Las cenizas de la industria
Entrevistas / Camping

Las cenizas de la industria

Ignacio Pato — 01-12-2009
Fotografía — Inma Varandela

Ha vuelto uno de los grupos que pueden alardear de una de las mayores cotas de personalidad dentro del pop independiente nacional. Y lo ha hecho con un cuarto álbum que parece aportar un mayor cinismo que aquel notable “Politics Of Love”. Con ustedes, “The Remains Of Industry” (Pupilo, 09), o el atractivo estado de gracia actual de los barceloneses.

Tras diez años de carrera de fondo, Camping ya conocen el medio y han aprendido a adaptarse a él y manejarlo. Eso incluye los hábitos de trabajo, perfeccionados en la antesala de este “The Remains Of Industry”. “Hace años ya, a partir de 'Dancing Days', usamos un mismo método. Después de girar presentando el disco que tengamos entre manos, paramos la maquina, nos replegamos a nuestra guarida y en un espacio de tiempo que entre pitos y flautas suele ser de aproximadamente un año nos dedicamos a la composición de las nuevas canciones (parte de este proceso se realiza en el local y parte en nuestras casas), al ensayo exhaustivo de las mismas y finalmente a una especie de preproducción con la grabación en estudio ya en mente. Todo esto hace que nuestro ritmo sea de un disco cada dos años. Hay que tener en cuenta que nuestros trabajos y vida social, el que la tenga, se ha de compaginar con todo esto”. Y eso para redundar en un disco con un sonido más amable y concentrado en apariencia que en anteriores ocasiones. Una nueva demostración de talento y empatía con los grupos por parte de Santi y Víctor García en sus Ultramarinos. “Para este disco la idea era conservar el sonido agresivo y tenso que conseguimos en 'Politics Of Love', pero llevándolo a un terreno mas pop-rock. Queríamos canciones sin sacrificar todo lo que el bagaje Camping conlleva. Alguien dijo que trasladar una idea de la mente a la práctica es como transportar agua en las manos: siempre pierdes algo en el proceso. A pesar de ello en nuestros últimos discos cada vez perdemos menos agua”. Ellos mismos son conscientes de pisar a veces arenas movedizas a sabiendas, y más después de modas que les han podido pasar de refilón sin haberles hecho, afortunadamente, demasiada mella. “Si escuchas un disco de Camping sabes al momento que es de Camping. De todas maneras lo que no nos gusta nada es la comodidad: si algo nos sale bien pasamos a otra cosa. Preferimos el terreno resbaladizo. Es más estimulante. Creemos que este es nuestro disco pop. Hemos pretendido suavizarnos respecto al disco anterior y declarar nuestro amor a las canciones de tres o cuatro minutos. Aunque me temo que un disco de Camping nunca será completamente normal. Mucha gente pensará que esto no es pop ni de coña”. Pop o no, lo que no suele ser ajeno a los catalanes es la política, entendida no de una manera ortodoxa, sino más bien como algo inevitablemente referencial por el mero hecho de existir en este mundo. “También nosotros nos hicimos esta pregunta: ¿qué tenemos de político? Sinceramente, tal como están las cosas, todo lo relativo a un acto de creación como es hacer un disco, pero también tener una banda, ensayar, dedicar tiempo y esfuerzos a algo así, creemos que significa, per se, un tipo de posicionamiento político. Entendiendo como política todo lo concerniente al uso del albedrío humano. No hay acción sin reacción y toda creación artística es política por acción u omisión”. Y entre tanto hablar de una época mediocre, de transición, de derrumbe, de autoaniquilación y de todas esas consabidas etiquetas que recibe el día actual, Toni, que nos menciona a Raymond Carver como fuente de inspiración personal para este disco, nos cuenta cómo perciben la musical los lúcidos Camping. “Para unos bichos raros como nosotros, que estamos completamente al margen de lo que se entiende como industria, es difícil posicionarnos al respecto. No nos gustaba cómo se hacían las cosas antes, no nos gusta demasiado lo que vemos en este momento absolutamente transitorio en el que nos hallamos y sospecho que no nos hará ni pizca de gracia cómo serán las cosas en el futuro. Tenemos que pensar más en este tema…”. Mientras lo hacen, seguro que tienen tiempo de cumplir con sus próximos y pythonescos planes. “Presentar el disco, forrarnos, estrangular animales vivos, jugar al golf y masturbarnos... Es una broma, no nos gusta jugar al golf”.

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