“Este último disco forma una bilogía”
Entrevistas / Lisabö

“Este último disco forma una bilogía”

Reuben Weedianaut — 01-12-2023
Fotografía — Galder Izagirre

Lisabö son una bestia única en su especie. Un ente multicefálico con vida y mente propias. Un organismo colectivo que avanza siguiendo pulsiones que desafían su propio ser. Imparable. Como un glaciar que se abre paso inexorablemente. Lento en apariencia, pero capaz de arrasar con todo lo que encuentre en su camino llegado el momento. Y el momento ha llegado de nuevo.

El 1 de diciembre del pasado año recibíamos un mail desde bidehuts.net cuya primera línea rezaba un simple “Lisabö está grabando nuevo disco”. En esa misma fecha, verá la luz dicho trabajo, “lorategi izoztuan hezur huts bilakatu arte” (bIDEhUTS, 2023), como ya lo hizo también su anterior propuesta en 2018. Un día que la banda de Irun parece reivindicar como suyo, no en vano, se trata del aniversario de la muerte de Mikel Laboa, referente y figura referencial en el seno del sexteto irundarra. Una semana antes de la onomástica, nos ponemos en contacto con Jabi Manterola, voz y guitarra del grupo desde sus orígenes, para adentrarnos en las entrañas del animal y tratar de conocer qué mueve el interior de la bestia.

Para quien no os conozca: ¿Quiénes son Lisabö? ¿De dónde vienen?
Bueno pues Lisabö llevamos, creo que este año hacemos 25 años. La maqueta creo que salió en el 98 (1999, “Berak Ekoztua”, NdR) y llevaríamos un poco antes ya tocando, y bueno, al final, lo que empezó siendo un grupo de amigos, continúa siendo un grupo de amigos, pero ahora podemos tocar por sitios que nunca nos imaginaríamos que podríamos tocar. Y la verdad es que tampoco tenemos otra pretensión que, me acuerdo cuando estábamos empezando solíamos comentar: “lo guay sería poder tocar con 65 o 70 años”. Y yo creo que ese es el objetivo.

Han pasado cinco años desde “Eta edertasunaren lorratzetan biluztu ginen” (bIDEhUTS, 2018). ¿En qué ha cambiado la banda en este tiempo?
Pues en estos cinco años, la verdad es que, cambios de formación, es una cosa que se agradece porque no hemos tenido ninguno. Estamos los mismos que estuvimos en la gira del último disco, y somos los que hemos grabado éste. No sé si decía Karlos (Osinaga, voz y guitarra, NdR) o lo había escuchado a alguien, pero suele decir que somos un grupo con banquillo. O sea, la gente que sale, muchas veces vuelve para grabar o para hacer cosas, y siempre hay gente que, aunque no toca en directo, sí que está presente. Que son del grupo, los consideramos del grupo. Como Maite (Arroitajauregi, Mursego, NdR), o como Aída (Torres, Jupiter Jon, NdR), que el anterior disco tocó la batería. Bueno, y Martxel (Mariskal, Beti Mugan, NdR), que es del grupo al 100 por 100, todas las letras son suyas.

Seguimos siendo los mismos y la verdad es que con eso estamos muy contentos, era algo que necesitábamos también. En el momento de grabar el anterior disco nos surgió bastante ansiedad, porque Iban (Zabalegi, Nire, Ndr) había dejado el grupo, no teníamos batería, Joseba (Ponce, DUT, NdR), que se había juntado para los directos, también lo iba a dejar… Ese momento fue un poco punto inflexión. Pero bueno, así y todo para bien.

“Seguimos siendo los mismos y la verdad es que con eso estamos muy contentos, era algo que necesitábamos también”

“Eta edertasunaren lorratzetan…” salió sin previo aviso tras siete años de silencio discográfico, y “Animalia lotsatuen putzua” (bIDEhUTS, 2011) también se coló sobre la bocina en todas las listas de fin de año siguiendo a “Ezlekuak” (bIDEhUTS, 2007). Esta vez habéis anunciado hasta la fecha de publicación, con lo que la expectación está por las nubes. ¿Qué puedes contarnos de “lorategi izoztuan hezur huts bilakatu arte”?
Este último disco forma con el anterior una bilogía, es una continuación del anterior. Los dos suman uno. De hecho, si coges los dos títulos hacen una sola frase. El diseño, la estética, es muy similar, lo único que cambia son los tonos. Lo que antes estaba en oscuro, en la parte del centro, ahora es el negativo, es un poco jugar con la misma estética.

Y el disco, pues, en su momento, teníamos intención de hacerlo más seguido al anterior, lo que pasa que justo tocó la pandemia, no pudimos acabar la gira anterior, y las cosas se fueron alargando, se fueron alargando, y hay canciones en este disco que igual tienen siete, ocho años. O más algunas. No somos un grupo muy prolífico, tenemos que usar muchas horas. Muchas veces, canciones que son nuevas, igual son canciones que se han ido gestando desde hace diez años y más tiempo a veces. Lo que pasa es que tienen un proceso muy largo.

Por curiosidad, porque creo haberlo leído en su momento, pero no he podido encontrar el dato. ¿De dónde sale vuestro nombre? ¿Tiene algún significado?
Pues mira, el nombre viene en su momento de cuando íbamos a dar el primer concierto. En aquella época Galder, batería de DUT, solía organizar conciertos, había organizado uno en Zaindua de Aina, y nos dijo si queríamos telonear. No teníamos nombre, y así, buscando nombres, nos lo propuso él. “Lisabö” se supone que significa “Lisboa” en algún idioma escandinavo. Se quedó el nombre y hasta hoy.

Mencionabas al poeta Martxel Mariskal, quien lleva escribiendo vuestras letras desde el “Ezlekuak”. ¿Qué puedes contarme sobre la importancia del mensaje y cómo se relaciona con vuestra música a través de Martxel?
Si quieres que te diga la verdad, no recuerdo cómo fue la conexión, pero bueno, nos conocíamos, decidimos colaborar con él y empezar a hacer cosas. De hecho, ya nos gustaban las letras de Beti Mugan, las cosas que había hecho para algunas letras de DUT, el libro que escribió, y la verdad es que en todo momento había una conexión. Eso fue hacia adelante, se fue plasmando en las letras, y cada vez nos gusta más. De hecho, muchas veces, sus reflexiones, sus formas de pensar, sin querer las haces tuyas porque nadie mejor que él para expresar sentimientos y emociones. Porque muchas veces lo que piensas no sabes cómo expresarlo, pero él lo expresa muy bien en palabras, y creo que eso nos ha ido llevando de la mano. Él no se ha cansado de nosotros, ni nosotros de él, y de ser un colaborador ha pasado a ser uno más de los nuestros. Lisabö es Martxel y nosotros. Somos todos.

¿Quiénes forman Lisabö hoy en día, tanto en directo como en disco?
Están Eneko y Sergio a la batería. Borja, que en el disco anterior llevaba bajo y guitarra, y ahora tenemos un Bass VI, un Fender que se puede utilizar para las dos cosas y así no cambia de guitarra a bajo. Se puede utilizar tanto como bajo como de guitarra. Borja y Xabi serían los dos bajos y Karlos y yo, que estamos con la guitarra y la voz. En este disco aparecen también Maite, con el chelo como siempre, luego está Martxel con las letras, Aída también ha grabado voces, hemos tenido una colaboración también con la Txaranga Urretabizkaia, a ver que no me deje a nadie… (lo piensa) No, esos somos los que estamos en lo que es el proceso de composición.

Mucha gente os conoce como “la banda de las dos baterías”. ¿A qué se debe esa formación? ¿Cómo surge la idea?
Bueno, en su momento, nosotros cuando empezamos éramos dos guitarras, bajo y batería. Después de ahí pasamos a guitarra, bajo y batería, formato clásico de trío. Justo el local lo compartíamos con un grupo de chicas que estaban tocando, y muchas veces cuando íbamos a ensayar, igual estaba Aída tocando la batería, y con eso de que empiezas a jugar, “pues venga va, hasta que lleguen estos nos ponemos a tocar”, y te pones a ensayar, y nos gustó, y metimos otra batería. Entonces, estuvimos unos años con dos baterías, guitarra y bajo, hasta que en un momento Aída dejó y entraron justo en el local de enfrente (ensayábamos en Irun en una casa okupada) Jonyu y Eneko, que pasaron a formar parte del grupo. Entonces Karlos pasó del bajo a la guitarra, Jonyu se quedó en el bajo, y ahí entramos ya con bajo, dos guitarras y dos baterías. Y ya fue, yo creo, que con la última gira, con el último disco, que le dijimos a Joseba para venir a formar el doble trío, y ya nos ha gustado ese formato y ahí nos hemos quedado.

Tenéis una manera de funcionar un tanto anárquica, sacando discos cada cinco o seis años, seguidos por una breve ronda de conciertos de presentación para volver al silencio, hasta el punto de que hay quien piensa que os habéis separado dado el lapso de tiempo entre un movimiento y otro. ¿Por qué ese funcionamiento?
Es que, es la vida al final, es la vida como… No sé si tenemos la suerte, o no, de que esto no es nuestro modo de vida. Igual si lo fuera esto podría no existir hace mucho tiempo, igual es la clave de que llevemos tantos años, pero tenemos asumido que son ciclos. Nos adaptamos a las posibilidades de todos, cuando uno no puede, el resto nos adaptamos. Es muy importante que todos estemos a gusto. Si alguien no lo está, todos miramos para que esa persona esté a gusto o para ayudarla a conseguir lo que necesita para estar a gusto, y si algo no funciona, lo apartamos. Y es nuestra forma de funcionar, si hay que parar, se para. Somos un grupo bastante democrático en ese aspecto, somos bastante asamblearios. Nos gusta llevar las cosas siempre a nuestro punto en común, desde ahí es desde donde queremos construir las cosas.

¿Qué puedes contarme sobre bIDEhUTS?
bIDEhUTS surgió en su momento con la desaparición de Metak, la que era antigua Esan Ozenki. Ahí estábamos varios grupos que queríamos seguir haciendo cosas ya llevábamos tiempo, por ejemplo, con Inoreneroni hablando de hacer un single, y con la excusa del single nos juntamos Inoren, Anari y nosotros, y decidimos montar un sello. Luego estaba Borja, que tenía otro grupo, Hotel, que sacó un single también. El punto de partida era ese, cada grupo se financiaba su producción, y luego entre todos íbamos intentando buscar o encontrar unas condiciones para poco a poco ir avanzando y generar unos protocolos para poder sacar nuestras producciones, ver cómo asegurar una distribución. Es un proceso de aprendizaje muy lento, y, de hecho, todavía es muy lento, en bIDEhUTS no hay nadie que esté empleado, todos lo hacemos para ayudarnos unos a otros, es autogestión pura y dura, no hay ninguna otra pretensión. La parte que se queda del dinero de los discos, que la mayoría va para los grupos, pero hay una parte que se queda para bIDEhUTS para cubrir los gastos del local en el que está el stock e ir siguiendo adelante, va para poder hacer los envíos, para hacer todas esas cosas. Pero es totalmente autodidacta. El proceso de aprendizaje ha sido autodidacta y el proceso de gestión es totalmente altruista.

Me ha gustado saber que la Txaranga Urretabizkaia colabora en el disco, porque ahí está la gente de Gora Japon, que me parece un disco que ha pasado un tanto desapercibido dentro de la discografía de bIDEhUTS.
Yo creo que pasa desapercibido porque lo dejaron luego muy pronto, porque el disco es un discazo. A mí me parece una maravilla de disco. Luego oí cosas que estaban haciendo justo antes de separarse, habían metido a otra chica creo (se refiere a Magmadam, proyecto que formó Myriam Rzm junto a Itziar Markiegi tras disolverse Gora Japon, NdR), y me parecía soberbio, la pena que desapareció el grupo.

“No somos un grupo muy prolífico, tenemos que usar muchas horas. Muchas veces, canciones que son nuevas, igual son canciones que se han ido gestando desde hace diez años y más tiempo a veces”

Me hablabas antes sobre la portada del disco, y las vuestras siempre han tenido una estética muy marcada: cartón de embalaje en crudo, minimalismo (tipo)gráfico… ¿Qué intención tiene esa línea de diseño?
Al final, tú creas una línea, no te voy a decir auténtica, porque hoy en día es muy difícil serlo, pero nosotros en nuestro caso, la hemos heredado de todos esos discos que en los años 90 y por ahí ibas recibiendo, que le comprabas a Juankar en Bloody Mary, y veías los discos de June of 44, los formatos cartón, y empezabas a ver cosas diferentes a la caja de plástico. Y de ahí hemos tirado.

Es cierto que siempre en todo momento intentamos mirar que el disco no se salga de precio, lo que pasa es que con estos formatos, y hoy en día con lo que se ha encarecido el vinilo, el cartón y todo, la verdad es que es más complicado. Porque al final, lo que pretendemos con el disco es prácticamente cubrir los gastos y aunque sea darnos un pequeño beneficio para poder asegurar futuras producciones.

Pero sí, es totalmente inspiración de todos esos discos de esa época. Luego, el gusto por esa grafía tiene un punto soviético incluso, no sé si sovietico o aleman, pero si nos gusta un poco sobrio, no tiramos mucho de fotos… De hecho, ni en la maqueta en principio, había fotos de Galder pero estaban casi enmarcadas en los laterales, rodeadas de texto… La verdad es que siempre nos ha gustado jugar con la grafía.

Ya que hablas de influencias gráficas, cuesta encontrar bandas con quienes compararos. ¿Quién os ha influenciado? ¿Quién os inspira o qué suena en el local y en la furgoneta de Lisabö?
Hay grupos que son como emblemas en Lisabö: Fugazi, June of 44 o Shipping News, gente de Touch & Go, Mikel Laboa aquí tirando para casa… No te voy a negar que, aunque muchas veces apelas a cosas de fuera, las mayores influencias son las vivencias personales, cuando íbamos en autobús a ver los conciertos de Fermin eta DUT, o de DUT, o de Lif, o a ver a Mikel Laboa a los pueblos. Al final, es lo que más te influencia. Puedes hablar de Dischord, Fugazi, pero al final, yo creo que la vivencia personal es lo que más te marca. Musicalmente puedes coger cosas de ahí, pero en la forma de llevarla luego a la hora de componer, lo que más te influye son las personas. Porque te puedes hacer una imagen de alguien que idealices, o que por las canciones que haga lo conviertas en una especie de héroe, o lo mitifiques, pero para mí personas como los DUT, el mismo Fermin Muguruza, que está en el pueblo, o Javier, o Iñigo, el pobre ya desaparecido. Pero son las mayores influencias.

Citabas a Shipping News, que su “Untitled w/ Drums” sonaba como intro en vuestros conciertos, y en el último bolo en Psilocybenea mencioné en la crónica cómo me llamó la atención que la habíais sustituido por Rodrigo Cuevas & Refree. ¿Se podría considerar un signo de madurez, nos hacemos viejos y tiramos al folk?
Es que escuchamos de todo en la furgoneta, hay de todo. A mí todavía me cuesta un poco el Auto-Tune, pero ya voy aprendiendo poco a poco. ¿El otro día en la furgo qué veníamos escuchando? No sé si controlas un sello yanki que se llama International Anthem, un sello de jazz.

Joder, es mi sello de jazz contemporaneo preferido.
Pues veníamos con Jeff Parker.

A mí me flipa Makaya McCraven.
Makaya también está muy bien, y luego fuera de ese sello, cosas más free de antes, Ornette Coleman y Pharoah Sanders, Albert Ayler y cosas así. El jazz nos tira mucho, por ejemplo. Y yo creo que se nota en los últimos discos. Es que escuchamos de todo. Para nosotros hay música buena y mala, no hay estilos. Para esa gente que dice que hoy en día no se hace buena música, me das cinco minutos y le hago cambiar de opinión.

Vuestras actuaciones tienen un cierto aura de misticismo, con la luz blanca fija de Fugazi y la repetición hecha catarsis de los Swans, todo hacia fuera. ¿Cómo planteáis vuestros conciertos?
Tampoco te creas que hay mucho planteamiento. Me acuerdo al principio, cuando empezábamos a tocar, ahí sí que los conciertos eran un poco sufridos. Los acabábamos un poco agobiados. Hoy en día, la verdad es que vas a disfrutar, ya es otra forma. Cuando te hablo de hoy en día, te hablo de los últimos diez, quince años. Le hemos dado la vuelta e intentamos disfrutar de lo que hacemos porque nos sentimos privilegiados de poder estar tocando en un escenario, poner un aparato a un volumen que no está permitido en las casas, y para nosotros ya sólo eso ya nos llena, somos como niños con un Scalextric. Sinceramente, la preparación es que en el fondo nos gusta estar juntos, hay mucho cariño entre nosotros. También tenemos nuestras cosas, porque claro, al final, al convivir, y cuando estás creando también, se generan diferencias en algunos momentos. Pero siempre, siempre, desde un respeto y un cariño que luego creo que se plasma en el escenario.

Hablando de conciertos, creo recordar que el primero que se anunció para presentar el disco anterior fue un Primavera Sound, y en 2024 volvéis a tocar en el festival. Sorprende veros en ese escaparate cuando, como decías, sois un grupo que viene de la autogestión y el asamblearismo.
Si quieres que te diga la verdad, a nosotros, la primera vez que nos llamaron del Primavera Sound, era un festival que en su momento nos resultaba muy atractivo, sobre todo por la posibilidad de ver grupos muy muy pequeñitos que aquí verías en una sala, verías en Mogambo, verías en… A mí me sorprendió mucho eso en un festival de ese calado, aunque en ese momento no tenía tanto, pero me dio la sensación de que había gente con mucho criterio detrás a la hora de elegir el cartel. En ese aspecto, hemos respetado mucho ese festival. Así como otros festivales me parece que van sin rumbo, también es verdad, te voy a decir, que hoy en día hay mucha gente que nos pregunta qué hacemos yendo al Primavera Sound, que ya no es lo mismo que hace esos años de los que te hablo. Pero ya sabes que aquí, autenticidad y contradicción, todos cojeamos. Es un festival al que le tenemos un cariño y sinceramente, no puedo decir más. En el grupo siempre hemos pensado que la gente que había detrás haciendo esos carteles, era gente que entendía mucho de música, y era lo que más nos atraía. Al final es la música lo que nos interesa. Ya sé que ahora, el Primavera, el BBK Live, todos estos festivales, ya no es lo mismo. No es sólo la música, ya es otro negocio, pero nosotros seguimos con ese romanticismo.

No sé hasta qué punto sois conscientes del estatus de culto que tiene el grupo. ¿No os veis creciendo más allá, tocando en un Roadburn o un Amplifest?
No pensamos en ello. Tampoco han surgido nunca esas posibilidades. Es verdad que hay muchos conciertos a los que decimos que no porque a lo mejor no nos interesa. Pero tenemos una forma de funcionar que, te pueden ofrecer un concierto en el que te van a dar 200€ y preferimos ese concierto antes que ir a tocar al BBK Live. No queremos esa óptica. Si se planteara que nos dijera alguien para ir a tocar a un festival, igual lo pensaríamos, pero no es algo que realmente nos preocupe. Ha salido tocar en el Primavera Sound este año, y si no hubiera salido, tampoco hubiera pasado nada. Estamos muy cómodos porque, al final, somos nosotros los que elegimos dónde ir, cuándo y cómo. No vamos a rastras, con alguien que nos lleve o nos empuje, siempre somos nosotros los que decidimos.

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