"Que cada uno lo lea y piense lo que le salga, porque hay varias lecturas"
Entrevistas / Sotomonte

"Que cada uno lo lea y piense lo que le salga, porque hay varias lecturas"

Jon Bilbao — 19-10-2021
Fotografía — Mer

Jokin Salaverria, bajista en tropecientos grupos, sale de su ocupación habitual para dar forma al debut de Sotomonte, el proyecto en solitario en el que aúna folk, rock y psicodelia de cosecha propia. Durante una distendida charla nos habla acerca del estimulante “From Prayer to the Battlefield” y su concepción.

Concierto de presentación el 13 de noviembre en la segunda jornada del MAZ Basauri en el Social Antzokia junto a Derby Motoreta's Burrito Kachimba y Cecilia Payne (más info aquí).

Antes de entrar en tu más reciente proyecto, Sotomonte, cuéntanos brevemente cómo te picó el gusanillo de la música y en qué proyectos estuviste anteriormente.
En casa siempre ha habido mucha música, por mi aita especialmente. También por mi ama pero mi aita tiene más vinilos y los Beatles siempre han estado ahí. The Beach Boys, Elton John de los setenta, Queen… tenía un background desde luego. Ya empecé con el heavy, luego me fui más al hard rock. Y en el instituto de repente, dos guitarristas que les hacía falta un bajista, y ahí me metí. Yo lo que no hace todo el mundo, suelo tirar por ahí. Me compré un bajo a escondidas de mis aitas, para que no me echaran la bronca por haberme comprado un bajo aún sin saberlo tocar. Mi primer concierto fue con Traidor, inconfeso y mártir, una banda que tenía las famosas tres armonías a lo Crosby, Stills & Nash, rollo folk-rock, y este lo di con dieciocho años, que para mí era como tocar con America.

Hubo una banda también que me llamó muchísimo la atención, que fue Bedroom, en la que estaban Saúl Santolaria, Borja Barrueta, Daniel Merino, Dani Gutierrez… y ahí es donde escuché por primera vez a Crosby, Stills, Nash & Young. Y ahí empecé a tirar del hilo. Y en cuanto a bandas: he estado en Rubia, Landslide, con Jonny Kaplan, Hot Legs (una banda que teníamos con Carlos Tarque de M-Clan, Pereza etc).. En Estados Unidos también toqué con muchas bandas, con Kyle Gass de Tenacious D... no sé, un montón.

Hace unos años te fuiste a vivir a California y allí grabaste y giraste con los country rockers Jonny Kaplan & The Lazy Stars. ¿Qué te aportó la experiencia? ¿Tocaste en algún otro proyecto de allí?
A mí conocer a Jonny, además de que es uno de mis mejores amigos, un poco mi hermano mayor… desde luego fue un cambio en mi vida. Me fui con veinticuatro años aunque yo ya había estado previamente varias veces en Estados Unidos, lo típico, aprendiendo inglés, lo cual agradezco mucho a mis aitas, que desde muy joven me abrieron esa ventana al mundo. Por eso cuando marché lo hice teniendo bastante background norteamericano , y la experiencia, sobre todo los primeros años, fue increíble. Ostras, que me voy a California, a la meca donde estaba todo lo que me gusta. Los años sesenta, setenta, el West Coast… y de pronto yo estaba viviendo ahí en Laurel Canyon, al lado de donde vivía Jim Morrison, al lado de donde vivía Graham Nash…

Como un sueño.
Sí, como un sueño, desde luego. Y con Jonny tengo tantas aventuras... Allí toqué con otra mucha peña. Yo tenía una banda de heavy-rock que se llamaba Crusade, un trío, que empezó a andar bastante bien pero, Los Angeles (aunque llevan tocando rock n roll más tiempo que nosotros) es una ciudad bastante superficial en la que hay mucho interés. La gente siempre está buscando al famosito. Y en este caso en concreto mis dos compañeros de banda vendieron el grupo: básicamente un mánager alemán nos ofreció telonear a Kadavar durante tres meses por todo Europa, y estos vendieron la idea a su otra banda (que tocaban con Kyle Gass de Tenacious D). Ese tipo de movidas. Ahí sí me cabreé un poco la verdad. Por como funcionan las cosas. Yo siempre he tirado a proyectos que a mí me parecían interesantes más que tocar lo que lo peta. Siempre he buscado un poco lo diferente.

Sotomonte diríamos que es tu proyecto en solitario, ¿no? Como si fuera tu primer disco en solitario pero bajo este sobrenombre.
Es mi primer disco en solitario de cualquiera de las maneras, sí. He esperado bastante, hasta los cuarenta, pero sí, ha sido ahora.

Cuéntanos, ¿qué músicos han participado y dónde lo has grabado? ¿Dani Merino toca guitarras?
No, Dani está en la banda, pero no grabó. La formación se completa con Íñigo Ortiz de Zárate a los teclados, Unai G. De Kortazar a la batería, Josu Aguinaga a las guitarras y coros, y yo al bajo y voz.

Ok, para los directos. Y, ¿entre quiénes habéis grabado el disco?
Yo empecé a grabar maketas hace varios años, a componer las canciones y a grabar ideas en casa. Fui montando las canciones hasta que conocí a Iñigo Bregel de Los Estanques y me fascinó lo que hacía. Me puse en contacto con él para uno de los Bangladeshes (homenaje al concierto de Bangladesh de George Harrison - crónica concierto enero 2016 en Bilbao -) y además le pregunté si producía a bandas, me dijo que sí y ahí nos metimos mano a mano. Básicamente somos él y yo. También hay colaboraciones, sobre todo de guitarristas: está Iñaki Uoho, también Adrián Barcena de Rubia, Germán Herrero de Los Estanques, Gonzalo Portugal y Pit Idoyaga. Germán Salto también hace algún corito, Unai Somocueto a la percusión y Brian Young (que es el batería de The Jesus & Mary Chain, muy amigo mío, y que también está en Fountains of Wayne) a la batería.

A pesar de que en tus anteriores proyectos tocabas el bajo ahora también tocas la guitarra. ¿Ya la tocabas antes o te has puesto con ella en los últimos tiempos?
Yo empecé con la guitarra acústica para pasarme al bajo. Me apasiona la guitarra acústica, así como la eléctrica me da un poco igual, he tocado toda la vida la guitarra acústica. Me encanta, todo lo compongo con la acústica, y todas las canciones del disco funcionan con la acústica y los coros. Muchas de estas canciones están pensadas para que haya tres armonías, y que ese sea el eje central. Yo aquí he grabado guitarras pero en los directos voy a tocar el bajo y cantar. Eso no lo puedo delegar, tengo mi manera de tocar y tiene que ser así.

"Muchas de estas canciones están pensadas para que haya tres armonías, y que ese sea el eje central. Yo aquí he grabado guitarras pero en los directos voy a tocar el bajo y cantar. Eso no lo puedo delegar, tengo mi manera de tocar y tiene que ser así"

Me encanta el título del disco, “From prayer to the battlefield” / “del rezo al campo de batalla”. ¿Qué te lo inspiró?
El disco yo lo veo un poco así. Está mi parte más enfadada pero también mi parte más tranquila o espiritual. No sé, hay de todo en las canciones y creo que se nota bastante las que son más hippiescas y las que tienen más ataque.

¿Aprovechaste, como muchas otras personas, el parón de la pandemia para componer o para poner en orden este material, o la idea de grabar tu proyecto de Sotomonte era algo que venía de atrás?
Este disco lo empezamos a grabar en 2018. Básicamente lo acabamos aquel año, y a principios del 2019 a Los Estanques les robaron el ordenador con el disco duro. Se llevaron todo y claro, se perdió el disco. Gracias a dios yo tenía las sesiones del verano, así que no perdimos todo pero tuvimos que regrabar la mitad del disco. Lo cual, sí que se puede considerar una pequeña putada, pero a mí me vino hasta bien porque me dio más confianza para volver a grabar las voces, las canté mejor. Esta es la primera vez que yo grabo voces principales, siempre he hecho coros, y en ese sentido lo veo ahora mismo como algo totalmente positivo. Eso sí, tardamos más en hacerlo, llegó la pandemia… y sí, este disco podía haber estado hace dos años, pero mejor ahora incluso, ahora que parece que esto va a ser como un nuevo comenzar de otra manera.

Tu atracción hacia la música de finales de los sesenta y comienzos de los setenta… es clara. Ese inicio con “Words” es puro Crosby, Stills, Nash, quedándose al final las voces a capella un poco al estilo de “Find the cost of freedom”. ¿Es este grupo una de tus grandes influencias?
Totalmente. Yo cuando escuché “Suite: Judy Blue Eyes” por primera vez dije qué es esto, ¡qué es esto por dios! Y fue gracias a Bedroom, que la tocaban de versión. Me voló la cabeza. Sí, no sé, de repente vi la música de otra manera. Tenía dieciocho o diecinueve años, y esta es música con cierta complejidad, quizá no para todos los oídos. Tuve antes el “Deja Vú” que el “Crosby, Stills & Nash”, pero luego tiré de la cuerda y llegué al árbol genealógico del country-rock, que es bastante limitado, son unas cuantas bandas no es como en el hard-rock. Esto salía de donde salía, de Estados Unidos y de algunos estados sólo.

“For what is done in darkness”, al menos el estribillo, me recuerda a Jethro Tull. ¿También sería una influencia?
Sí, hay Jethro Tull por ahí. Siempre me ha gustado Jethro Tull pero también veo cierta similitud entre su voz (Ian Anderson) y la mía, salvando las distancias lógicamente. Me gusta mucho como canta, como habla al cantar, ese rollo de preacher que tiene. Sí, desde luego todo esto también es una influencia en el disco.

"Esta es la primera vez que yo grabo voces principales, siempre he hecho coros, y en ese sentido lo veo ahora mismo como algo totalmente positivo"

Me parece que tiene un balance muy interesante entre ser un disco puramente de rock, con ciertos detalles de psicodelia. Cuando te preguntan a ti (alguien que no lo ha escuchado) de qué estilo es, ¿qué dirías? ¿Qué sueles decir?
Folk duro. (Risas). Hard-folk-Rock. Un nuevo término. Tiene mucha guitarra acústica, que es la raíz de todas las canciones. Además sólo utilizo la afinación estándar en tres canciones, y esas otras afinaciones lo hacen más psicodélico, más sitaresco.

Te han salido unas letras peleonas. Letras que hablan sobre lo cuestionable del presente : “Culture for vultures”, “For what is done in darkness”, “Moral Blindness” o “Believers of the mass”. En términos generales, ¿ de qué dirías que tratan tus letras? ¿Tienes alguna de la que estés más orgulloso por su significado?
Pues como en el propio título, sí es verdad que en algunas he estado más crítico, pero siempre intentándolo dejar en la ambigüedad. Que cada uno lo lea y cada uno piense lo que le salga, porque hay varias lecturas. He intentado que no sea obvio, no me gusta lo obvio. Me gusta que haya detalles, que haya capas. Hablo mucho de los dogmas, porque todos tenemos dogmas. Las cosas en las que “creemos”.

En ”Now that your days are gone” hablas sobre que la riqueza no es lo mismo que el amor. ¿Crees que actualmente estos dos conceptos se confunden?
Sí. Hablo mucho del carpe diem. Al final, yo que sé, todos nos vamos al hoyo con el mismo dinero, que es nada. Y sí, en la sociedad del consumo en la que estamos… ahora igual cambian un poquito las cosas, porque hemos tenido tiempo para ver con perspectiva dónde nos estábamos metiendo. Pero sí, hablo de aprovechar el momento.

“The Written Script” es una de mis favoritas del disco. Una forma perfecta además de cerrarlo, con ese crescendo. ¿Qué te la inspiró?
Va por un derrotero similar. Hablo del guión escrito, que alguien ha escrito un guión para nosotros y que no nos podemos salir de ahí. Yo me quiero salir todo el rato. (Risas).

"Esto lo he hecho para mí, para que me guste a mí. Creo que esa es la manera más honesta. Y si me gusta a mí a alguien le gustará"

Como sé que eres muy fan de la música de hace cincuenta años, tengo que preguntarte: ¿Escuchas música de la actualidad? ¿Qué grupos o solistas me recomendarías?
Los Estanques me encantan. La verdad es que me volaron bastante la cabeza. Todo lo que hace Iñigo Bregel me parece una maravilla. The Lemon Twigs. Escucho bandas actuales, pocas la verdad, pero suenan a sesentas y setentas. Yo con este disco tampoco he querido sonar a sesentas y setentas pero es que.. no escucho otra cosa, ¡lo raro es que me hubiera salido otro sonido! (Risas). O sea, aquí no hay ningún intento de sonar vintage, es lo que nos sale. Creo que casi todos los que hemos participado ahí somos de esa escuela. El disco, por cierto, lo he dispuesto para que la base rítmica se mueva, porque siempre he buscado el caos con orden y hasta que no hemos hecho este disco no lo he llevado a cabo. Y esto ahora, porque está ya grabado, pero en directo habrá más jam, desarrollaremos más ciertas partes para encontrar ese rollo de la base rítmica moviéndose mucho, y por momentos el resto de instrumentos haciendo la base.

Lo que dices, caos controlado.
Sí, me gusta ese concepto. Ayer un amigo me dijo tío, es que tu música es como que hay un puzzle de puta madre hecho, tú vas, lo mueves todo y creas otro puzzle. Y sí que estoy mucho tiempo para componer, le doy muchas vueltas, igual estoy dos meses hasta que acabo una canción.

¿Crees que Sotomonte tendrá continuidad en cuanto a futuros álbumes o ha sido algo puntual?
Pensaba que iba a ser puntual pero me siguen saliendo cosas. Así que, mientras sigan saliendo y me parezcan interesantes seguiré grabándolas. No he hecho esto para petarlo ni nada, esto lo he hecho para mí, para que me guste a mí. Creo que esa es la manera más honesta. Y si me gusta a mí a alguien le gustará.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.