El fichaje de Pianos Become The Teeth por el mítico sello independiente Epitaph -creado en los 80’s por Brett Gurewitz (guitarrista y fundador de Bad Religion)- en 2014 supuso también el abandono de las voces gritadas características del post-hardcore y screamo por parte del vocalista Kyle Durfey y supuso un antes y un después en la banda, que empezó a adoptar un estilo menos agresivo en consonancia con sus primeras referencias y que ha mantenido hasta la fecha. Hablamos con su guitarrista y fundador Mike York.
No podría empezar esta entrevista sin preguntarte si The Smiths y Morrissey han sido una influencia directa en vuestra música. El nuevo álbum tiene momentos que recuerdan mucho a la banda inglesa, especialmente en las voces.
Sinceramente, creo que soy el único miembro del grupo que escucha activamente The Smiths. Los amo desde hace mucho, y la forma de tocar la guitarra de (Johnny) Marr ha sido una gran influencia en mi forma de tocar, aunque no sea tan competente como él.
¿Cómo os sentís trabajando con Epitaph? En 2014 empezasteis a trabajar con la discográfica y debe ser brutal estar en un sello tan reconocido dentro de la escena punk independiente durante tantas décadas ¿Todavía mantenéis contacto hoy en día con proyectos, lugares o sellos más pequeños de vuestra escena más cercana? Tal vez podrías recomendarnos algo…
Trabajar con Epitaph ha sido un sueño. Se centran muchísimo en el artista y en que desarrolle una visión propia de su música. Con ‘Drift’ fueron especialmente pacientes con nosotros porque nos llevó una eternidad terminarlo. Somos bastante especiales con respecto a cómo debería sonar y verse todo el concepto.
En cuanto a otros artistas e iniciativas locales, hay muchas cosas increíbles sucediendo en Baltimore últimamente. Obviamente están Turnstile, que son enormes y también son de aquí, pero nuestros amigos Dosser, con los que estamos de gira, son una banda increíble que está trabajando muy duro y tiene un sonido noventero similar a Dinosaur Jr. que mola muchísimo.
“El camino que tomamos como banda pedía algo más versátil que simplemente gritar en la cara de alguien durante una hora”
Una de las cosas que más llama la atención de este disco es el regreso de Kevin Bernsten como productor. Ya trabajó con vosotros cuando todavía erais una banda de punk más cruda y emocional cercana al “skramz”. Siendo Kevin un profesional habituado a géneros musicales más extremos, ¿ha sido difícil trabajar con él? ¿Cómo fue el reencuentro? ¿Ha cambiado mucho la cosa con respecto al pasado?
Kevin es uno de mis mejores amigos en este mundo, así que volver a trabajar con él fue increíble. Vive muy cerca de Kyle y de mí y entrar en el estudio con él cuando teníamos una primera idea nos atraía mucho. Kevin puede ser conocido por grabar música más pesada, pero nosotros acudimos a él de nuevo por el enfoque que tiene a la hora de grabar. Es un purista de corazón y siempre trata de obtener el mejor sentimiento en cada toma sin intentar hacer todo perfecto. Hoy en día hay música que está tan pulida que carece de humanidad y se siente como artificial y perecedera. Sabíamos que ‘Drift’ iba a ser mucho más experimental y queríamos trabajar con alguien dispuesto a tomar este camino con nosotros. A Kevin le gusta experimentar, y como nosotros no somos costumbristas ni nada por el estilo, fue también más atractivo para él hacer un disco con nosotros porque también estaba un poco fuera de su línea. Aun así, hizo que el proceso fuese muy sencillo y nos ayudó a descubrir dónde deberían encajar las cosas más “raras”.
‘Drift’ es un disco para escuchar de principio a fin sin distracciones, o al menos eso es lo que transmite al oyente. ¿Ha sido compuesto en torno a un concepto o idea prefijada para saborear como un todo o puede entenderse también por separado?
Creo que todos nuestros discos se disfrutan mejor como piezas completas, pero este disco en especial fue pensado para ser escuchado como un todo. Creo que podrías escuchar las canciones por separado y disfrutarlas igualmente, por supuesto, pero la experiencia de escuchar todo junto dibuja mejor esa imagen de disco que teníamos en mente a la hora de crearlo.
La desesperanza y la pérdida se perciben de forma evidente en vuestras canciones. Parece que aunque hayan cambiado algunas cosas en vuestro estilo, el espíritu lírico en el que una persona corriente se hace preguntas personales y existenciales que muchas veces ni siquiera tienen respuesta se mantiene como si no hubierais abandonado del todo el espíritu del emo y post-hardcore.
Sí, Kyle es una persona bastante introspectiva y creo que si no está escribiendo algo que se perciba de esa forma siente que no está haciendo bien su trabajo. Puede que esté siendo parcial, pero es mi letrista favorito sobre la faz de la tierra. Quizá sea porque simplemente me identifico muchísimo con él y es mi mejor amigo.
Escuchando las canciones de ‘Drift’ e intentando analizar algunas de sus letras parece que en ocasiones se habla en primera persona, sobre alguien que ha roto una relación o que está pasando por algún momento complicado luchando consigo mismo y que esto afecta directamente a su familia y/o amistades. A veces se siente como una pérdida, una despedida o una ruta de escape. ¿Es así?
No me gustaría responder por Kyle pero sí, hay muchos momentos de lidiar con la pérdida y la lucha interna a lo largo del álbum. Creo que es algo que cualquier persona puede sentir y con lo que se puede identificar. La vida no es un camino de rosas, y creo que todos experimentamos estas emociones en un momento u otro.
“El concierto que dimos en el Resurrection Fest sigue siendo mi favorito de todos los tiempos. Me encantaría volver a España”
También hay alguna referencia en el álbum a lo que parece ser alguien enfermo que quizá esté sufriendo algún problema mental. Esto es algo tristemente común hoy en día, cada vez más por culpa del aumento de la ansiedad y depresión en personas cada vez más jóvenes. ¿Habéis vivido alguna experiencia cercana a esto que haya podido influir en vuestra forma de componer y ver la vida?
Creo que todos lidiamos con estos problemas de una forma u otra, y es algo duro. Por desgracia, pienso que estas cosas te van consumiendo más conforme maduras.
¿Es ‘Drift’ el comienzo de una nueva etapa todavía más melódica o simplemente un capítulo más? Os veis en, no sé, tres o cuatro años siguiendo esta línea, ¿u os gustaría experimentar con otros géneros o ideas?
Siempre nos esforzamos por hacer cosas nuevas y emocionantes. Hemos hablado incluso sobre escribir un EP de punk rápido, ruidoso y sucio, así porque sí. Nunca hemos sido una banda fácil de encasillar, así que no tenemos la necesidad de quedarnos estancados en un lugar concreto. Hagamos lo que hagamos, siempre seremos fieles a lo que nos gusta y seguiremos haciendo las cosas lo mejor que podamos.
Volviendo un poco a la música propiamente dicha, me gustaría preguntaros por algo que ya os habrán preguntado docenas y docenas de veces y que estaréis aburridos de responder: ¿Por qué abandonasteis por completo los gritos? ¿Ya no os identificáis o sentís cómodos con esa forma de expresión vocal?
Si escuchas con detenimiento ‘Drift’ -el final de “Buckley”, por ejemplo- todavía puedes percibir alguna muestra de ello pero, si te soy sincero, a Kyle ya no le apetecía ni la música lo pedía. Cuando comenzamos a experimentar con diferentes estilos musicales, los gritos eran como algo demasiado unidimensional sobre los pasajes melódicos. A la gente le encanta decir cosas como que Kyle “no puede gritar más” o que “nos vendimos”, pero lo cierto es que él simplemente no sentía que la música precisase de gritos. El camino que tomamos como banda pedía algo más versátil que simplemente gritar en la cara de alguien durante una hora.
Es cierto que a veces la música no tiene por qué ser más alta, rápida ni agresiva para expresar dolor, rabia o desesperación. En muchas ocasiones hasta una canción de un artista de pop, folk o rock cantando en solitario tiene el mismo poder. Y también pasa con la música instrumental. Cuando escucho vuestra música me pasa algo similar. Me pregunto si vosotros también lo veis de esta forma.
¡Por supuesto! Esto se puede relacionar con la última pregunta sobre los gritos. No tiene por qué ser necesario ser más ruidoso para expresar ese tipo de emociones.
Aunque vuestra esencia y actitud sea cercana a la de una banda de punk, y a pesar de dejar de lado la agresividad de vuestros comienzos también es cierto que habéis cambiado mucho la dirección puramente sonora de vuestra música. En 'Drift' hay acercamientos al post-punk inglés e incluso a un indie rock melancólico similar al de The National. ¿Crees que podría estar en lo cierto? Esos bajos y percusiones tan contundentes y pesadas me recuerdan mucho a algunos grupos de post-punk.
Absolutamente. The National es una de mis bandas favoritas. Creo que lo que hace que esas bandas sean tan atractivas para mí es la conexión de sus integrantes. Las cosas no se vuelven atractivas así porque sí, es la combinación de todas las partes lo que consigue que los resultados sean realmente interesantes.
Algo a tener en cuenta también son las atmósferas de las guitarras que Chad y tú creáis haciendo que lo dicho anteriormente del post-punk se fusione con el post-rock y la música emo derivando en algo ciertamente original. Aunque personalmente no entienda de lo más técnico del instrumento, al escuchar vuestros discos siento que las guitarras son los instrumentos que menos han cambiado con respecto a vuestros inicios aunque tengan menos distorsión y sean más cristalinas. Quizá me esté equivocando…
No creo que estés equivocado, en absoluto. Aunque nos estemos moviendo en diferentes direcciones como banda, nuestro acercamiento con el instrumento creo que sigue siendo el mismo. Simplemente buscamos hacer música interesante y cautivadora, sea con guitarras, sampling, sintetizadores o lo que sea. Intentamos componer cosas que se sientan únicas para nosotros.
Estaría muy guay que este disco se transformase en un proyecto audiovisual o un cortometraje que obligase a escucharlo de principio a fin. Creo que todos los discos deben tener al menos una oportunidad de ser escuchados sin saltarse ninguna canción, y 'Drift' más de lo mismo. Personalmente estoy bastante aburrido de los singles virales de Spotify y las playlists que parecen querer imponerse a los trabajos musicales más completos y elaborados como si únicamente importase que tres o cuatro minutos puntuales atraigan fama y reconocimiento. Sería interesante que algunos artistas como vosotros pudiesen barajar ideas parecidas más allá de que sean asequibles o no. ¿Os molaría hacer algo así? Sea o no posible, ¿habrá más videoclips relacionados con 'Drift'? ¿Algún streaming quizá? Ahora que estas “nuevas” ideas se han establecido después de los confinamientos y cuarentenas, podría ser interesante.
¡Me encantaría hacer algo así! Últimamente he estado muy metido en temas de producción de vídeo y creo que un proyecto audiovisual en formato largometraje sería increíble para este disco. Hemos estado esa idea y esperamos hacer que algo así cobre vida. También estoy de acuerdo en lo que dices sobre la forma en que se consume música hoy en día, como fragmentos en vez de como ese todo que persiguen algunos artistas.
Para terminar, me gustaría preguntaros si os podremos ver por España en algún momento. No recuerdo con claridad la última vez que pisasteis nuestro país, pero creo que ha sido hace un montón de tiempo en el Resurrection Fest, hace diez años o así. ¡Sería un placer que volvieseis con vuestras nuevas canciones!
El concierto que dimos en el Resurrection Fest sigue siendo mi favorito de todos los tiempos. Me encantaría volver a España. Si conoces a alguien que nos pueda llevar por ahí, ¡háznoslo saber! ¡Nos encantaría hacer una gira completa por allí!
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.