“Nos repiten que lo hacemos todo mal, pero la gente viene a vernos”
Entrevistas / King Gizzard & The Lizard Wizard

“Nos repiten que lo hacemos todo mal, pero la gente viene a vernos”

JC Peña — 23-10-2023
Fotografía — Jason Galea

“The Silver Cord” (KGLW/Virgin Music) es, se dice pronto, el vigésimo quinto álbum de los australianos King Gizzard & The Lizard Wizard, nueva vuelta de tuerca, esta vez electrónica, a su insaciable apetito creativo.

El sexteto de Melbourne está de gira por Europa, con tres paradas en España. Aprovechamos una rendija en su hiperactiva agenda para encontrarnos con un encantador Stu Mackenzie en las intrincadas entrañas de La Riviera, donde ya tocaron, según recuerda, en 2019.

King Gizzard vienen de liarla parda en su paso por el Canela Party de Torremolinos, donde ataviados con gorras de pilotos, derrocharon esa vitalidad sin límites que les ha hecho objeto de devoción de miles de fans capaces de seguir hasta el éxtasis sus vertiginosos cambios de rumbo y su brillante capacidad para la improvisación.

La única banda del planeta capaz de encadenar tres o cuatro discos nuevos en doce meses, y pasar sin despeinarse del thrash progresivo al hip-hop o la electrónica pop, dio en sus conciertos una lección de química productiva, dejando sensaciones sólo al alcance de los grandes. Mackenzie es algo así como el catalizador de la incontenible magia psicodélica (o progresiva) de los muchachos. Exhibe sentido común y le quita hierro a su asombrosa productividad. Por encima de discusiones bizantinas sobre su incontinencia discográfica, King Gizzard demuestran sobre el escenario ser un grupazo único. Y al final eso es lo que cuenta.

¿Disfrutasteis del concierto de anoche en Torremolinos?
Fue divertidísimo. Es un festival estupendo, con un ambiente muy bueno.

Aunque es evidente que vais sobrados como instrumentistas, ¿cuándo sabéis que habéis dado un concierto especial?
Pues creo que depende de algunas variables distintas que no tienen por qué estar relacionadas unas con otras. A nivel personal improvisamos mucho ahí arriba (señala el escenario); en ocasiones eso puede llevarte a algo muy especial, y otras te puedes quedar atrapado en un bucle un poco cutre. Hay noches en las que el material improvisado funciona, todo encaja, y sacas cosas que molan mucho. Se convierte en algo muy especial.

“La dinámica que tenemos mola mucho y es muy especial”

Es algo instintivo, ¿no?
Cuando mola, te das cuenta; nos bajamos del escenario y nos miramos flipando en colores, porque hemos estado como sincronizados. Pero también hay otros bolos que disfrutas por el ambiente y el público, y eso fue lo que moló tanto del de anoche. El ambiente era estupendo, notabas cómo todo el mundo se lo estaba pasando muy bien, y nos llegó muchísima energía de la gente.

Lo asombroso, lo pensaba antes, es que básicamente sois los mismos desde que empezó la banda. Eso es muy raro, teniendo en cuenta la cantidad de discos que habéis hecho.
Sí, es alucinante. De hecho, estoy orgullosísimo de ello. Una de las cosas de las que el grupo está más orgulloso es del tipo de relaciones y amistades que tenemos entre nosotros. La dinámica que tenemos mola mucho y es muy especial.

¿Dirías que es algo crucial dentro de un grupo?
Mmm…(se lo piensa mucho). Sinceramente, no. Creo que hay muchos modos de estar en un grupo, ¿verdad? Hay muchas formas. Lo que sí creo es que lo que nosotros hacemos no funcionaría si no fuéramos tan amigos. Pero es sólo por lo que hacemos. Hay un montón de bandas que se juntan para los conciertos y que en realidad no se conocen muy bien, pero en su caso no importa. Y me parece que eso está bien también. Es una manera distinta de hacerlo. Pero en nuestro caso necesitamos ser los mejores colegas.

¿Por la importancia que dais a la improvisación?
Creo que sí. Me da la impresión de que te tienes que conocer muy bien y ser capaz de leer al otro, porque cuando improvisamos no nos damos pistas necesariamente. Nos damos algunas pistas, pero en la mayor parte se trata de lenguaje corporal y hay algo innato en que si conoces a alguien lo suficiente, sabes a dónde va. Hay algo así.

Lo cual me lleva a preguntarte cómo os las arregláis para escoger las canciones que tocáis en cada bolo, con la cantidad que habéis acumulado.
Todavía no tenemos set list para esta noche, y de hecho deberíamos hacerlo ya…Depende de muchas cosas. Por ejemplo, tendré en cuenta lo que tocamos en Madrid la última vez para no repetir nada. Estoy tratando de que no repitamos canciones en estos tres conciertos en España. No siempre haría algo así, pero ya que tenemos tantas canciones, es mejor.

Supongo que para cada gira tenéis que saberos como mínimo 60 ó 70 temas. ¿Os sabéis todas vuestras canciones?
Sinceramente, no. No. Cuando estamos de gira yo diría que tiramos de 100 ó 110, algo así, puede variar. Pero eso no significa que nos las sepamos todas. Hay ciertas canciones que es bueno que ponga rápido en el set list para que haya tiempo a repasar los acordes de guitarra y cosas así.

Para el bolo de hoy se han vendido ya todas las entradas. Estabas ahí fuera hace nada firmando discos…¿Por qué crees que tenéis una relación tan especial con vuestros fans?
Pues no lo sé. Nos limitamos a hacer lo nuestro y es súper guay que la gente venga a verlo. Hacemos exactamente lo que queremos. No nos preocupa lo que se supone que hay que hacer o lo que hacen los demás. Hacemos justo lo que a nosotros nos encaja. Desde que empezó la banda nos han repetido una y otra vez que lo hacemos todo mal, pero la gente viene a vernos. No lo sé.

¿Por qué crees que os dicen eso?
Porque sacamos demasiada música. Es algo que despista. Grabar nuestros discos nos sale gratis, todo es barato. Todo es muy DIY, usamos equipos reducidos. Vamos sin productor, tenemos un management pequeño…en fin, no hacemos lo que se supone que tienes que hacer.

Bueno, el concierto de ayer fue tremendo, incluso a nivel de sonido. ¿No es eso lo que importa al final?
Gracias. Es lo que yo pienso, pero es que no hacemos lo que se supone que debemos hacer. Al principio nos sentíamos un poco yendo cuesta arriba, pero tenemos esto y ya está. Y ahora que lo tenemos, vamos a seguir con ello a ver cuánto tiempo podemos continuar.

Vamos a hablar de vuestros dos últimos discos. Diría que son antitéticos: “PetroDragonic Apocalypse” tiene un sonido rockero, metal, mientras que “The Silver Cord” es electrónico. ¿Qué me puedes decir de estos cambios tan radicales?
Con “PetroDragonic” creo que volvimos al camino de “Infest The Rats´ Nest”, que me parece que es de 2019, más thrash metal puro y duro. En su momento nos pareció un poco experimental, porque no estábamos muy cómodos tocando ese tipo de música. Es interesante porque algunos de nosotros, yo incluido, crecimos escuchando esa música y todavía influye en cómo pienso sobre música y todo. Pero con King Gizzard no habíamos tocado nada tan heavy. Con “Rats´ Nest” nos propusimos meternos en terreno desconocido, y resulta que todo encajó y funcionó. Hemos venido tocando aquellas canciones en directo y era cuestión de tiempo que paráramos e hiciéramos otro disco heavy. Me parece que estábamos esperando a tener una idea lo suficientemente distintiva de “Rats´ Nest”, que tuviera su propia personalidad. Y también supongo que queríamos que fuera más metal progresivo. El otro es más thrash puro y duro. Aquí las canciones son más progresivas y largas, aunque ambos discos tienen muchas cosas en común y nacen del mismo “huevo”.

Y ahora sacáis “The Silver Cord”.
Sí, por otro lado está “The Silver Cord”, que es curioso. Cuando empezamos con “Petro…” nos dijimos que deberíamos ponernos a trabajar con dos discos a la vez, y que no compitieran el uno con el otro. La idea es que las líneas melódicas tuvieran dos identidades completamente separadas. Así que empezamos a hacer los bocetos de “The Silver Cord” al mismo tiempo. Llevó un poco más de tiempo completarlo, pero la idea es que fueran como imágenes especulares el uno del otro. Usamos muchas de las melodías de ambos como base de las canciones.

“Salir de Australia es muy difícil, así que las bandas que ves tocando aquí se conocen bien su mierda”

No sólo eso, sino que “The Silver Cord” tiene una versión con versiones extendidas de cada tema.
Sí, y ambas se hicieron a la vez. El plan fue siempre hacer dos. Lo que ha pasado es que últimamente, en especial en los últimos dos años, hemos hecho muchas canciones. Y con “The Silver Cord” era muy tentador dejarte llevar por el ritmo, en plan Kraftwerk. Pero también nos apetecía hacer algo más condensado y melódico, ir al grano, y nos parecía que ambos enfoques podían funcionar. Así que desde muy al principio nos pusimos a hacer ambos. Y los hemos hecho. Mola mucho porque no nos hemos tenido que preocupar de si deberíamos haber esto o lo otro con tal canción. Pusimos todo en la versión extendida, y en la corta lo condensamos.

Con tanto cambio y productividad, ¿discutís mucho?
Tenemos discusiones de vez en cuando. Creo que mi rol es, precisamente, filtrar todo. Y me parece que nos respetamos lo suficiente para saber que a veces la idea que uno traiga, por alguna razón, no va a convencer a los demás. En ocasiones tienes que ceder y pensar: “Vale, era mi idea y no funciona, Creía que era lo mejor, pero vosotros no lo veis así. Muy bien”. Hay que hacer esto de vez en cuando.

¿De dónde sale esa necesidad de sacar tantas canciones y discos?
Pues es que somos un grupo. Hacemos música. No sé, nos dedicamos a esto. No tengo otro trabajo (se ríe un poco).

¿Estáis constantemente tocando y probando nuevo material en vuestro local de ensayo o estudio?
La verdad es que no. Todavía nos tomamos tiempo libre. Veo a otros amigos en bandas y pienso que pasan mucho tiempo componiendo y grabando. Nosotros nos dejamos caer ahí y lo hacemos. Sin más.

A lo mejor el problema es que la mayoría de la gente le da demasiadas vueltas.
Sí. Todavía pienso que si ves el proceso de principio a final, casi todos nuestros discos nos llevan un par de años. Casi siempre te lleva tanto tiempo. Creo que es el tiempo necesario para formular una idea, hacer un boceto, llevarla al papel, tocarla con el resto, grabarla, mezclarla, es decir, todas las cosas necesarias para terminarla. Siempre tenemos varios proyectos a la vez y algunas cosas están en un punto determinado, y otras en otro. Algunas son apenas una idea, y otras se han mezclado, y todo pasa a la vez. Quizá sea la única diferencia con otras bandas.

¿No os preocupa que ciertos fans o incluso la prensa no os puedan seguir el ritmo?
Bueno, eso es precisamente lo que nos han estado diciendo desde siempre, que deberíamos preocuparnos de cosas así. Especialmente cuando no vendíamos. Aunque tenemos nuestro propio sello.

¿Pero no estáis con Virgin Music?
Sí, pero sólo a nivel de distribución. Sí…quizá deberíamos preocuparnos de este tipo de cosas. Pero hay algo que nos empuja a hacer música. Yo no creo tener mucha elección (risas).

¿Cómo trabajáis en vuestro espacio a la hora de hacer un nuevo LP?
Depende. Es algo que pensamos disco a disco. Por ejemplo, con “Ice, Death…”, el disco que sacamos el año pasado, sólo teníamos el esquema básico de una canción, nada que a una persona normal le pareciera como tal. Era un tono musical y un poco de letra. Nos metimos allí, improvisamos, grabamos todo y lo editamos. En otros discos, como todos dentro del grupo componemos, cada uno aporta sus cosas. Es un modo más tradicional de trabajar. Depende del disco.

“Hay noches en las que la improvisación funciona y todo encaja”

¿Y tenéis vuestro técnico o productor o lo hacéis todo vosotros?
A veces tenemos ayuda. Depende de cada proyecto. Alguien de nuestro equipo de sonido en directo puede venir a ayudarnos. Depende del álbum, pero normalmente lo hacemos todo solos.

¿Disfrutas del proceso de grabar?
Me encanta, me encanta, me encanta (se le ilumina la cara mientras repite la idea tres veces). Es mi parte favorita.

¿Más que tocar en directo?
Pues mira, con los años tocar en vivo me ha acabado gustando igual, pero grabar siempre ha sido lo mío. Y con Gizzard siempre tenemos en marcha algún proyecto. Siempre ha sido así. Es una parte fundamental de todo, y tiene un lado experimental: Siempre nos planteamos que tenemos que hacer un disco que tenga esta onda o suene así. ¿Cómo haces para sonar de tal modo? Vamos a averiguarlo.

La cuestión es que a finales de octubre publicáis vuestro vigésimo quinto LP, sin contar directos. ¿Vuestra intención es seguir con este ritmo?
No lo sé. Veremos. Cada cosa a su tiempo. Mientras a la gente le siga gustando y yo no tenga otro curro, estoy contento.

¿Habéis notado diferencia de popularidad o crecimiento de público desde que Virgin os distribuye?
Sinceramente, no pienso mucho en esas cosas. Sí que veo que el público viene a nuestros conciertos y un montón de gente repite en múltiples conciertos, vienen a todos. Veo las mismas caras en las colas que hacen para entrar, conozco incluso los nombres de pila de algunos...Esto lo vemos mucho ahora, y no pasaba antes. Así que ni idea. Estamos felices de poder seguir haciendo esto.

Un par más…¿Habéis encontrado algo especial en el público español desde que habéis venido por aquí?
Sí, siempre es estupendo tocar aquí. Es un sitio alucinante. Los españoles son entusiastas y saben divertirse. El público siempre es divertido por aquí.

La última: no sé qué pasa en Australia que los grupos siempre tienen algo especial, al menos para mí. Y no soy el único en pensarlo. Aparentemente, no hay bandas de mierda por allí, todo lo contrario, independientemente del género. ¿Crees que es una cuestión de carácter?
Hay muchas bandas australianas buenas, sí. Nos preguntan esto de vez en cuando, y es difícil dar una respuesta. Supongo que la más sincera, la verdadera, es que no tengo ni idea. Pero quizá se trate de que somos un lugar aislado, en medio de la nada.

Quizá.
Es un sitio pequeño, ¿verdad? O sea, es un país muy grande en extensión, pero muy poco poblado. En realidad no hay tantos sitios para tocar. Y eso crea esa sensación de “capullo”, en el sentido de que Australia, en muchos sentidos, es un universo propio. Estamos aislados de todo, y creo que eso es raro. La industria se siente a salvo, y por eso hablo del “capullo”, es un lugar como seguro para perfeccionar tu oficio. Y luego, cuando estás listo o eres capaz, sales de gira a Europa o Estados Unidos. En el momento en el que un grupo australiano puede irse de gira internacional -algo cada vez más caro porque tienes que sacarte los putos visados, los vuelos y todo-, es muy sólido, se conoce bien su mierda. Porque es muy difícil montar una gira fuera, especialmente la primera. Creo que algo de eso hay. Las bandas australianas que ves aquí han pasado por todas las fases de la metamorfosis desde que estaban en “el capullo”.

 

 

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