“Nuestro sonido es un ser viviente”
Entrevistas / Cápsula

“Nuestro sonido es un ser viviente”

Josetxo Rio Rojo — 15-06-2016
Fotografía — Juan Pérez Fajardo

Martín y Coni no olvidan sus inicios en su Argentina natal ni su actual asentamiento en un Bilbao desde el que expanden sus tentáculos llenos de rock’n’roll por medio mundo. Con una formación estabilizada con la batería de Guantxe, entregan un nuevo disco, “Santa Rosa” (Gaztelupeko Hotsak, 16) que supone un renovado impulso de su visión del rock’n’roll como generador de energía. Y charlar con ellos no hace sino ayudar a creer, sin albergar duda alguna, en el poder sanador de esta música.

Quiero comenzar con una pregunta que os puede resultar un tanto extraña, pero que tiene su razón de ser. ¿Podéis decir que en estos momentos sois felices?
Llevamos muchos años viviendo en formato familia-banda (19 años exactos). Desde los primeros discos en Buenos Aires pasando por Bilbao y ahora hacia el mundo lo vivimos con extraña felicidad y creo que eso lo transmitimos, apostando siempre por la búsqueda de un sonido propio y personal. Esa es nuestra vida, en el escenario y girando. Hemos elegido el camino del trabajo independiente y eso nos permite disfrutar muchísimo cada paso de nuestra música. Nos ha permitido ir mucho más lejos de lo que hubiésemos soñado con nuestra propuesta, como trabajar con Visconti, tocar con Iggy Pop, girar por Europa, Estados Unidos, Sudamérica o abrir para Pearl Jam y que nos dediquen una canción por nuestra historia, en un estadio en Argentina. Seguimos descubriendo y estamos en un momento donde cada una de las aristas del triángulo puede expresarse plenamente y eso genera que la banda brille con mucha intensidad.

Lo decía porque uno ve vuestras fotos, vive vuestros conciertos, escucha vuestros discos, y sois capaces de trasladar al oyente en cada caso una inmensa energía, una imagen de felicidad con lo que estáis haciendo en estos momentos. Supongo sin embargo que la procesión irá por dentro, que siempre habrá miserias particulares a las que enfrentarse.
El Rock 'n' Roll es un viejo arte, que con los años de transitarlo se hace cada vez más interesante porque es cambio continuo. Siempre hay valles y colinas. No somos ajenos a los momentos convulsos por los que está pasando el mundo y la sociedad en general y sobre ellos hablamos bastante en nuestro disco anterior “Solar Secrets”. Las crisis personales y sociales por las que pasamos las traducimos en música, que es nuestra manera de crear un universo alternativo y transformarlo, al menos en nuestras vidas.

Lo que sí parece claro es que la actual situación que estáis viviendo es el resultado de un trabajo bien hecho, pero trabajo al fin y al cabo. Y en vuestro caso, trabajo duro. No paráis (de actuar, de grabar, de producir en tu caso, Martín)...
Somos seres pasionales. Siempre damos lo mejor de nosotros mismos en cada proyecto que encaramos. Ya sea un concierto en sala o en un festival masivo, siempre nos dejamos la piel porque no lo sabemos vivir de otra manera.

Y uno intuye resultado de ese trabajo duro pero concienzudo el hecho de ser uno de los grupos más internacionales del momento actual. ¿Cómo habéis llegado a esa coyuntura?
No hubo plan, sino situaciones, coincidencias únicas que formaron ese camino. Una de esas situaciones fue que David Fricke nos vio en SXSW y a partir de ahí cambió la historia del grupo. Sí forzamos abrir nuestros propios límites, a la hora de trabajar con productores como John Agnello, Ivan Julian o el mismo Tony Visconti, empujados desde la pasión y no ver fronteras para nosotros. Desde que arrancamos en Buenos Aires, totalmente DIY, nuestra idea fue que nuestra música llegue a la mayor cantidad de lugares posibles pero sin saber exactamente qué iba a pasar.

Vuestro origen argentino puede ayudar a abrir el mercado o los escenarios de latinoamérica, pero no tanto los de los Estados Unidos, ¿no?
En nuestro caso se ha dado primero al revés. En Estados Unidos ya hace varios años que nos movemos girando en un circuito que no es el habitual para los grupos de habla hispana. Pero eso está cambiando y seguramente seamos responsables de ello. Es un honor ser pioneros en un cambio que une distintas culturas con naturalidad.

Encima, tras trabajar bajo el manto de una persona como Tony Visconti, volvéis a la autoproducción. ¿Cómo fue aquella experiencia, qué se aprende de gente así?
El haber trabajado tan intensamente con Tony Visconti en “Solar Secrets” fue un aprendizaje que dejó su huella en el sonido de Capsula. Esa marca va a quedar para siempre en nosotros, por haber podido compartir vivencias tan cercanas a nivel personal. Tony es un gran explorador del sonido y maestro de los maestros en estudio de grabación. Siempre nos empujó un paso más allá en la búsqueda de la experimentación. Tal vez su enseñanza más grande es el saber que para poder expresarte debes experimentar sin miedos, avanzando y sumergiéndote cada vez en territorios nuevos y fascinantes, armando un ser nuevo con cada canción, con cada sonido.

¿Y por qué la vuelta a vuestra propia dirección?
Simplemente sabíamos que había llegado el momento adecuado. Para “Santa Rosa” sentimos que ya contábamos con la experiencia y los medios necesarios para volcar todo lo aprendido en nuestros discos anteriores a nivel de producción en el estudio de grabación. Teníamos muy claro de antemano el sonido que requerían las canciones de “Santa Rosa” y la experiencia en discos anteriores que nos transmitieron productores como Ivan Julian, John Agnello, o el mismo Visconti nos facilitó mucho el trabajo a la hora de encontrar el sonido. Como experiencia ha sido genial. No cerramos las puertas a trabajar en futuros discos con otros productores y seguir aprendiendo. Lo que sí tenemos claro es que el sonido Capsula es un ser viviente que va desarrollándose y mutando con cada disco. Siempre hacia adelante.

Por cierto, supongo que os lo habrán preguntado hasta la saciedad, pero no lo puedo evitar. Una banda como vosotros, que siempre ha tenido a David Bowie como referente, que realizó un homenaje de la enjundia de vuestro Ziggy Stardust, que ha trabajado con Visconti... ¿cómo vivisteis su muerte? ¿Qué sensación os dejo “Blackstar”?
“Blackstar” es un disco precioso, lleno de matices y mensajes. Apenas salió publicado nos pasamos días obsesionados escuchándolo una y otra vez, admirando la fuerza y la belleza oscura de sus canciones. Luego vino la noticia de la muerte de Bowie y fue una sensación de orfandad muy grande. Sentimos que el mundo ya no sería el mismo sin su presencia. Era haber perdido a alguien muy cercano, a un referente y a un maestro. Fue la sensación dolorosa (y un poco egoísta) de saber que ya no tendríamos más su guía. Con el tiempo, una vez superado el primer bajón, lo que empezamos a ver era que en realidad su legado y lo que va a quedar es una obra inmensa. Queda para las nuevas generaciones que lo descubran un tesoro allí guardado. Pura inspiración y fascinación, tal como nos pasó a nosotros en su momento.

Considero que domináis muchas de las artes del rock'n'roll más underground, y sin embargo parece que sois capaces de sacar la cabeza fuera de vuestro tiesto. No os habéis convertido en grupo de éxito mainstream, pero sí habéis sido capaces de acercar a vuestra propuesta a gente que en principio pareciera alejada de esos parámetros. ¿Lo veis así, cómo se consigue, en vuestra opinión?
Nos lo pasamos tan bien tocando en salas como en grandes festivales. Nunca sabes con certeza a quién está llegando tu música. La cuestión es no perder nunca de vista en cada concierto y en cada disco la importancia de que tu música conecte con quien te vino a ver o quien te escuche en casa. Poder movilizar algún tipo de energía que genere algo especial en cada concierto, con cada canción. Hay muchas ciudades donde hay gente que tuvo que hacer varias horas de viaje para poder verte esa noche. Ese tipo de situaciones te generan una responsabilidad muy grande, y a la vez una sensación de gratitud enorme. Lo nuestro siempre ha sido meter kilómetros en la furgoneta. Ahí está nuestra verdad.

¿Cuánto creéis que influye en ese 'éxito' vuestros continuos directos y la energía que desprendéis en los mismos?
El escenario es lo que más disfrutamos. La conexión con la gente y el crear un ambiente de ritual desenfrenado donde todo es permitido es lo que más nos estimula. Una especie de éxtasis sónico que nos envuelve y nos traslada a esa dimensión paralela de la que te hablaba antes. Donde el raciocinio pierde el sentido de ser y lo sensitivo gana por goleada. El contagiarnos de esa energía y poder transmitirla es clave.

"El escenario es lo que más disfrutamos. La conexión con la gente y el crear un ambiente de ritual desenfrenado donde todo es permitido es lo que más nos estimula"

Yendo al disco, podría parecer que “Dead or Alive” era un punto y aparte en vuestra carrera, como muchos discos en directo. Sin embargo, escuchado “Santa Rosa”, no lo parece tanto, sino que más bien fue una toma de nuevo impulso. ¿Tenéis la misma impresión?
“Dead or Alive” era la única manera que teníamos para dejar plasmado en un disco la energía del grupo en directo. Ya que en nuestros directos todo pasa por lo sensorial, es muy difícil desde dentro poder tener una noción objetiva de las energías que se desprenden. Un disco en directo fue nuestra manera de poder vernos desde fuera. También fue el primer disco con Guantxe a la batería. Eso nos permitió tomar impulso para que en el siguiente disco de estudio pudiésemos indagar en sonidos nuevos, partiendo de lo que veíamos que podíamos aportar de nosotros mismos desde lo más sincero, que es el directo.

Suena fresco, directo, contundente pero nunca aburrido, joven, nuevo... Incluso se ha apuntado en diversos foros si no estamos ante el mejor disco de Capsula. ¿Cómo lo veis vosotros? ¿Hasta qué punto se sufre la presión de una crítica y opinión popular que siempre ha esperado de vosotros lo mejor?
Creemos que uno de los aciertos de “Santa Rosa” ha sido el meternos al estudio con la idea clara de que las canciones tenían que mantener la frescura original tal como se habían concebido. Confiar en las ideas primitivas y esenciales de cada canción, para luego al ser llevadas al directo no se perdiera esa intensidad. Al empezar a grabar nos pusimos una pauta fundamental que era limitarnos el tiempo en el estudio a solamente diez días. Allí grabamos todos juntos a la vez como si fuera en directo. Lo importante era mantener la idea primera de la canción, que la esencia no se perdiera en artificios ó superficialidades. Ya llevamos dos meses girando y tocando estas canciones en directo y vemos que funcionan muy bien y quizá tenga algo que ver con esto, con la inmediatez, con mantener lo esencial de la canción.

La definitiva presencia de Guantxe, además de hacer crecer la banda de manera muy particular, se antoja definitiva. ¿Es ésta una formación estable a largo plazo?
No podemos adivinar el futuro, pero hay algo claro y es que Guantxe es el número 1. Tiene una forma muy especial y profunda de entender la música. Nos compenetramos al máximo y su toque y su carisma son únicos. Además de la química musical están todas las horas que pasamos juntos de gira. Y sobre todas las cosas es una persona que se hace querer enseguida. Somos un monstruo de tres cabezas. Una familia en toda regla.

Castellano, inglés, y hasta euskera. Hay gente que puede pensar que la inclusión de varios idiomas rebaja la importancia conceptual de un trabajo. ¿No os da miedo?
No. Cuando una canción se va modelando, no nos planteamos directamente el idioma en que van a quedar las letras. Primero surgen las melodías ó algún concepto muy básico sobre la temática de la letra y desde allí trabajamos el resto de la canción. Todo es posible y las combinaciones pueden ser infinitas.

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