En el limbo

"En el limbo". No puedo imaginar un título mejor para estas magníficas memorias gráficas de Deb JJ Lee, un impecable y deslumbrante debut que se alzó, muy merecidamente, con el Premio Ignatz al Nuevo Talento Más Prometedor de 2023. De nuevo, La Cúpula nos brinda la oportunidad de disfrutar de relatos que profundizan en temáticas muy en sintonía con la sensibilidad del público lector más joven. Una línea editorial muy cuidada que a día de hoy cuenta entre sus filas con nombres como Tillie Walden, Jillian y Mariko Tamaki y, más recientemente, Brenna Thumler o Victoria Ying.

“En el limbo” es un crudo y honesto relato coming-of-age en el que Deb JJ Lee se expone sin tapujos, explorando las dificultades de su complicada etapa adolescente a través de dos ejes principales, la identidad y la salud mental. Se trata del fruto de un largo, riguroso y catártico proceso que se inició en 2018 y que inicialmente estaba pensado como un proyecto en Twitter para abordar las barreras idiomáticas de las generaciones coreano-estadounidenses; un tema que, a pesar de aparecer en el cómic, queda en un segundo plano si lo comparamos con el desarraigo y la racialización que sufre Lee como adolescente, tras años de hostilidad por parte de su entorno, que acaban derivando en una profunda crisis de identidad y la colocan en ese limbo al que muchas veces se ven relegadas las personas migrantes o descendientes de migrantes: demasiado asiática para el resto de sus compañeros, demasiado estadounidense para su familia coreana. Una tierra de nadie en la que la soledad y la inadaptación le acaban pasando factura y que culmina con la operación de párpados a la que se someten muchas personas asiáticas, fruto de un racismo interiorizado que las condiciona a querer parecer más occidentales. A esa insoportable necesidad por encajar y ser aceptada se une su complicada relación materno-filial, marcada por la exigencia, el perfeccionismo y la falta de comunicación. El no estar a la altura de los estándares que exige su madre se traduce, además, en crueldad y castigo físico.

Todo esto empuja y acaba colocando a Lee encima de un polvorín de pautas autodestructivas y trastornos mentales que tiene como culmen un intento de suicidio. Ante el aislamiento y la incomprensión, deberá remontar de nuevo su vida, enfrentándose a todos los altibajos que conlleva crecer y madurar.

“En el limbo” es, en definitiva, una novela gráfica dura, pero sus más trescientas páginas valen sin duda el esfuerzo de involucrarse y acompañar a Lee en este loable empeño de llegar a un acuerdo con su pasado. Más de trescientas páginas que se devoran al compás de un ritmo narrativo perfecto y en las que somos testigos de sus momentos más amargos y vulnerables. La elección del color azul no es gratuita, pues nos permite observar los recuerdos de Lee a través de la vaga y difuminada nebulosa del recuerdo. Como narradora es implacable: se desnuda y se expone a sí misma. Sin embargo, en este viaje hacia su doloroso pasado le acompañan siempre dos armas muy poderosas: la empatía y la compasión.