“Yo no haría música si el mundo fuera perfecto”
Entrevistas / Maurino

“Yo no haría música si el mundo fuera perfecto”

Draco de la Puente — 13-10-2023
Fotografía — Archivo

El compositor chileno, Maurino, es hijo de refugiados que escaparon de la brutal dictadura de Augusto Pinochet. Nació y creció en Ámsterdam pero nunca se desconectó con sus raíces latinoamericanas. Su último contacto con nuestra escena es “Esperanza”, su colaboración con los catalanes La Pegatina.

Maurino es, por tanto, un músico formado por el sistema educativo europeo, el activismo político de sus padres y la libertad creativa de su propia mente. A eso hay que sumarle que dirige una formación que el año pasado publicó “Ahora sí” (Calaverita Records, 22) y que es también promotor de la popular Fiesta Macumba. Con él nos sentamos para charlar sobre su universo.

Maurino, cuéntanos un poco sobre cómo haces tus canciones, sobre qué supone para ti hacerlas.
Hacer canciones para mí parte de algo que me inspira, ya sea un estado emocional, un enganche o simplemente algo pegadizo. Generalmente, empiezo con vocales, guitarras o bajo, siempre buscando crear algo que se quede en la mente de las personas. Creo que cuando trasmites un sentimiento que sale de lo más profundo de ti, siempre vas a conectar con la gente. Por eso creo que todos los artistas debemos sumergirnos en un proceso introspectivo para sacar lo que tenemos ahí dentro escondido. Un sentimiento es una consecuencia y muchas veces hay que mirar más allá de eso para dar con la raíz y poder decir que realmente estamos creando verdadero arte.

"'Esperanza' es una canción que surge por mi conexión con las raíces latinoamericanas que tengo y por ese inevitable sentimiento por buscar la justicia"

"Esperanza" es tu última canción en colaboración con La Pegatina. ¿Puedes contarnos cómo surgió y cuál es su significado?
"Esperanza" es una canción que surge por mi conexión con las raíces latinoamericanas que tengo y por ese inevitable sentimiento por buscar la justicia. El hecho que motiva a esta canción es el resultado de la elección de un nuevo presidente en Chile y por mi afiliación a la nueva izquierda. En lo personal, es una situación que me llenó de ilusión y con mi arte busco evocar o despertar la fe de varios jóvenes. La canción representa la esperanza que surge a partir del proceso de la nueva constitución en mi país. Además, se dio la oportunidad de colaborar con el grupo musical La Pegatina, lo que llevó mi música al siguiente nivel, ya que a nivel musical y rítmico, ellos se han encargado de darle el sonido ideal a esta temática.

El estallido social en Chile ha tenido un impacto significativo en la sociedad. ¿Cómo te ha afectado personalmente y cómo crees que ha influido en el arte y la música?
El estallido social ha cambiado muchas perspectivas y ha sido una fuente de inspiración para los chilenos. El arte, incluyendo la música, ha jugado un papel importante en la generación del cambio y en la crítica social. A nivel profesional, tener una razón le da mayor sentido a mi trabajo, lo cual hace que enfoque mis proyectos con bastante entusiasmo. El hecho de generar un cambio te da una recarga de energía para escalar al siguiente nivel creativamente, en mi caso como compositor y músico.

¿Es muy recurrente este tipo de reflexiones sociopolíticas dentro de tus canciones?
Generalmente, me baso en la crítica social en mis canciones. Yo no haría música si el mundo fuera perfecto.

Para llegar a esta reflexión entiendo que tu proceso debió ser arduo a la hora de definir tu esencia. Vayamos un poco más atrás, ¿Cómo encontraste tu camino en la música? ¿Qué te llevó a dedicarte a este arte?
En un principio, no sabía qué hacer con mi vida y estaba estudiando ciencias políticas.

¿Podrías decir que has combinado dos áreas de tu vida?
Siempre tuve un interés por la política, desde muy pequeño. Sin embargo, no me sentía bien en ese camino.

¿Por qué?
La política no me llenaba. Creo que a nadie.

¿Qué pasó después de que te diste cuenta que las ciencias políticas no te hacían contento particularmente?
Decidí irme a vivir a Barcelona, donde compartí un piso con dos pintores mexicanos. Durante ese tiempo, descubrí mi pasión por la poesía, la pintura y el teatro. Probe distintas cosas, fue una época de experimentación.

¿Cuál fue el momento que te hizo decantarte por la música como tu arte?
Fue cuando agarré una guitarra a las cinco de la mañana y escribí una canción llamada "Será". Todo comenzó a partir de ahí. Seguí explorando, mi curiosidad se despertó. Luego compré una computadora y aprendí a producir música. En estos tiempos es mucho mejor ser autodidacta.

"La Fiesta Macumba ha generado una conexión especial con el público, y muchos nos dicen que gracias a ella pueden recordar su hogar"

Maurino, tu dirías que tu proyecto musical se destaca por fusionar música latina con electrónica. ¿Cómo describirías tu estilo musical y qué representa para ti?
Realmente, es mi proyecto personal y hasta mi propósito lograr la fusión de mis dos lugares en el mundo, Holanda y Chile, dentro de mi música. Yo creo que es un atractivo que une a dos culturas mediante la unión de la música latina con electrónica. Es un sonido propio que llamo "future latin".

Defíneme “future latin”...
Representa mi identidad musical y la exploración de nuevos géneros y estilos. Poco a poco vamos a poder aterrizarlo mejor. Todo es un proceso dentro de la música.

Al margen de artista, también eres promotor de eventos y eres conocido por crear la Fiesta Macumba. ¿Cómo surgió esta idea y cómo ha crecido a lo largo de los años?
Hace quince años se me ocurrió la idea de crear Fiesta Macumba porque no recibía muchas oportunidades para tocar en otros lugares. Quería tener un espacio en el que pudiera expresar mi herencia latina, ya que soy hijo de exiliados chilenos.

¿Es difícil encontrar oportunidades en la música en Europa?
Es mucho más fácil que en otros lugares, pero eso no le quita complejidad. Fiesta Macumba fue como un trampolín. Desde entonces, hemos crecido significativamente.

¿Cuánto?
Inicialmente, éramos un evento pequeño y acogedor con alrededor de setenta personas, pero luego llegamos a las salas más grandes de Holanda hace ocho años. Actualmente, realizamos fiestas en doce ciudades de Holanda y una en Bélgica, incluso organizamos festivales a los que asisten alrededor de mil doscientas personas. El crecimiento ha sido algo brutal.

¿Sientes que es como un regalo a tu público?
Sí. La Fiesta Macumba ha generado una conexión especial con el público, y muchos nos dicen que gracias a ella pueden recordar su hogar después de estar mucho tiempo lejos.

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