estas canciones durante dos años., pero le dimos las canciones a Paul para que nos ayudara a terminarlas en dos semanas. Fue frenético pero quisimos que fuera así.

Tu confinamiento estuvo lleno de otros proyectos artísticos. ¿Cómo lo pasaste y cuáles fueron?
Me encantó. Cuando conducía por Los Ángeles, no había nadie en la calle. Siento como si hubiese pasado dos años con un episodio maníaco de creación. Simplemente compraba muchas máquinas, hacía ropa, aprendía poesía… Me gustó mucho el confinamiento por esta locura creativa. Vivía como un gato: dormía cuando estaba cansado, no me iba a la cama por la noche.

 

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