Si "International" (2025) va a ser de verdad su última entrega, no se me ocurre mejor forma de dar carpetazo a su carrera de 35 años, porque es un disco más que notable, a la altura de sus mejores obras.
Bob Stanley, Pete Wiggs y Sarah Cracknell invitaron a Erol Alkan, Augustin Bousfield, Vince Clarke, Confidence Man, Jez Williams (Doves), Flash Cassette, Nick Heyward, Paul Hartnoll (Orbital) y Tom Rowlands (The Chemical Brothers) a colaborar en doce canciones mezcladas y grabadas en Brighton con producción de Tim Powell (Sugababes, Girls Aloud, Pet Shop Boys), que más que a una triste despedida, suenan a una celebración entre (buenos) amigos. Hablo de todo ello con Pete Wiggs.
Es inevitable empezar con esta pregunta: ¿Por qué este adiós? ¿Cansancio? ¿Creéis que no tenéis nada importante que añadir?
Es gracioso, porque no fue decisión mía (risas). Creo que Bob (Stanley) y Sarah (Cracknell) tenían varias razones. A mí me sorprendió, pero ya me he acostumbrado: es incluso excitante esta nueva perspectiva. Puede que sea en parte por lo que dices, aunque no creo que nos hayamos quedado sin ideas. Creo que estamos en un buen punto de nuestra carrera: nuestros últimos discos han sido muy bien recibidos y la gente los ha disfrutado. Vayámonos antes de que la gente empiece a odiarnos (risas). Estamos rozando los sesenta, ya sé que eso no es ser viejos – viejos… en cualquier caso, será una especie de muerte lenta, porque vamos a dar conciertos, a tocar en festivales, a hacer recopilaciones, así que creo que aún nos quedan unos pocos años de trabajo por delante.
"No nos permitimos ser demasiado sentimentales, había que hacerlo rápido"
El álbum parece un resumen de las diferentes potencialidades del grupo, como una síntesis de los estilos que os han caracterizado. Como hicieron R.E.M. con "Collapse Into Now" (2011), por ejemplo. ¿Teníais en mente hacerlo así por ser el último?
Pues la verdad es que salió así. Sabíamos que iba a ser el último. Sabíamos que queríamos trabajar con gente distinta. Pero no queríamos buscar una sonoridad nueva ni hacer nada remotamente innovador. Tampoco había una idea de que fuera un disco clásico: simplemente salieron así las cosas. Hay canciones que tienen paralelismos con otras que hemos hecho antes, pero no fue una decisión consciente. También se debe a las colaboraciones.
He leído que lo grabasteis inmediatamente después de "The Night" (2024), que tiene un cariz mucho más conceptual, menos inmediato, sin canciones con ganchos melódicos evidentes. ¿Fue una reacción?
En cierto modo, sí. Pero no solo por "The Night" (2024), también por el anterior, "I’ve Been Trying To Tell You" (2021): no eran discos de canciones normales, supongo. Si nos hubiéramos despedido con un disco tan abstracto, hubiera sido un bajón. Nuestros primeros dos álbumes tenían muchos samples, y en los siguientes intentábamos sonar más como una banda, y luego nos volvíamos más electrónicos de nuevo, así que sí que ha habido siempre ese ánimo por cambiar con nada nuevo disco.
No es una despedida triste, al contrario: es como una fiesta con amigos, dada la cantidad de colaboradores.
Si, en parte porque nos dimos muy poco tiempo para grabarlo. No nos permitimos ser demasiado sentimentales, había que hacerlo rápido. Ponernos una fecha límite y tener que juntar a tanta gente fue emocionante. No nos lo pensamos mucho. Y hubiera sido muy pomposo intentar tocar la fibra sensible del oyente solo por ser el último disco (risas). Incluso la última canción, “The Last Time”, es un poco humorística, porque aunque es un poco triste por las cosas de las que habla, tiene una letra bastante ligerita.
¿Cuál fue el criterio para escoger a los colaboradores? ¿Afinidad personal y musical?
Una combinación de factores. Hicimos una lista, y al ponernos una fecha límite, tenía que ser gente con quien pudiéramos contactar rápido (risas). Amigos como Tom (Rowlands), Erol Alkan, gente a la que conocemos desde hace años, y a la que respetamos, y de quienes sabemos que les gusta nuestra música. A algunos los conocemos desde los noventa, a otros les hemos ido conociendo en los últimos años, en mi caso porque vivo cerca de algunos. Aún nos da un poco de vergüenza eso de preguntar “¿quieres grabar una canción con nosotros?” (risas). Todos dijeron que sí, por suerte. Vince Clarke, por ejemplo, es uno de los héroes de nuestra infancia. Hizo un remix de una de las canciones de "I’ve Been Trying To Tell You" (2021), y teníamos ya una familiaridad con él: en un principio íbamos a grabar con él un EP, pero al final lo dejamos en un par de canciones. La que no está en el álbum seguramente la publiquemos en el futuro. La suya fue la primera colaboración. Nick Heyward es otro héroe de los ochenta, especialmente para Sarah (Cracknell). Dimos con todos muy rápido. Jugamos sobre seguro, porque no teníamos mucho tiempo y no podíamos perderlo tratando de contactar con gente con la que no tuviéramos un trato muy directo.
¿Alguno os sorprendió?
Con Erol (Alkan) fue interesante, porque fue un intercambio constante de ideas a distancia, es muy detallista, yo creo que aún quiere remezclar la canción en la que colaboró porque no está contento del todo (risas). Es muy interesante escucharle hablando sobre las emociones que destila la canción y cómo quiere amplificar las sensaciones que transmite. Fue divertido, porque luego Tim (Powell), el productor, se preguntaba: “a ver, ¿pero quién está aquí al mando?” (risas).
Precisamente te iba a preguntar por él. ¿En qué medida enaltece vuestra música?
Tim (Powell) es muy bueno combinando los distintos componentes de nuestra música y, al mismo tiempo unificándolos, de forma que el disco no suene como una recopilación, sino que tenga cierta cohesión. Y también es muy rápido trabajando. Añade loops y cosas que a ti no se te ocurren. Hizo que la canción en la que colabora Vince Clarke, “Two Lovers”, sonase más contemporánea.
Hay un buen puñado de canciones muy pegadizas. ¿Cómo lo lográis después de 35 años?
Es gracioso, porque a veces simplemente te vienen así. Nos pasó con “Glad”. Dimos con el estribillo rápidamente. Y lo dejamos. No sé de dónde vino. Luego te preocupa habérselo tomado prestado a alguien sin haberte dado cuenta (risas). Es extraño. Y siempre te preguntas si es bueno, si va a funcionar… pero te lo confirma otra gente cuando lo escucha y te dice que es bueno y es pegadizo. También creo que sin los dos anteriores álbumes, que tenían canciones más flotantes y derivativas, este no nos hubiera salido tan pop.
"Una de las razones por las que nuestra carrera ha sido tan larga es porque nunca hemos dejado de ser amigos"
Sois grandes melómanos. ¿Escucháis mucha música de ahora mismo?
Sí, durante esta grabación escuchábamos mucha música reciente, aunque lo mío es más bien la música ambient y experimental. Mi hija tiene 19 años, solía llevarla al colegio hasta ahora con el coche, y siempre íbamos escuchando Radio One, que son todos los grandes hits de ahora, algo que he combinado luego por mi cuenta con material mucho más raro. Escucho cada semana un podcast que se llama The Sound, que me descubre mucha música rara, experimental y bailable. Yo creo que todo eso también se filtra de alguna manera en nuestra música. También me gusta ir a festivales en los que descubrir bandas que no me ha recomendado nadie. Siempre tomas ideas de otros. O al menos te quedas con las ganas de hacer cosas que ellos sí pueden hacer.
Y en sentido contrario: ¿detectas vuestra influencia en otros músicos? Yo tengo la impresión de que, dado el carácter poliédrico de vuestra obra, es difícil localizar a alguna banda que suene como Saint Etienne.
Es interesante. No lo sé. Confidence Man dicen que son muy fans nuestros, pero no sé si les hemos influido en algo (risas). Es difícil saberlo. Hubo muchos mensajes muy bonitos cuando anunciamos que nos disolvíamos. Bueno, no que nos disolvíamos, que dejábamos de grabar. En Instagram y en otras redes. Nos hablaban sobre lo mucho que hemos influido en la vida de algunas personas. Mensajes muy emocionantes. Llevamos tanto tiempo trabajando juntos que al final parece que todo lo que hacemos va a acabar sonando a Saint Etienne, de un modo u otro. Eso ayuda. Somos tres personas muy diferentes, pero con un punto en común que es el que hemos logrado transmitir.
Vais a presentar el disco con una serie de firmas en algunas de vuestras tiendas de discos independientes favoritas del Reino Unido. ¿En qué medida ser independientes ha sido importante para vosotros?
Una de las razones por las que nuestra carrera ha sido tan larga es porque nunca hemos dejado de ser amigos, no nos hemos sentido forzados a hacer nada. Posiblemente hayamos tomado decisiones que no nos hayan reportado ganar millones de libras (risas), pero al mismo tiempo nos las hemos apañado para durar mucho tiempo. Nadie nos dice qué tipo de portada hemos de hacer, tenemos control sobre todo nuestro proceso creativo. Aunque quizá hubiéramos ganado más dinero haciendo las cosas de otro modo.
Bueno, en cualquier caso, son más de 35 años viviendo de la música, no todo el mundo lo puede decir.
Bueno, mi mujer también ayuda estos días, y mucho (risas). Hemos tenido altos y bajos. Durante los primeros años ganamos mucho dinero. Luego ha sido más complicado.
Tenéis gira por delante. Ojalá paséis por España.
Espero que sí. En sala o en algún festival, como el Primavera Sound. Crucemos los dedos. No hemos hecho muchas giras europeas desde el maldito Brexit. Es cabreante, porque lo encareció todo.
La última vez que yo os pude ver en directo fue en un festival en Benidorm, en 2018, en la primera edición del Visor Fest. Compartiendo cartel con Cat Power, The Flaming Lips y !!!.
¡Lo recuerdo! Un gran cartel. Con poco público, lo que estaba muy bien si ibas como asistente, porque podías estar muy cerca del escenario.
Totalmente. Un gozo para el público, pero un quebradero de cabeza para el promotor.
¿Se volvió a celebrar?
Sí, cambiaron a Murcia y este año se celebra en Valencia.
Está muy bien que siga celebrándose. El cartel era buenísimo.

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.